El seguimiento de Jesús de Nazaret para un mundo mejor
| Faustino Vilabrille
Comentario al Evangelio del domingo de hoy 14 de enero de 2024, en el que destacan dos cuestiones importantes:
PRIMERA CUESTION.- Juan Bautista se fija en Jesús y dice: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Para los Israelitas el cordero tenía un significado muy importante porque hacía referencia a la liberación del pueblo hebreo de la opresión de Egipto, donde estaba sometido a cruel esclavitud. Es cuando Dios le dice a Moisés: “he visto la opresión de mi pueblo en Egipto y escuchado el clamor, los gemidos y el sufrimiento que le arrancan los capataces…, y he bajado para librarlo de las manos de los egipcios y llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, una tierra que mana leche y miel” (dos alimentos muy valorados en aquel tiempo). La conclusión es clara: Dios rechaza toda opresión de un pueblo por otro pueblo, tal como están haciendo hoy los pueblos de Occidente con los pueblos de África, y además los EE.UU. y Canadá con América del Sur y otros países, y también Rusia y China con África, y así pasó tantas veces a través de la historia, pero no aprendemos de ella, y por eso parece que estamos condenados a repetirla.
Bien se olvidaron de esto los actuales Israelitas, pues están sometiendo a los palestinos a un cruel genocidio: en poco más de tres meses los muertos ya superan los 23.600 (el 70 % mujeres y niños), 60.000 heridos, 7.000 desaparecidos, 1,9 millones de desplazados forzosos.
Unos 10 niños son mutilados por las bombas de Israel cada día en la Franja de Gaza, por lo que a más de 1000 niños ya les han tenido que amputar una o ambas piernas, y la mayoría sin anestesia: ¡Qué horrible crueldad es hacer sufrir a los niños y niñas de esta manera! ¡Qué culpa tienen ellos de nada! En tres meses han muerto 107 periodistas y otros profesionales sanitarios. Hoy Gaza está siendo un mar de sufrimiento, de clamor y gemidos. ¡Nos sumamos a todas las personas e instituciones que se manifiestan y gritan contra esta barbarie! ¡Es un crimen abominable!
Según diferentes textos bíblicos del Antiguo Testamento, el cordero sacrificado también pasó a significar la víctima para el perdón de los pecados, y que Dios, tanto para liberar de esclavitudes y enfermedades como para perdonar los pecados, necesitaba sangre y muerte, por lo que Juan Bautista anuncia a Jesús como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Esta concepción tan horrorosa de Dios aun sigue en vigor en muchas teologías, espiritualidades y conductas de nuestro tiempo, interpretando que el sacrificio, el sufrimiento y el dolor, por si mismos, ya nos acercan a Dios. Ese no es el Dios de Jesús de Nazaret. Jesús no se ofreció en la cruz, ni como víctima, ni como sacrificio a Dios por nosotros y nuestros pecados. Su sangre en la cruz no fue una ofrenda a Dios, porque el Dios Padre-Madre de Jesús y nuestro no necesita sangre para perdonar, no necesita ninguna víctima propiciatoria. El Dios de Jesús no necesita ningún dolor, ni ninguna inmolación, ni ninguna muerte para darnos su perdón. El Dios de Jesús no nos castiga con ningún mal. Al contrario, rechaza todo eso. El Dios de Jesús no necesita nada, porque lo tiene todo, incluida la bondad, la ternura, la compasión, el amor. El Dios de Jesús es el Dios-Amor. Por tanto, la muerte de Jesús no fue ningún sacrificio, fue un puro asesinato, porque se enfrentó a los opresores del pueblo, tanto desde el poder religioso como político. Su muerte fue consecuencia directa de la denuncia de los opresores del pueblo y la defensa de los oprimidos. Las diferentes religiones y los sistemas de gobierno que tenemos hoy ¿están al servicio del pueblo, o más bien a vivir a costa del pueblo? Jesús arriesgó su vida hasta la muerte por el pueblo, denunciando a los opresores y luchando por los oprimidos, y por eso fue perseguido y asesinado.Dios no quiere más sufrimiento que el que brota precisamente de la lucha y el compromiso contra el sufrimiento, que fue justamente lo que hizo Jesús, y eso es lo que El nos pide: que luchemos contra el mal y por el bien con todas nuestras fuerzas.
SEGUNDA CUESTION.- El seguimiento de Jesús: este texto de hoy nos habla de los primeros discípulos de Jesús que se deciden a seguirlo. Seguir a Jesús es para hacer en este mundo lo que El hizo. Lo que Él hizo lo reflejan clarísimamente los Evangelios, que literalmente dicen: “Jesús empezó a hacer y a enseñar”. ¿Qué hacía Jesús? Así lo dicen los Evangelios: “curar toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”, desde toda clase de enfermedades al hambre, desde la marginación a la rehabilitación de las personas más pobres y marginadas. ¿Qué enseñaba Jesús? Jesús era un gran educador, sobre todo de la asignatura más importante: La asignatura de la vida, ser un gran maestro de vida porque fue maestro de amor, enseñándonos a amarnos unos a otros; maestro de fraternidad, enseñándonos a tratarnos como hermanos; maestro de solidaridad, enseñándonos a compartir los bienes con los más necesitados; maestro de salud, para cuidar nuestra vida, la de los demás, y la de toda la creación; maestro de fe para saber que nuestra vida no se acaba con la muerte y al final nos espera Dios para darnos plenitud de vida para siempre; maestro de justicia, para que seamos justos unos con otros, porque sin justicia no hay paz ni Derechos Humanos, ni vida digna; maestro de esperanza, para que nunca nos dejemos arrastrar por la desesperación y ofrezcamos a todos los oprimidos del mundo una palabra de esperanza, de poder vivir dignamente; maestro de luz, para que seamos luz de vida para nosotros y para los demás con nuestros hechos y nuestras palabras; maestro de salvación, para este mundo y para la vida eterna; maestro de sentido de la vida, para que sepamos siempre por qué y para qué vivimos, y por qué para qué hacemos el bien y evitamos el mal; maestro de entrega a los demás, para que hagamos un mundo mejor y más bueno para todos los seres humanos y para toda la creación, maestro de compromiso con los más oprimidos y necesitados de este mundo, porque son los más golpeados con muchos dolores y muchos sufrimientos injustos. Seamos testigos, hasta el final si hace falta, de todos estos grandes valores que nos enseñó Jesús, que tanto necesitan la Humanidad y la Creación. Así seremos en este mundo lo mejor que podemos ser.
Nota.-Gracias a todos los que nos habéis manifestado vuestro apoyo al Papa Francisco tanto por E-mail como por WhatsApp, respondiendo a la campaña de Religión Digital, que sigue abierta para poder participar.
Feliz domingo a tod@s.-Faustino