"Sin resolver la plena participación de las mujeres en la Iglesia, se hablará de sinodalidad pero no se realizará" ¿Cómo va el sínodo de la sinodalidad?
"Solo desde una vergüenza sincera y honda se puede recomenzar de nuevo. Muchos han tapado los pecados de la Iglesia. Otros los han relativizado aduciendo que ellos suceden mucho más en otros espacios no eclesiales y otros los han calificado como ataques contra la institución eclesial"
"Se nota el esfuerzo de algunos sinodales para mantener la dinámica prevista. Sin embargo, quedan varias dudas en el ambiente ya que todos los grupos están formados por demasiados miembros de los respectivos dicasterios y no se nota una participación más plural de expertos, ni mucho menos, participación del laicado -varones y mujeres- y de procedencia geográfica más variada"
El Sínodo de la sinodalidad está en la segunda semana de realización. Comenzó con un retiro espiritual y una vigilia penitencial en la que, después de escuchar tres testimonios -de un sobreviviente de abusos sexuales, de una voluntaria que acoge a migrantes y de una religiosa testiga de la guerra en Siria-, siete cardenales pidieron perdón por pecados de la Iglesia que han socavado la confianza en ella.
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El mismo Papa redactó esas peticiones de perdón contra los abusos sexuales de menores, contra la paz, la creación, los pueblos indígenas, los migrantes, el pecado contra la mujer, la familia, los jóvenes; el pecado contra la pobreza, contra la sinodalidad, contra la falta de escucha, y contra la doctrina utilizada como piedra para ser arrojada. Personalmente me impactaron las palabras con las que se introducía cada petición de perdón: “sintiendo vergüenza”.
Efectivamente, solo desde una vergüenza sincera y honda se puede recomenzar de nuevo. Muchos han tapado los pecados de la Iglesia. Otros los han relativizado aduciendo que ellos suceden mucho más en otros espacios no eclesiales y otros los han calificado como ataques contra la institución eclesial. Esa vigilia permitió mostrar un deseo sincero de honestidad, de reparación de las víctimas, de hacer lo posible porque eso nunca más suceda. Todo esto solo será posible en la medida que todos los miembros del Pueblo de Dios “sintamos vergüenza” por la Iglesia que amamos, reconociendo que le falta tanto para testimoniar la Iglesia querida por Jesús.
Los trabajos sinodales se están centrando en el Instrumentum Laboris. Ya se trabajó la parte correspondiente a los “Fundamentos de la sinodalidad” y estos días se está trabajando la Primera Parte, titulada “Relaciones”. La metodología, a grandes rasgos, consiste en la intervención de los participantes en la mesa que les corresponde, diciendo lo positivo del documento y lo que necesita ser revisado. La persona que hace el papel de relatadora organiza los aportes y la síntesis de cada mesa será llevada a las plenarias o congregaciones generales. Así se hará con cada una de las tres partes del documento, hasta llegar al día 21 de octubre en el que se presentará el borrador del documento final, el cual será discutido del 22 al 26, de forma que el 27, se clausure el sínodo.
De lo que se puede saber por las ruedas de prensa, una petición importante que salió desde el inicio fue sobre el trabajo de los diez grupos de estudio, nombrados por Francisco, pidiendo que sus resultados sean devueltos a los sinodales, antes de ser ratificados por el Papa. De esa manera, no quedan como aportes independientes del sínodo, sino que permanecen en la dinámica sinodal. También se preguntó sobre la conformación del grupo 5 -sobre ministerios eclesiales- que está bajo la coordinación del Dicasterio para la fe y del que no se conocen sus integrantes. No sé cómo lo concretarán, pero se nota el esfuerzo de algunos sinodales para mantener la dinámica prevista. Sin embargo, quedan varias dudas en el ambiente ya que todos los grupos están formados por demasiados miembros de los respectivos dicasterios y no se nota una participación más plural de expertos, ni mucho menos, participación del laicado -varones y mujeres- y de procedencia geográfica más variada.
Otro aspecto a destacar es la insistencia en la realidad de las mujeres. Se sabe de los esfuerzos por no tratar el tema en el sínodo y la justificación de no ser algo tan importante para que centre la dinámica del mismo o de no considerar que sea el momento adecuado para hablar de ministerios ordenados para las mujeres, especialmente, del diaconado. Sin embargo, no dejan de aparecer las preguntas, las insistencias, las búsquedas, la conciencia cada vez más creciente de que sin resolver con acciones y no con justificaciones, la plena participación de las mujeres en la Iglesia, se hablará de sinodalidad pero no se realizará plenamente, se pedirá perdón pero no se restituirá la confianza.
Vale la pena saber que al inicio del sínodo diversas organizaciones de mujeres, especialmente las que han pedido explícitamente los ministerios ordenados, pretendieron recordar sus peticiones con pancartas en los alrededores de la Plaza de San Pedro y fueron interceptadas, desde antes de llegar a la plaza, por guardias de seguridad, impidiéndoles la entrada. Estas acciones se divulgan poco, pero conviene saberlas para entender las resistencias eclesiales pero, al mismo tiempo, la firmeza de tantas mujeres en sus demandas ya que crece la conciencia de realizarlas no porque sean un grupo pequeño de mujeres -revoltosas, feministas o desadaptadas de la Iglesia (como invocarían algunos)-, sino por responder a una vocación que proviene del Espíritu y desde hace mucho tiempo (por no decir desde los orígenes), se ha manifestado y no dejará de hacerlo. Podrán acallarlo, pero no extinguirlo. He ahí la responsabilidad histórica de este momento actual. Sin embargo, pareciera que no está fácil conseguirlo. Queda el desafío de no bajar la guardia porque la sinodadlidad no será efectiva sin dar pasos en este sentido.
El sínodo continúa y desde la Fundación Amerindia -red de teólogos/as latinoamericanos-, auspiciadores del “Observatorio Latinoamericano de sinodalidad”, se ha establecido una “tienda de la sinodalidad” a partir de la cual se están ofreciendo reflexiones teológicas a las madres y padres sinodales que lo desean. Así mismo se están realizando mesas temáticas sobre muchos de los temas que exigen la vivencia sinodal: pastoral hispana en Estados Unidos, afrodescendientes, pueblos originarios, horizonte liberador latinoamericano, opción por los pobres, vida religiosa, movimientos populares, misión evangelizadora de la Iglesia, laicado, mujeres, ministerios ordenados, estructuras sinodales, migrantes, etc. De esta manera se está acompañando el proceso sinodal y se espera contribuir, posteriormente, en la recepción de este acontecimiento eclesial. Aquí estamos en esta tarea, con dedicación y entusiasmo. Esperemos que el Espíritu supere todas las resistencias y los frutos sean abundantes.
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