Entrevista con el obispo de Tarazona con motivo de San Isidro Vicente Rebollo: " Hay que sembrar mucha esperanza para que las personas se valoren, para que miren con confianza al futuro"
"Europa tuvo que inventar una subvención permanente llamado PAC para que (las gentes del campo) pudieran subsistir"
"La vida (en la España vaciada) es sencilla y muy sana, conformista, pero con ganas de crecer y mejorar. Preocupados por el futuro de los pueblos y con pena por el envejecimiento, la falta de niños y jóvenes, siempre bajo la amenaza de que puedan desaparecer municipios"
"La vida de la Iglesia es también sencilla, luchando mucho por mantener su patrimonio, por conservar las tradiciones y responder a las necesidades pastorales"
"La vida de la Iglesia es también sencilla, luchando mucho por mantener su patrimonio, por conservar las tradiciones y responder a las necesidades pastorales"
Este miércoles, 15 de mayo, se celebra San Isidro... mucho más allá de Madrid. Y es que el santo es el patrón de los labradores, agricultores y del mundo rural. Como pastor de una diócesis rural, la de Tarazona, Vicente Rebollo aprovecha la festividad para conversar con RD sobre la España vaciada, la realidad de las gentes del campo "queremos estar a su lado, compartiendo su ser creyentes su situación actual y sus retos. Y hemos querido subrayar sus valores", y del papel de la Iglesia en este entorno, donde "la solidaridad es cada vez más fuerte por el futuro incierto que se avecina y por la ayuda mutua que se presta la gente".
-¿Cuál es la realidad de las gentes del campo?
En cuanto a lo económico es una vida poco fácil. La prueba es que Europa tuvo que inventar una subvención permanente llamado PAC para que pudieran subsistir. Los hombres del campo viven del fruto de la tierra que cultivan con sus manos, se esfuerzan por hacerlo lo mejor posible y a partir de ahí, nada depende ellos. Los precios, la rentabilidad de su trabajo, qué cultivar… les viene impuesto por las políticas y por la situación económica mundial. Siempre dependen de otros.
-¿Qué palabras tiene la Iglesia para ellos?
Los obispos de las diócesis de Aragón en una carta pastoral escrita con motivo del día de San Isidro, hemos manifestado que queremos estar a su lado, compartiendo su ser creyentes su situación actual y sus retos. Y hemos querido subrayar sus valores: el estilo de vida menos estresante que en la ciudad, la solidaridad y el cuidado entre los vecinos, el contacto con la naturaleza y su cuidado, el aprecio de lo pequeño, lo gratuito y lo auténtico, una vida más humana y saludable que favorece el desarrollo de la espiritualidad y la religiosidad.
-¿Cómo es la vida en la España vaciada?
La vida es sencilla y muy sana, conformista, pero con ganas de crecer y mejorar. Preocupados por el futuro de los pueblos y con pena por el envejecimiento, la falta de niños y jóvenes, siempre bajo la amenaza de que puedan desaparecer municipios. Intentando ser buenos vecinos, ser compañeros para ayudarse y queriendo siempre superar las diferencias entre las personas. Considero que la solidaridad es cada vez más fuerte por el futuro incierto que se avecina y por la ayuda mutua que se presta la gente.
-¿Cómo es la Iglesia de la España vaciada?
La vida de la Iglesia es también sencilla, luchando mucho por mantener su patrimonio, por conservar las tradiciones y responder a las necesidades pastorales. Se vive desde la esperanza porque la fe es profunda y está arraigada y, a la vez, con pena por el envejecimiento y el sitio que sobra en las iglesias.
-¿Cómo es la iglesia de Tarazona?
Es una iglesia humilde pero viva, con mucha espiritualidad popular, se cuidan mucho las tradiciones. Haciéndose evangelizadora y con actitud sinodal. Es una diócesis rural que, por ello cuida la naturaleza, vive la solidaridad y tiene convicciones firmes. Necesita vocaciones. Tiene también su parte industrial y de otra parte dedicada al sector servicios. Está afectada por la despoblación del mundo rural.
La Catedral atrae mucho turismo al que se cuida, y se le pretende transmitir los valores del Evangelio a través del patrimonio. Hay más realidades patrimoniales importantes como puede ser el mudéjar y tantas iglesias de gran valor artístico.
-¿Cómo se vive la pastoral en el mundo rural?
Al estar las personas tan vinculadas al cultivo y cuidado la naturaleza es más fácil captar la presencia y cercanía de Dios en nuestras vidas, esto ayuda a la oración y a la espiritualidad. Se intenta sembrar para crecer en fraternidad y solidaridad; cultivar la acogida porque la vida social también tiene su atracción. Su gran riqueza es que todos se conocen, se puede crear un clima familiar y un ambiente de ayuda, porque también conocen las necesidades de los demás. Hay que sembrar mucha esperanza para que las personas se valoren, para que miren con confianza al futuro.
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