El primado de México defendió la “continuidad magisterial” de Francisco con sus predecesores El cardenal Aguiar denuncia, en el CEU, “el cuestionamiento injustificado y superficial de unos pocos grupos de Iglesia al sucesor de Pedro”
Había expectación por escuchar al arzobispo de la segunda mayor archidiócesis del mundo, tras Milán. Y monseñor Aguiar no defraudó, con una excelente conferencia en fondo y forma
Demostró que hay una “continuidad magisterial absoluta” entre Francisco y sus predecesores, “actualizando la doctrina sin ruptura alguna”
Para Aguiar, éstos son los dos problemas de la Iglesia hoy: “Las ideologías que se creen salvadoras del mundo” y la ruptura de la transmisión de la fe
En definitiva, lo que hace el Papa Bergoglio, en absoluta continuidad con sus predecesores, es “asumir y vivir el Vaticano II”
Para Aguiar, éstos son los dos problemas de la Iglesia hoy: “Las ideologías que se creen salvadoras del mundo” y la ruptura de la transmisión de la fe
En definitiva, lo que hace el Papa Bergoglio, en absoluta continuidad con sus predecesores, es “asumir y vivir el Vaticano II”
“El cuestionamiento injustificado y superficial de unos pocos grupos de Iglesia al sucesor de Pedro daña la comunión eclesial y el amor y la obediencia al Papa”. Así de alto y claro lo proclamó el arzobispo primado de México, cardenal Carlos Aguiar, en su conferencia de clausura del congreso ‘La alegría del Evangelio’, organizado por la delegación de pastoral universitaria de la diócesis de Madrid.
Y lo dijo nada menos que en la Universidad CEU San Pablo, donde se celebró el congreso y donde tiene su sede nacional la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), cuyo giro hacia la galaxia rigorista es evidente en estos últimos años.
Precisamente, para escuchar al cardenal mexicano, allí estaban algunos de los máximos dirigentes de los Propagandistas, como el histórico Marcelino Oreja, el presidente actual, Bullón de Mendoza o la rectora de la San Pablo, Rosa Visiedo. A su lado, en las primeras filas, el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, el consiliario de la asociación, Fidel Herráez, asi como el obispo auxiliar madrileño, José Cobo.
Había expectación por escuchar al arzobispo de la segunda mayor archidiócesis del mundo, tras Milán. Y monseñor Aguiar no defraudó, con una excelente conferencia en fondo y forma. Con voz de barítono, excelente dicción, pausas y silencios bien administrados, apoyándose en diapositivas didácticas, el cardenal mexicano desmontó, la acusación de fondo que suelen hacer los rigoristas al Papa Francisco y demostró, para dejarlos sin argumentos, que hay una “continuidad magisterial absoluta” entre Francisco y sus predecesores, “actualizando la doctrina sin ruptura alguna”.
Antes de iniciar su exposición, monseñor Aguiar puso a la gente en pie, para rezar a coro una oración con textos del Papa Francisco. Ya metido en harina, comenzó tajante: “Ante los frecuentes señalamientos, que resaltan las diferencias personales de los Sumos Pontífices, es conveniente recordar y puntualizar la continuidad magisterial que han expresado en su enseñanza, actualizando la doctrina sin ruptura alguna, dependiendo de los contextos socio-culturales y de los desafíos que les han tocado afrontar”.
Y, para demostrarlo, el purpurado se remontó a León XIII y su encíclica ‘Rerum Novarum’, que fue la que “introdujo el cambio de visión en la Iglesia”: mirar a la sociedad en vez de mirarse a sí misma.
De León XIII a Pío XI, que puso en marcha la Acción Católica y los agentes de pastoral, para seguir ‘mirando’ a la sociedad. Y lo mismo pasó en los sucesivos pontificados, hasta llegar a los Papas del Concilio: Juan XXIII (“los cardenales, cuando lo eligieron, no sabían lo que Dios espera de los ancianitos”) y Pablo VI, con su encíclica ‘Ecclesiam Suam’ o la creación del Sínodo de los obispos, que “refleja ya la mirada, la orientación y la recuperación de la vida sinodal de la Iglesia en sus orígenes”.
Además, Pablo VI fue el primer Papa en lanzar la expresión ‘edificar la civilización del amor’, que “daría pie, más tarde, a la convocatoria de Juan Pablo II a una ‘nueva evangelización’”.
Aguiar recordó también que el Papa Wojtyla ya sostenía que “si la Iglesia quiere ser fiel a su misión debe convertirse en casa y escuela de comunión”.
Por su parte, Benedicto XVI, “enfatizó -según Aguiar- la necesidad de superar la ideologización, incluida la proveniente de la misma doctrina cristiana”. Y lo hizo en su intervención en la Conferencia de Aparecida, en un discurso “redactado por el propio Papa Ratzinger”, donde también abordó la ruptura en la transmisión de la fe.
Porque, para Aguiar, éstos son los dos problemas de la Iglesia hoy: “Las ideologías que se creen salvadoras del mundo” y la ruptura de la transmisión de la fe.
“Hoy ya no es automático que los hijos hereden la fe de sus padres, como ocurrió con nosotros, porque toda la sociedad en Occidente estaba sostenida por los valores del Evangelio. Entonces era muy fácil. Hoy, éste es el gran desafío”.
Y a ese desafío trata de responder el Papa Francisco, por el que Aguiar siente una especial cercanía y sintonía, desde los tiempos en los que trabajaron juntos en la redacción del documento final de Aparecida. Por eso, a partir de ese momento, el primado de México fue salpicando su intervención con anécdotas personales de su relación con el entonces cardenal Bergoglio.
Por ejemplo, cuando tuvo que abandonar Aparecida, porque su madre se estaba muriendo de un cáncer de páncreas y así se lo comunicó a los compañeros. Tras hacerlo, Bergoglio lo cogió por el brazo y le dijo: “Cómo te agradezco que hayas dicho la razón de tu marcha, porque en el clero solemos ser tan fríos”. Y, al recordarlo, el cardenal mexicano, que pasa por ser un poco distante, se emocionó visiblemente. Y lo reconoció en público.
También contó Aguiar que, en 2013, antes de la celebración del cónclave, el entonces Nuncio en México, Christophe Pierre le preguntó:
-Don Carlos, se habla mucho de que el próximo Papa podría ser un cardenal latinoamericano. ¿Puede haber alguno?
-Solo hay uno: Bergoglio, le respondió Aguiar.
Y Bergoglio, convertido en Francisco, apuesta por la “opción misionera”, que plantea en la ‘Evangelii gaudium’, “que no es más que la universalización de Aparecida”, con una clave especial: “la conversión pastoral, que consiste en creer que Dios vive y camina con nosotros”.
Sentado lo cual, Aguiar asegura que “Francisco aplica lo que se ha venido haciendo en la Iglesia desde León XIII” y, para eso, hace un pequeño recorrido por Laudato Si y ‘Fratelli tutti’. Con la Laudato “Francisco entusiasma a las nuevas generaciones” y con la ‘Fratelli’ “desenmascara las ideologías”.
Y al cardenal de México concluyó: “Francisco personifica una Iglesia sinodal, que retoma su camino inicial, capacitándola para expresar que su función institucional es servir a la sociedad”. En definitiva, lo que hace el Papa Bergoglio, en absoluta continuidad con sus predecesores, es “asumir y vivir el Vaticano II”. Y monseñor Aguiar es despedido con una cálida y larga ovación, que agradeció, conmovido.