Los timorenses esperan "con emoción" la visita del Pontífice Francisco ya está en Timor oriental, el país más católico de Asia
Bergoglio sigue los pasos de Juan Pablo II, quien en 1998, todavía bajo ocupación indonesia, visitó el país, lo que supuso un paso histórico: en 1999 se celebró un referéndum que llevó a la independencia, en 2002
Se desconoce si Francisco tratará el escándalo de Belo durante su visita o si hará comentarios en referencia a los presuntos abusos sexuales a menores cometidos por el obispo u otros religiosos, como el misionero estadounidense Richard Daschbach, condenado en 2021 a 12 años de cárcel por abusos sexuales a niñas con discapacidad
| Jesús Bastante /Efe
Francisco ya se encuentra en Timor Oriental, la tercera etapa de su visita a Asia y Oceanía. Tras abandonar Port Moresby, el Papa también dejó tierras oceánicas para pisar suelo del país más católico de Asia, y uno de los más jóvenes del mundo, que alcanzó su independencia en 2002.
Tras tres horas de vuelo, en el que sobrevoló Australia e Indonesia, (Francisco agradeció al presidente del país la "cálida acogida y hospitalidad que me han dispensado durante mi visita"), el Papa llegó (a las 7,20 hora española) al aeropuerto Presidente Nicolau Lobato.
Allí, le esperaban el presidente timorense, José Ramos-Horta, el primer ministro, Xanana Gusmão, y dos niños, ataviados con trajes tradicionales que le hicieron entrega del clásico ramo de flores de bienvenida, y un pañuelo, que Bergoglio se colocó a modo de estola.
Catorce personas, representanes de los 14 pueblos de Timor, también recibieron a Francisco, quien este mediodía ofrecerá su primer discurso a las autoridades políticas del joven país. Antes, y después de bajar de la platafroma móvil, el Papa se detuvo con el personal aeroportuario, algunos de cuyos miembros se arrodillaron al paso de la silla de ruedas papal.
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— Antonio Spadaro (@antoniospadaro) September 9, 2024
"Los timorenses están emocionados. Todo Dili se encuentra engalanado con carteles del Santo Padre y banderas timorense y del Vaticano, parece un ambiente navideño", declara a EFE el reverendo Felix Kosat, quien se desplazó a la capital para la ocasión.
Según las cifras oficiales, se espera que más de 700.000 personas, o más del 50 % de los 1,34 millones de habitantes del país, presencien en Dili alguno de los actos de la visita del pontífice, que discurre entre este lunes y el miércoles.
"Hay miles de personas procedentes de diversos puntos del país que llevan acampadas desde hace más de una semana en la ciudad", comenta el religioso de la diócesis de Atambua, en la parte indonesia de la isla de Timor.
Alrededor del 98 % de la población de este joven país se declara católica, conforme al censo de 2016.
"Las iglesias siempre están llenas a la hora de la misa. Durante el fin de semana, algunas parroquias organizan hasta tres o cuatro ritos. Hay regiones del país donde faltan curas ante la alta demanda de los feligreses", señala Kosat.
El catolicismo llegó a Timor a través de las primeras misiones de la orden de los dominicos portugueses en el siglo XVI en este territorio que fue colonia portuguesa más de 270 años.
En 1975, Indonesia aprovechó los problemas políticos en Portugal para invadir el territorio. Una sangrienta ocupación que terminó en 1999 con un referendo, patrocinado por la ONU, que abrió el camino a la independencia de Timor Oriental en mayo de 2002.
Fue en ese momento, mientras la dictadura de Suharto reprimía con dureza a los movimientos en favor de la independencia, cuando los religiosos católicos cosecharon un prominente rol en la incipiente sociedad timorense.
"Los curas no podían posicionarse de manera política, en parte por miedo a las represalias de los militares, pero sí podían ejercer una labor de ayuda a los desfavorecidos y hacia la reconciliación", comenta el reverendo.
En octubre de 1998, el papa Juan Pablo II fue el primer pontífice en visitar Timor durante la ocupación indonesia -si bien el Vaticano no reconocía la anexión-, un viaje que supuso un punto de inflexión para el movimiento independentista timorense.
Ximenes Belo y los abusos
Entre todos los religiosos de Timor Oriental destaca el obispoCarlos Ximenes Belo, quien en 1996 fue galardonado con el premio Nobel de la Paz por "su larga labor en busca de una solución pacífica al conflicto" junto a su compatriota Ramos-Horta, entonces representante timorense en la ONU.
Tras la independencia, Belo, defensor de los derechos humanos en el periodo de la dictadura indonesia e impulsor del proceso que llevó al referendo, se fue en 2004 como misionero a Mozambique y años después se asentó en Portugal, donde ahora vive.
En 2022, la oficina vaticana de abusos sexuales reveló que había sancionado en secreto a Belo dos años antes tras recibir en 2019 una serie de informaciones referentes a "malas prácticas" en su labor pastoral y le prohibió mantener contacto con menores o con Timor Oriental.
A pesar de la caída en desgracia, el rostro de Belo sigue presente en cuadros y murales sobre la lucha por la independencia a lo largo de la nación, donde muchos de los habitantes defienden al religioso como un héroe en la lucha contra la ocupación.