Federico Montalvo: "La toma de decisiones no le corresponde a los científicos, sino a los políticos" Omella: "Si no corregimos la desigualdad, puede ser el caldo de cultivo de una explosión social, con el auge de los populismos y las dictaduras"
El presidente de la CEE y el del Comité de Bioética cerraron las jornadas sobre Religión y Ciencia en tiempos del coronavirus organizado por la Cátedra Francisco José Ayala de la Universidad Pontificia Comillas
“El capitalismo es insaciable, y es necesario imponer medidas que corrijan las externalidades negativas. Hay que depurar nuestros sistemas económicos, y poner a la persona por encima de todo”, apunta el cardenal de Barcelona
“La pandemia nos ha vuelto a poner cuerpo a tierra. Debemos volver a situar al ser humano, y ponerlo en el centro de la toma de decisiones. Se abre una esperanza a la toma de decisiones tomando en cuenta los principios éticos”, añade el presidente del Comité de Bioética
“La pandemia nos ha vuelto a poner cuerpo a tierra. Debemos volver a situar al ser humano, y ponerlo en el centro de la toma de decisiones. Se abre una esperanza a la toma de decisiones tomando en cuenta los principios éticos”, añade el presidente del Comité de Bioética
“No podemos cerrar los ojos al grito de la humanidad, al grito de la creación. Debemos subir adonde está el peligro y todos juntos intentar salir y construir esta casa común”. La reflexión del cardenal de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, puso el broche de oro al ciclo de debate que, a lo largo de tres semanas, ha organizado la Cátedra Francisco José Ayala de la Universidad Pontificia Comillas sobre ‘Ciencia y Religión ante la pandemia’.
En esta ocasión, el debate contó con dos ponentes de lujo: el cardenal Omella y el presidente del Comité de Bioética, Federico Montalvo, moderados por José Manuel Caamaño, con la presencia del rector de Comillas, Julio L. Martínez, quien clausuró el evento.
Abrió el fuego Montalvo, quien ha trabajado en primera línea desde que hace un año se declarara el Estado de Alarma y que quiso definir el momento actual como un slogan: “El diablo viste de Bentham”, haciendo referencia el filósofo utilitarista, defensor de un movimiento que, como en los primeros momentos de la pandemia, mostraba cómo “cuando estamos cansados y tenemos que tomar decisiones, el utilitarismo nos aparece como algo sencillo para resolver nuestros problemas”.
Nada más lejos de la realidad. Montalvo denunció cómo “se nos ha colocado el argumento científico y no la toma de decisiones políticas”, desde la premisa de que “Lo científico no se podía discutir”. Un gran error, porque “la toma de decisiones no le corresponde a los científicos, sino a los políticos”.
Correr riesgos para progresar, sin dejar a nadie atrás
En el trasfondo, querer llevarnos a “una sociedad del riesgo cero” que en su opinión “no sólo es imposible, sino un objetivo que no debe ser perseguido”. ¿Por qué? El presidente del Comité de Bioética lo tiene claro: “gran parte de nuestro progreso se basa en que corremos riesgos. Si nos olvidamos de ver qué criterios queremos aceptar, acabaremos aceptando los que afecten a los más vulnerables”. Y no es así: “La gran cuestión no es eliminar el riesgo, sino determinar cuáles podemos tolerar”.
El otro gran riesgo que hemos vivido durante estos meses es el del dilematismo, reducir los problemas a dos soluciones. “¿Muerte o acompañamiento?, se nos dijo. Esto es una falsedad”, señaló Montalvo, quien incidió en que vivimos una situación en la que es preciso “estar permanentemente priorizando”.
Pero, a diferencia de lo que sucediera al comienzo de la pandemia, con la falta de respiradores, las cosas han cambiado, para bien, en lo tocante a las vacunas. “Priorizar un respirador es una decisión de exclusión. Ahora priorizamos una vacuna, que serán para todos, sin excluir a nadie. Es una priorización de la anticipación”.
“Priorizar un respirador es una decisión de exclusión. Ahora priorizamos una vacuna, que serán para todos, sin excluir a nadie. Es una priorización de la anticipación”
En este sentido, Montalvo alabó la estrategia seguida a la hora de definir los grupos de vacunación, y las fases, “queriendo ser eficaces, pero también eficientes”. “Estamos llevando una estrategia basada en las personas, no en las vacunas, una estrategia viva, porque la realidad de la pandemia va cambiando semana a semana”.
Respecto al futuro, Montalvo se mostró optimista: “La pandemia nos ha vuelto a poner cuerpo a tierra. Debemos volver a situar al ser humano, y ponerlo en el centro de la toma de decisiones. Se abre una esperanza a la toma de decisiones tomando en cuenta los principios éticos”.
"Nada va a ser lo mismo"
Por su parte, el cardenal Omella subrayó cómo este tiempo, “muy duro para todos”, “no está afectando a todos por igual”. Y, desde el principio, lanzó un aviso a navegantes: “Si no se ponen los medios necesarios, esta crisis va a acrecentar más la desigualdad social”.
“Unos pocos muy ricos, la clase media cada vez más empobrecida y una mayoría creciente de pobres”, lamentó. “Si esto no se corrige, puede ser el caldo de cultivo de una explosión social, con el auge de los populismos y las dictaduras”.
“¿Qué futuro nos espera? ¿Qué va a ser de la humanidad?”, se preguntó Omella. “Estamos viviendo un cambio de era. Nada va a ser lo mismo”, auguró. “Vamos a encontrar un mundo herido, afectado muy desigualmente por la pandemia y por la crisis económica, que ha acentuado los efectos y las heridas no cicatrizadas de la crisis de 2008. Vamos de una a otra, sin habernos recuperado”.
“Vamos a encontrar un mundo herido, afectado muy desigualmente por la pandemia y por la crisis económica, que ha acentuado los efectos y las heridas no cicatrizadas de la crisis de 2008. Vamos de una a otra, sin habernos recuperado”
Con un “gran riesgo: volver como si no hubiera pasado nada”, lo que provocará “estallidos sociales”, porque “la pandemia es un catalizador, el primer denominador es la desigualdad y malestar social”. “Tenemos que estar atentos a las desigualdades que esta pandemia ha terminado de rematar, para que la historia no vuelva a repetirse”.
Retos de hoy
¿Cuáles son los retos de hoy? En primer lugar, apuntó el presidente del Episcopado, “no perder todo lo bueno que hemos aprendido durante la pandemia, y que nos ha hecho más humano”. El cuidado, la compasión, el valor de la vida, la apertura a lo trascendente, la solidaridad, la sencillez…
"No es tiempo de enfrentamientos, sino de trabajo en equipo, paz social y buena gobernanza"
En segundo término, un objetivo urgente: “corregir la desigualdad social”. “El capitalismo es insaciable, y es necesario imponer medidas que corrijan las externalidades negativas. Hay que depurar nuestros sistemas económicos, y poner a la persona por encima de todo”, denunció Omella, quien pidió “no ceder a la tentación del nacionalismo”.
En este punto, Omella lamentó la aprobación de la ley de la eutanasia en un momento como el actual, y lamentó la “deriva seguida por los partidos políticos, muestra de un constante descrédito y desencuentro”. Eso sí: ante la crisis política, abogó por entender que “no es tiempo de enfrentamientos, sino de trabajo en equipo, paz social y buena gobernanza”.
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