Ninguna conclusión tras cinco horas de inédito encuentro entre los obispos españoles y Francisco Omella: "El Papa no nos ha tirado de las orejas"
Según la versión dada por la cúpula de la Iglesia española, y que hay que dar por válida pues Roma no suele salir a dar una opinión distinta a la aportada, Francisco no mencionó la crisis de los abusos a menores en España, ni mucho menos el Informe del Defensor del Pueblo, la inconclusa auditoría de Cremades o el ‘plan de reparación integral’ aprobado la semana pasada por la Asamblea Plenaria. Pero tampoco preguntó por la situación política del país, la economía o la situación de los inmigrantes
“Ha estado dos horas y pico y no ha tosido ni una vez. Este hombre está más sano que nosotros, que alguno tosía", recalcó el presidente de la CEE, que aseguró que Francisco “estima mucho España” y “tiene fenomenal tanto la cabeza como la garganta”
El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, y el portavoz de la Casa de la Iglesia, César García Magán, negaban al unísono con la cabeza, ante la incredulidad de los periodistas que, tanto en el Pontificio Colegio Español de San José, como a través del streaming, no comprendían cómo, después de cinco horas de inédito encuentro entre el plenario de la Iglesia española y el Papa Francisco, no había ninguna conclusión.
Sólo que "el Papa no nos ha tirado de las orejas", y que no se ha hablado de los abusos, ni de ninguna otra cosa más que de la formación de los seminarios. Y de eso, bien poco, pues de las conclusiones apenas se colige un “proceso” para ir caminando de cara a una nueva estructura en la formación de los futuros sacerdotes.
Según la versión dada por la cúpula de la Iglesia española, y que hay que dar por válida pues Roma no suele salir a dar una opinión distinta a la aportada, Francisco no mencionó la crisis de los abusos a menores en España, ni mucho menos el Informe del Defensor del Pueblo, la inconclusa auditoría de Cremades o el ‘plan de reparación integral’ aprobado la semana pasada por la Asamblea Plenaria. Pero tampoco preguntó por la situación política del país, la economía o la situación de los inmigrantes. “De toda la realidad de España es imposible hablar en una mañana… Hoy estaba centrado solo en este tema”, adujo el cardenal Omella, quien volvió a insistir en que el encuentro "ha sido un diálogo cordial y no un tirón de orejas”, y que el único tema sobre el papel fue el informe tras la visita a todos los seminarios españoles. “La vida es así, a veces coinciden cosas”, aseveró Omella encogiéndose de hombros. “Mientras nos convocaron se formó Gobierno, es una casualidad” aseguró.
“Ha estado dos horas y pico y no ha tosido ni una vez. Este hombre está más sano que nosotros, que alguno tosía", recalcó el presidente de la CEE, que aseguró que Francisco “estima mucho España” y “tiene fenomenal tanto la cabeza como la garganta”. “Mi percepción es que él estima mucho a España, conoce mucho España, y hablaba más con el corazón de pastor, se expone con sencillez, sin entrar en lo concreto. Inteligente, pero sin entrar en detalles. Porque al final los mismos problemas que tiene España los tiene casi toda Europa: mundo secularizado, mundo globalizado… la Iglesia no es un ente aparte”.
"Reconversión industrial" en los seminarios
¿Por qué entonces hacer venir a todos los obispos a Roma? ¿No hubiera sido mejor una videoconferencia, o que fueran los responsables del Clero a Madrid la pasada semana, en que se celebró Asamblea Plenaria? “El Papa nos ha dicho que podía haber ido él a España, pero esto es una complicación. Esto ha relajado mucho el ambiente, y nadie temía que nos fueran a tirar de las orejas”, recalcó Omella. “Creedme, por Jesusito que os digo la verdad” bromeó el cardenal de Barcelona ante el estupor de la prensa. “¿Y para eso nos ha llamado? Pues sí. Hemos salido todos encantados”.
“No era para tirar de las orejas a nadie sino para hablar, sino para ver cómo mejorar”, añadió el presidente de la CEE, quien incidió en que “el Papa nos ayuda a captar este cambio de época”. Para Omella, la crisis de vocaciones en España es una cuestión normal, que afecta a toda Europa. “Antes, teníamos más conventos de clausura que otros países del mundo. Nos pasa lo mismo con los seminarios. Esto es como la ’reconversión industrial’ de los seminarios”, precisó.
Damos gracias a Dios por el encuentro fraterno que hemos tenido con el @Pontifex_es Francisco, en la que nos animado a fortalecer la vida espiritual de experiencia profunda de Cristo y de ardor apostólica en nuestros seminarios y presbiterios. Unido todo ello a la formación… pic.twitter.com/iyIF8ykb56
— Mons. Gil Tamayo (@jmgilt) November 28, 2023
Sacerdotes maduros, libres y sanos
Aunque no se habló específicamente de abusos, el responsable del Clero de la CEE (y nombrado enlace entre los obispos y el Dicasterio del Clero para la cuestión de los seminarios), Jesús Vidal, sí admitió que “se ha pedido que se cuide toda la dimensión psicológica del seminarista. Necesitamos sacerdotes que sean personas maduras, libres, capaces de desarrollar una vida plena y social adecuadas”.
En lo tocante a los seminarios, el Papa “nos ha animado a seguir en el camino de la unificación” de los mismos, sin plazos específicos ni nombre de los seminarios que cerrarán o se reformularán. “El Papa nos ha pedido que sigamos avanzando en ese caminos. Tampoco se especificó, según los obispos, el caso de los seminarios de los ‘kikos’, más allá de subrayar “que estos seminarios tienen que seguir el mismo camino que el resto”.
En cuanto al documento, apuntó el obispo auxiliar de Madrid, habla de la madurez de los candidatos, la unidad de la formación para que haya un único proceso o el “carácter comunitario” de la formación. “Que los seminaristas tengan un corazón de pastor atento a las necesidades de los hermanos”. Todo ello, como señala la nota de prensa de la CEE, sin prisa, “requiere que en los próximos años, se reflexione con flexibilidad, sin rigores, adaptando a las circunstancias de cada provincia eclesiástica, diócesis, etc.”…
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