DE LA TRISTEZA A LA ALEGRIA

Iglesia en salida sigue interpellandonos

El camino de salida se hace mas claro cuando vamos a lo esencial del mensaje de Jesus

No es evidente que nuestros obispos y sacerdotes sean felices en su forma de vivir y actuar.

Tienen mas cara de personas tristes que de personas que viven la gran alegria del amor. 

obispos tristes

Una imagen que ilustra la tragedia humana de esos obispos y sacerdotes, encerrados en un sistema eclesial que responde mas a los preceptos de lo que se puede hacer y de lo que no se puede hacer. La fe creativa, don de Dios, que va según la inspiración del amor y de la buena fe, no se nota en ellos.

Cumplen con un esquema, establecido desde tiempo, que hace de ellos funcionarios de la ley establecida, siglos anteriores, que no responden ni al Evangelio, ni a los creyentes  de fe creativa. Reconocer la acción del Espíritu de Jesús en la vida de las personas es reconocer la “fe creativa” con la cual superan los desafíos  de los tiempos que vivimos. 

Urge integrarse a la vida cotidiana de manera a encontrarse de nuevo con el camino de la vida y de la verdad. A los discípulos que le preguntaba a Jesús ¿quién es?  “Yo soy el camino, la verdad y la vida." (Jn 14,6) Por ese camino hay que andar con el Espíritu de Jesús  que no les hará falta  para guiarlos en la amor de las personas que se encontraran en su camino. Este Espíritu de Jesús se ubica por encima de todas las leyes establecidas por los hombres y mujeres de nuestro mundo. 

 Tienen que liberarse de todos esos esquemas artificiales que les quita la espontaneidad  del ser libre y creativo en lo humano de todos y todas. El precepto fundamental de Jesús es que nos amemos los unos a los otros y que nos ayudemos los unos a los otros.

La Iglesia de hoy tiene que deshacerse de todo lo no necesario y de todo lo que limita la expresión de la fe creativa. El Espíritu  nos acompaña con los tiempos que vivimos. No responde a ninguna institución, sea que sea, sino a cada persona de buena fe, andando por el camino de la vida, de la verdad y de los mandatos de Jesús. En el Juicio final del cual nos habla Jesus, nos dice lo que mas importa y lo que será tomado en cuenta en el Juicio final en el cual será, el mismo, Juez designado por el Padre.

La Iglesia institución tiene que alinearse sobre esos elementos esenciales que son los del juicio final. La autentica moral es la de un amor que se deja interpelar por esa humanidad que sufre de las miserias que nacen del egoísmo, de la prepotencia, de la mentira, de las ambiciones de conquistas y de dominación.    No hay que meterse con ellos sino con las victimas de ellos.  El Espíritu sabrá guiarlos y darlos lo necesario  para cumplir con lo que les corresponde, según sus consciencias. La buena fe y el amor por los demás permiten oír la voz del Espíritu en el cotidiano de la vida de cada uno. 

En eso, cada ser humano, que sea quien sea, encontrara inevitablemente la paz y la alegría de servir a los pobres y humildes que se encontraran en sus caminos.   

pueblo de dios

La Iglesia tiene a su cabeza al Cristo resucitado así que su Espíritu que distribuye sus dones como bueno lo entiende.   En medio de nosotros hay profetas, sacerdotes y pueblo de Dios. Todos tienen poder para actuar en conformidad con los mandatos de Jesús y de su Espíritu. En ellos no existe el “poder” para dominar  sino el “poder” para servir humildemente a su prójimo. En esta Iglesia no hay espacio para la manipulación, la mentira, las ambiciones de poderes. Los pobres y humildes son sus aliados y con ellos se la reconoce.

Oscar Fortin

30 de enero 2001 

Volver arriba