"Los cristianos no estamos para estar contra del mundo, sino para dar testimonio" Fernando Valera: "Las terapias de conversión no son científicas, muchas personas han sufrido barbaridades con ellas"
Valera se sometió, durante algo más de hora y media, a una auténtica batería de preguntas, desde lo más local (su reciente operación, la crisis en la Semana Santa zamorana o su decisión de abandonar el palacio episcopal y trasladarse a un piso, en el casco antiguo, de 75 metros cuadrados) a lo más universal, con la polarización política, el veto a la comunión por ser gay, las terapias de conversión, el futuro de COPE, el proceso sinodal o los ataques contra el Papa Francisco
"Debemos ser hombres y mujeres de diálogo, no seres polarizadores en una sociedad que, lo admito, sí que lo está"
"No puedes condenar a una persona por un detalle del cuadro cuando lo importante es que es hijo de Dios"
"Conozco la experiencia de personas que han sufrido barbaridades bárbaras con estas terapias, se han hecho cosas que son muy destructivas para las personas"
"Somos una Iglesia que se mancha cuando anda por caminos de barro, como lo hace el hombre, por eso hay que pedir perdón cuando eso ocurre"
"No puedes condenar a una persona por un detalle del cuadro cuando lo importante es que es hijo de Dios"
"Conozco la experiencia de personas que han sufrido barbaridades bárbaras con estas terapias, se han hecho cosas que son muy destructivas para las personas"
"Somos una Iglesia que se mancha cuando anda por caminos de barro, como lo hace el hombre, por eso hay que pedir perdón cuando eso ocurre"
"Somos una Iglesia que se mancha cuando anda por caminos de barro, como lo hace el hombre, por eso hay que pedir perdón cuando eso ocurre"
"Los cristianos no estamos para estar contra del mundo, sino para dar testimonio". Más de un centenar de personas llenaron ayer el auditorio del Seminario Menor san Atilano, de Zamora, para asistir a la 'apertura de curso' del Club La Opinión-El Correo de Zamora, dentro de una iniciativa que comenzará a 'exportarse' a otras diócesis en los próximos meses y que ya comienza a ser tradición en la diócesis: el formato 'Con-FE-siones', en el que dos periodistas (quien esto escribe y Carmen Ferreras, coordinadora del Club), dialogaban 'entre el cielo y la tierra' con Fernando Valera, obispo.
Sin cuestionario previo, sin preguntas sin responder, Valera se sometió, durante algo más de hora y media, a una auténtica batería de preguntas, desde lo más local (su reciente operación, la crisis en la Semana Santa zamorana o su decisión de abandonar el palacio episcopal y trasladarse a un piso, en el casco antiguo, de 75 metros cuadrados) a lo más universal, con la polarización política, el veto a la comunión por ser gay, las terapias de conversión, el futuro de COPE, el proceso sinodal o los ataques contra el Papa Francisco.
Con estilo amable, sin levantar la voz, y prestándose a la discusión, Valera trazó su idea de sinodalidad en una diócesis donde, señaló, "es posible ser realmente sinodal". Y es que Zamora es una de las pocas diócesis de España en la que realmente se está trabajando de manera sinodal. Y con el mundo, porque "la Iglesia no puede ser enemiga del mundo, vive en el mundo", y debe afrontar su trabajo desde el testimonio, "sin perder el paso y con capacidad de servir, y de insuflar esperanza".
El obispo no es un guardia de tráfico
En ese trabajo, no se siente solo, ni pretende tener la última palabra (aunque a veces toque). "Al obispo se le pide, a veces, que sea como el guardia de tráfico", recalcó, abogando por la presencia, en corresponsabilidad, de todos, todos, todos, en la construcción de la Iglesia dentro del mundo en el que vive. Admitiendo que la Iglesia ha perdido peso social, que ya no vivimos en tiempos donde ser católico se da por supuesto, Valera llamó a "aceptar una realidad inexorable" y ocuparse en "dar testimonio, de vida y de servicio, más que de preocuparse por las creencias de los demás", y hacerlo "siempre desde la esperanza, como dice el Papa en la convocatoria del Jubileo, y con paciencia". Algo que no sobra en estos tiempos de urgencias.
Citando al Papa, pero también al Vaticano II, la 'brújula' de la Iglesia en este tiempo, el obispo de Zamora insistió en que "debemos ser hombres y mujeres de diálogo, no seres polarizadores en una sociedad que, lo admito, sí que lo está". En este punto, reivindicó la función del obispo, como 'pontífice', "puente para resolver conflictos". "Si entramos en la toma de decisiones que polarizan y confrontan, nos alejamos del mensaje cristiano", subrayó.
No traicionado, pero sí cierta deslealtad
Una misión que Valera asume al cien por cien, pese a posibles incomprensiones de quienes se resisten a cualquier cambio, en el ámbito diocesano, pero también en el nacional. "No me he sentido solo ni traicionado, es un término en el que no suelo ponerme", respondió el obispo, quien sí reconoció sentir "a veces, ciertas deslealtad".
Siguiendo con la polarización, Valera entró en la polémica de la estampita del Grand Prix en Nochevieja, que suscitó un debate entre los miembros de la mesa. Para el obispo, se trató de un acto "de mal estilo", pero llamó a evitar "a los que expulsan o patalean". "La respuesta a esta y otras cuestiones está en el entorno, dando testimonio y pidiendo respeto", pero siempre desde la espiritualidad de Jesús y el Mandamiento del Amor.
En esta línea, también se refirió Valera a la negativa del Obispado de Segovia a dar la comunión al alcalde de Torrecaballeros por ser gay, pese a llevar toda su vida participando en la Iglesia, incluso como lector de la Palabra, e informando de su situación a todos los responsables. Sin querer entrar en el caso concreto, el obispo de Zamora sí dejó claro la primacía de la conciencia, y advirtiendo cómo "a veces, nos vamos a los flecos del cuadro, y olvidamos el perdón". "No puedes condenar a una persona por un detalle del cuadro cuando lo importante es que es hijo de Dios", insistió.
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— LA OPINIÓN DE ZAMORA (@opiniondezamora) January 17, 2025
Sobre las denuncias por las terapias de conversión, el prelado lamentó su existencia, señalando que "no son científicas, no podemos usurpar el papel de profesionales ni buscar atajos". "Conozco la experiencia de personas que han sufrido barbaridades bárbaras con estas terapias, se han hecho cosas que son muy destructivas para las personas".
La conversación se produjo el mismo día en que se conoció la caída del Papa Francisco. Mirando hacia el futuro, Fernando Valera reclamó que "no se dé munición al enemigo", como desgraciadamente se da en algunos sectores de la Iglesia. "La Iglesia tiene los mismos problemas de poder, de deseo, de dinero" que otras insitituciones, admitió. "Somos una Iglesia que se mancha cuando anda por caminos de barro, como lo hace el hombre, por eso hay que pedir perdón cuando eso ocurre". Y, también, dar las gracias por no tener miedo de caminar por el barro. Y salir indemne. Como hizo el obispo en el foro del Club La Opinión-El Correo de Zamora.