El Papa Francisco recordaba que "la charlatanería es despellejar, es hacerse mal el uno al otro" y que "la charlatanería son destructivas en la Iglesia".
Dios nos libre de los chismes y de los falsos comentarios que se prodigan tanto en nuestras relaciones cotidianas. En el chisme se condensan palabras que nunca se han dicho, declaraciones que nunca se han realizado y acciones que jamás se emprendieron, pero que corren de boca en boca como la arena en el desierto.
El chisme genera desconcierto y va unido esencialmente a la mentira, esa tela de araña que nos atrapa sin darnos cuenta. Y lo más grave, la mayor parte de las veces el chisme alienta un atentado sin fundamento hacia la imagen y el honor del otro
El chisme se presenta, según el Papa Francisco, de tres maneras: Una es la "desinformación", el decir verdades a media; otra "difamación", "cuando una persona de verdad tiene un defecto o cometió un error, contarlo", y la tercera es la calumnia, el decir cosas que no son ciertas"
Tengamos como consejos maravillosos estas palabras del Libro de los Proverbios: “Seis cosas hay que aborrece Yahveh, y siete son abominación para su alma: ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal, testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre los hermanos” (Prov 6, 16-19).