El Papa defenestra al cardenal Sarah, papable de Vox, Salvini y Trump Las dos carretas y un Cardenal
Sarah es el preferido “papable” de los sectores más ultraconservadores de la Iglesia para suceder a Francisco
Es la extrema derecha, que tiene aliados en el mundo ultracatólico, que “se alimenta del odio, crece y disfruta con él, lo fomenta entre sus seguidores y lo inocula en la ciudadanía”
Señor Sarah, déjese de ir contra el Evangelio y su mensaje, váyase del Vaticano y regrese a Guinea, su tierra de origen, que tanto necesita de alguien que la ayude, pues está entre los 17 países más empobrecidos de Africa
Señor Sarah, déjese de ir contra el Evangelio y su mensaje, váyase del Vaticano y regrese a Guinea, su tierra de origen, que tanto necesita de alguien que la ayude, pues está entre los 17 países más empobrecidos de Africa
El Cardenal Robert Sarah, enemigo del Papa Francisco y amigo de Trump, Vox y Salvini, expulsado de la Curia Vaticana.
En una ocasión iba Jesucristo con sus discípulos subiendo un largo camino, angosto y pendiente. Encontraron a un hombre que subía con una carreta, tirada por dos bueyes, atascada en el barro. Los bueyes no eran capaces de sacarla adelante. El hombre de rodillas y con las manos juntas rezaba y rezaba a ver si los bueyes desatascaban la carreta. Ve llegar a Jesucristo y le dice “Maestro, maestro, mira mi carreta atascada, los bueyes no pueden sacarla. Tu, que todo lo puedes, échame una mano”. Pero Jesús no le hizo caso y siguió adelante.
Más arriba encontraron a otro hombre también con la carreta atascada, envuelto en sudor, enfurecido contra lo de arriba y lo de abajo, ayudando a los bueyes con todas sus fuerzas a desatascar la carreta. Ve llegar a Jesús y le dice: “Maestro, maestro, mira mi carreta atascada, yo empujo con todas mis fuerzas, pero ni los bueyes ni yo empujando cuando puedo, podemos desatascarla. Tu, que todo lo puedes, échanos una mano”· Jesús toca la carreta, y la carreta, sin más, sale adelante.
Los discípulos le preguntan a Jesús: “¿Pero Maestro, como es que al hombre de más abajo, que estaba de rodillas y con las manos juntas, rezando y pidiendo ayuda a Dios, no le hiciste ni caso, y en cambio a este enfurecido contra lo de arriba y lo de bajo, sin más, le ayudaste a sacar la carreta adelante?”.
Jesús les contesta: “es que este hombre hacía lo que podía”.
El Papa Francisco expulsa de la Curia al cardenal 'ultra' Robert Sarah, el 'papable' de Vox, Salvini y Trump, y de otros más, algunos agazapados en la Curia romana, opuestos abiertamente a la renovación de la Iglesia, por la que lucha Francisco, para desatascar la enfangada carreta de la Iglesia de la maldita pederastia, de la ambición de dinero y poder y de la marginación de la mujer en toda la estructura oficial de la Iglesia.
Sarah era el todopoderoso prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que no hacía más que poder palos en las ruedas de las reformas que Francisco quiere llevar adelante, que son una imperiosa y urgente necesidad que tiene de la Iglesia para volver a ser más coherente con el mensaje del Evangelio y a sí ser camino de luz, verdad y vida para los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y a la vez para el planeta que los sostiene.
Sarah es el preferido “papable” de los sectores más ultraconservadores de la Iglesia para suceder a Francisco, que tardó todo un año en regular una petición específica del Papa para permitir que las mujeres pudieran participar en el rito del Lavatorio de los Pies en la liturgia del Jueves Santo. A su lado se alinean los cardenales Burke, (promotor de Trump entre los católicos de EE.UU.), el alemán Müller, o el español Rouco Varela, todos ellos opuestos, como Sarah, a cualquier apertura hacia los homosexuales o a la promoción de la mujer en la Iglesia.
Los planteamientos de Sarah, de Salvini en Italia o los de Vox en España, con cuyo líder se reunió Sarah en el Vaticano, son convergentes. Por supuesto que se opone a la ordenación de hombres casados o la creación de ministerios para las mujeres porque supondrían un "insulto a Dios”, dice Sarah.
Es la extrema derecha, que tiene aliados en el mundo ultracatólico, que “se alimenta del odio, crece y disfruta con él, lo fomenta entre sus seguidores y lo inocula en la ciudadanía” (Ver Juan José Tamayo, autor de la Internacional del Odio, Icaria Editorial).
Señor Sarah, déjese de ir contra el Evangelio y su mensaje, váyase del Vaticano y regrese a Guinea, su tierra de origen, que tanto necesita de alguien que la ayude, pues está entre los 17 países más empobrecidos de Africa, con IDH de 0,473, un PBI per cápita de solo 860 €, de poco más de 2 € por persona y día. Despréndase de sus ambiciones “papales” y hágase pobre entre los empobrecidos de Guinea: ahí, tirando de la carreta de los más necesitados de su país, encontrará a Jesucristo de verdad, y no celebrando misas de espaldas al pueblo, como hizo recientemente.
Aprenda de Francisco, que arriesgándolo todo se va a Irak, un pueblo que ha sufrido mucho, víctima de una guerra y sus grandes secuelas, declarada el 20 de marzo de 2003, por los conservadores como usted de EE.UU. aliados con los también conservadores del R. Unido y España. Lamentable alianza, justificada en una escandalosa mentira para declarar la guerra. Ahora Francisco se acerca a aquel pueblo para darle por lo menos ánimo y esperanza.
Váyase usted a echar una mano a Guinea, económicamente aun mucho peor que Irak que tiene un IDH de 0,674, pero me parece que usted quiere seguir merodeando por el Vaticano porque sus sentimientos están muy lejos de África, precisamente el continente que hoy debería concitar el mayor compromiso del resto del mundo y particularmente de los seguidores del mensaje de liberación de Jesucristo, porque es el Continente donde están los más empobrecidos de la tierra, donde más se sufre, donde millones de mujeres son unas esclavas, donde el cambio climático causa estragos y aumenta el hambre.
Usted que estuvo al frente de cultos, ritos y liturgias tan meticulosos, busque a Jesucristo, no solo en Eucaristías y solemnidades, sino sobre todo entre los empobrecidos del mundo, que es donde realmente está necesitado y nos espera a todos para que en ellos le echemos una mano, particularmente en el empobrecido Continente Africano donde está también su natal y muy empobrecida Guinea.
Nota.-La fabulación de las dos carretas seguramente os sonará a la composición de Samaniego titulada “El carretero y Hércules”. Una lectora, que lee sin parar y sabe innumerables poesías y pudo haber sido una gran profesora de literatura, a la que le comenté de qué iba el escrito de hoy, enseguida asoció las dos cosas. A veces, lamentablemente, se pierden buenos talentos, y más en el Tercer Mundo.
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