El presidente de la CEE obvia el resultado electoral, la exhumación de Franco o cualquier cuestión de actualidad en su discurso Blázquez evita felicitar a Pedro Sánchez en la apertura de la Plenaria de la CEE
Cerrada defensa de la libertad religiosa y de enseñanza del purpurado, días después de que Celáa la pusiera en cuestión
“¿Pidieron los padres permiso a sus hijos para enviarlos al colegio? ¿Por qué no van a iniciarlos también en la fe? Nunca seremos auténticamente libres si la libertad no se educa; somos como un campo que no produce buen fruto si no se cultiva”
“La Constitución no tiene fecha de caducidad ni está limitada a algunas generaciones”, finalizó Blázquez su añadido. “Que la tentación del caos no prevalezca nunca sobre la unidad asegurada por la constitución”
“La fe no se puede imponer ni impedir”, advirtió Blázquez, quien añadió que “en las persecuciones y hasta en la cárcel hay un recinto sagrado e inviolable en el corazón de la persona. Dios quiere ser adorado por personas libres”
Ni una palabra sobre la situación política actual: ni Franco, ni las elecciones, ni las recientes declaraciones de la ministra Celáa sobre la concertada. Parecía como si Blázquez -ya de salida- no quisiera meterse en más líos. O ignorara deliberadamente la realidad
“La Constitución no tiene fecha de caducidad ni está limitada a algunas generaciones”, finalizó Blázquez su añadido. “Que la tentación del caos no prevalezca nunca sobre la unidad asegurada por la constitución”
“La fe no se puede imponer ni impedir”, advirtió Blázquez, quien añadió que “en las persecuciones y hasta en la cárcel hay un recinto sagrado e inviolable en el corazón de la persona. Dios quiere ser adorado por personas libres”
Ni una palabra sobre la situación política actual: ni Franco, ni las elecciones, ni las recientes declaraciones de la ministra Celáa sobre la concertada. Parecía como si Blázquez -ya de salida- no quisiera meterse en más líos. O ignorara deliberadamente la realidad
Ni una palabra sobre la situación política actual: ni Franco, ni las elecciones, ni las recientes declaraciones de la ministra Celáa sobre la concertada. Parecía como si Blázquez -ya de salida- no quisiera meterse en más líos. O ignorara deliberadamente la realidad
Los obispos siguen sin felicitar a Pedro Sánchez tras las elecciones del 10-N. No lo hicieron tras la cita electoral, como es habitual, ni lo ha hecho esta mañana el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, en su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria. Un discurso más largo de lo habitual, y en el que, sin citar en ningún momento la actualidad política, sí tocó varios de los puntos que se asoman como problemáticos en el futuro de las relaciones Iglesia-Estado.
Así, el cardenal de Valladolid habló de libertad religiosa, libertad de enseñanza, autonomía y colaboración, el insustituible papel de la Iglesia en la sociedad contemporánea, y de temas de frontera como la eutanasia.
Pero ni una palabra sobre la situación política actual: ni Franco, ni las elecciones, ni los disturbios en Cataluña, ni las recientes declaraciones de la ministra Celáa sobre la concertada. Parecía como si Blázquez -ya de salida- no quisiera meterse en más líos. O ignorara deliberadamente la realidad
Añadido en defensa de la Constitución
Sólo a ultimísima hora, y en un folio incluido al final del discurso encuadernado, Blázquez hace una cerrada defensa de la Constitución, ante algunas “oscuras (opiniones) que dejan perplejidad y otras de carácter reivindicativo que crean sobresaltos” por parte de "personas con responsabilidades políticas". Sin citar a la ministra de Educación, el presidente de la CEE considera que “una cierta confusión nos envuelve, como estas manifestaciones que se han ido sucediendo rozan con frecuencia aspectos fundamentales de la Constitución aprobada el año 1978, la inquietud afecta más hondamente a nuestra convivencia”.
Para Blázquez, la actual Constitución “ es de todos y para todos”, y fue elaborada “escuchando a todos y sin excluir a nadie”. “La aprobación de la Constitución despejó el horizonte; a los españoles produjo satisfacción y desde el exterior de España muchos manifestaron su admiración. Fue posible la reconciliación y la concordia. La Constitución fue una meta alcanzada por todos”, recordó el presidente del Episcopado, quien tildó de “preocupante desconocer o minusvalorar este hito fundamental de nuestra historia contemporánea”.
“La Constitución no tiene fecha de caducidad ni está limitada a algunas generaciones”, finalizó Blázquez su añadido. “Que la tentación del caos no prevalezca nunca sobre la unidad asegurada por la Constitución”, apuntó, en una velada referencia a Cataluña. Sí admitió que el texto “está abierto a posibles reformas para las cuales la misma Constitución ha indicado el procedimiento”, y que éste “no puede ser cuestionado rompiendo el acuerdo con el que fue aprobado.”
La libertad se educa
“¿Pidieron los padres permiso a sus hijos para enviarlos al colegio? ¿Por qué no van a iniciarlos también en la fe? Nunca seremos auténticamente libres si la libertad no se educa; somos como un campo que no produce buen fruto si no se cultiva”, destacó un Blázquez que atacó, sin citar, las políticas que un hipotético Gobierno de izquierdas podría implantar en España, afectando a los privilegios de la Iglesia católica.
Blázquez comenzó recordando a los obispos fallecidos a lo largo de los últimos meses, así como felicitando a los nuevos cardenales y al próximo nuncio en España, Bernardito Auza. Tras esto, pasó a comentar cuestiones relativas a la libertad religiosa y el diálogo interreligioso, “cosas sabidas por todos”, apuntó.
Libertad jurídica, política y teológica
Retrotrayéndose al Concilio Vaticano II, el presidente de la CEE defendió la libertad religiosa en tres perspectivas: “jurídica (¿cuál es la naturaleza y el fundamento de la libertad religiosa?), política (¿cuál es límite del ejercicio de la libertad religiosa y el criterio de intervención de la autoridad estatal?) y teológica (¿tiene fundamento la libertad religiosa en la Sagrada Escritura?)”.
“¿Cómo se concilia el Magisterio precedente de la Iglesia con la declaración de la libertad religiosa?”, se preguntó Blázquez, destacando los “principios generales”. A saber:
“libertad e independencia de la Iglesia, autonomía y laicidad del Estado como tal, sana colaboración de ambas comunidades, conforme a su naturaleza, y primacía de la persona humana como inicio, centro y fin del orden social”.
“La fe no se puede imponer ni impedir”, advirtió Blázquez, quien añadió que “en las persecuciones y hasta en la cárcel hay un recinto sagrado e inviolable en el corazón de la persona. Dios quiere ser adorado por personas libres”.
Pisamos terreno sagrado
“Toda persona está llamada a buscar la libertad, la verdad y el bien. La libertad religiosa no significa desvinculación de la relación con el fundamento de su existencia” resumió el presidente de la CEE, quien indicó que esta libertad “está en el cimiento y en el corazón de los demás derechos de la persona. ¡Pisamos terreno sagrado!”.
Por ello, “es un atropello a la persona forzarla a simular tanto la fe como la creencia. No es legítimo que haya 'falsos conversos', ni por intereses ni porque se discrimine a las personas en la sociedad”.
“Ni indiferencia religiosa, ni coacción en un sentido u otro, ni privilegios o discriminaciones por condiciones concretas (raza, color, sexo, nación, lengua, posición social, formación…). La humanidad no puede ser familia de hermanos bien avenidos sin el respeto y la promoción de la libertad religiosa. La libertad religiosa no equivale a la tolerancia o a la evitación de persecuciones o exclusiones”.
En otro orden de cosas, Blázquez apuntó a un estudio dirigido por Javier Prades para la Comisión Teológica Internacional sobre la libertad religiosa, y que denuncia “la pretendida neutralidad ideológica de una cultura política que se quiere construir a partir de la elaboración de reglas de justicia meramente procedimentales, que prescindan de toda justificación ética y toda aspiración religiosa, muestra la tendencia a elaborar una ideología de la neutralidad que, de hecho, impone la marginación, cuando no la exclusión, de las expresiones religiosas de la esfera pública y, por lo tanto, de la plena libertad de participación en la formación de la ciudadanía democrática”.
Documento de Abu Dhabi
“Lo religioso forma parte del bien común de una sociedad”, culminó el cardenal, quien vinculó dicho documento con el firmado por Francisco y el gran imán de Al-Azhar en febrero en Abu Dhabi, y que consagra el diálogo interreligioso. “Desde la fe en Dios se funda la paz, la fraternidad y el respeto interreligioso. Pone de manifiesto el valor que el papa Francisco reconoce a las religiones como promotoras de la paz en el mundo”, añadió el purpurado.
“Sin abusar de las palabras podemos afirmar que la firma de la declaración es un acontecimiento de aliento profético, llamado a dejar huella en la historia”, recaló Blázquez, quien invitó a que las religiones “no sean instrumentalizadas, que no se abuse del nombre de Dios”.
Estas desgracias -subrayó- “son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado –en algunas fases de la historia– de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes”.
Derecho (y obligación) de los padres en la escuela
“Me parece muy importante y oportuno en nuestra situación cultural y social recordar también lo que afirma la declaración sobre la familia: «La familia es esencial, como núcleo fundamental de la sociedad y de la humanidad, para engendrar hijos, criarlos, educarlos, ofrecerles una moral sólida y la protección familiar. Atacar la institución familiar, despreciándola o dudando de la importancia de su rol, representa uno de los males más importantes de nuestra época»”, apuntó el presidente de la CEE, en otro de los muchos guiños indirectos a la situación política española.
El otro, “la responsabilidad (derecho y obligación) de los padres en la educación de sus hijos”, tal y como señala el Vaticano II: «A los padres corresponde el derecho de determinar la forma de educación religiosa que se ha de dar a sus hijos, de acuerdo con su propia convicción religiosa». Por ello, añadió Blázquez, “el poder civil debe respetar este derecho y los educadores deben cumplirlo con dedicación y calidad”.
En otro momento, el presidente de la CEE se refirió a documento suscrito a finales de octubre por líderes judíos, cristianos y musulmanes, en el que los firmantes “nos oponemos a cualquier forma de eutanasia –que es el acto directo, deliberado e intencional de quitar la vida– así como al suicidio asistido médicamente –que es el apoyo directo, deliberado e intencional a suicidarse– porque contradicen fundamentalmente el valor inalienable de la vida humana”, y pide promover los cuidados paliativos.
Finalmente, el presidente del Episcopado recordó el Congreso de Laicos que tendrá lugar en Madrid del 14 al 16 de febrero próximos y que pretende abogar por la sinodalidad en la Iglesia española.
A continuación, el discurso del cardenal Blázquez (sin el añadido final).
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