El cardenal de Valladolid se jubila a los 80 años de edad El 'adiós' del hombre tranquilo: Ricardo Blázquez pone fin a una extensa carrera de servicio a la Iglesia española y al Papa
El 'tal Blázquez', como lo definió Xabier Arzalluz cuando fue nombrado obispo de Bilbao, siempre se mostró como un hombre de consenso, templado, que apostaba por un cambio tranquilo frente a los 'ruidos de sables' del sector comandado por Rouco Varela, que jamás le perdonó haberle impedido cumplir tres mandatos consecutivos al frente de la Iglesia
El Papa Francisco le nombró cardenal en 2015 y, desde entonces, se ha convertido en una de las principales voces que escucha Bergoglio, junto a las de Omella, Osoro, Aquilino Bocos y Germán Arana
Se va el 'hombre tranquilo'. El pastor abulense que ha hecho del silencio, la mesura y el diálogo una pauta de comportamiento. Un hombre de servicio, al que la Iglesia española debe mucho (fue el único que aceptó 'enfrentarse' al reinado de Rouco Varela, pagándolo con el desprecio de muchos), y también los Papas: Ricardo Blázquez, a sus 80 años recién cumplidos, eligió la manera de anunciar su jubilación.
Finalmente, el Bolletino ha confirmado que el Papa Francisco ha aceptado su renuncia, el mismo día en que perdía sus derechos cardenalicios. Su sucesor será, como adelantó en exclusiva RD, su actual obispo auxiliar, Luis Argüello.
Del 'tal Blázquez' al hombre del Papa en España
Se marcha un hombre clave para entender el presente de la Iglesia española. El 'tal Blázquez', como lo definió Xabier Arzalluz cuando fue nombrado obispo de Bilbao, siempre se mostró como un hombre de consenso, templado, que apostaba por un cambio tranquilo frente a los 'ruidos de sables' del sector comandado por Rouco Varela, que jamás le perdonó haberle impedido cumplir tres mandatos consecutivos al frente de la Iglesia.
Roma, en cambio, sí supo premiar los servicios de Blázquez, especialmente en el escándalo de los Legionarios de Cristo. No ha sido la única vez en la que ha servido al Papa. De hecho, en los últimos meses ejercía como legado papal en otra misión que, como siempre, ha llevado con discreción. El Papa Francisco le nombró cardenal en 2015 y, desde entonces, se ha convertido en una de las principales voces que escucha Bergoglio, junto a las de Omella, Osoro, Aquilino Bocos y Germán Arana.
Teólogo de los 'kikos', siempre supo tener una mentalidad abierta a las distintas sensibilidades. Y no dejó de escribir Teología, ni en Santiago, ni en Palencia, ni en Bilbao, ni en Valladolid. Tal vez, su auténtica pasión, que podrá seguir cultivando ahora. Así como su servicio a la Iglesia y al Papa. ¡Feliz descanso activo, don Ricardo!
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