Estreno de una misa
Es la primera vez que asisto al estreno de una misa y me imagino que será la última, porque no es algo que sucede todos los días. El acto se celebró en Madrid, en la parroquia de Santo Domingo del Real de la calle de Claudio Coello y el público estaba constituido por los familiares y amigos del autor, Pepo Camuñas, que nos invitaba a rezar juntos. Quiso aprovechar estas fiestas ya que la misa estaba dedicada a la Sagrada Familia, y es un momento idóneo para el recuerdo a San José, la Virgen y el Niño.
¿Qué tipo de música íbamos a escuchar? ¿Cómo sería la letra? Nuestras dudas iniciales se despejaron al oír la canción de entrada dedicada al Niño Jesús “quiero ser como tú un niño bueno, un hombre bueno” repetía el coro. Cantaron en un tono festivo y alegre que se mantuvo a lo largo de toda la celebración y que me recordaba a nuestros villancicos populares, pero con mucha más enjundia musical. Muy original también la canción del ofertorio, pidiéndole a Dios que perdone nuestras faltas y no nos abandone.
Tras la consagración recordó la presencia de Dios entre los hombres y en la comunión, que fue numerosa, dio tiempo para que escucháramos tres piezas “si le quieres díselo”, “yo soy feliz” y “sé que tú me quieres”. No podía faltar al final un himno a María y un recuerdo especial a San José, siempre tan olvidado. El acto se cerró con una recomendación a no tener miedo y a volar sin ataduras, pues contábamos con un inmejorable compañero de viaje, que era Dios mismo.
Al éxito de este estreno contribuyó el coro Alborada que, dirigido por Gonzalo Burgos, interpretó con maravillosas voces todas las canciones. Imagino que detrás hubo muchas horas de ensayo con el autor, porque eran muchas piezas y todas nuevas.
No sé la razón pero al final me pareció que esta misa se podía comparar con el último libro del papa sobre Jesús de Nazaret pues aunque Pepo es más joven, también está rodeado de nietos y peina canas. Ambos, al atardecer de su vida como hiciera el anciano Simeón, han alzado al Niño en brazos y nos han querido ofrecer el testimonio de su fe, de las creencias que han dado sentido a su vida para que siguiéramos su camino. El papa lo ha plasmado en un libro, que es el instrumento que mejor maneja, Pepo lo ha hecho con la música.
Me resulta imposible juzgar la calidad musical pues no soy experta, lo que sí puedo decir es que se cumplió lo que quería el autor: que en esta Navidad, tan próxima, rezáramos juntos todos sus amigos. Si alguno está interesado en conocer más puede pedir el DVD a la Fundación Antonio Camuñas.
¿Qué tipo de música íbamos a escuchar? ¿Cómo sería la letra? Nuestras dudas iniciales se despejaron al oír la canción de entrada dedicada al Niño Jesús “quiero ser como tú un niño bueno, un hombre bueno” repetía el coro. Cantaron en un tono festivo y alegre que se mantuvo a lo largo de toda la celebración y que me recordaba a nuestros villancicos populares, pero con mucha más enjundia musical. Muy original también la canción del ofertorio, pidiéndole a Dios que perdone nuestras faltas y no nos abandone.
Tras la consagración recordó la presencia de Dios entre los hombres y en la comunión, que fue numerosa, dio tiempo para que escucháramos tres piezas “si le quieres díselo”, “yo soy feliz” y “sé que tú me quieres”. No podía faltar al final un himno a María y un recuerdo especial a San José, siempre tan olvidado. El acto se cerró con una recomendación a no tener miedo y a volar sin ataduras, pues contábamos con un inmejorable compañero de viaje, que era Dios mismo.
Al éxito de este estreno contribuyó el coro Alborada que, dirigido por Gonzalo Burgos, interpretó con maravillosas voces todas las canciones. Imagino que detrás hubo muchas horas de ensayo con el autor, porque eran muchas piezas y todas nuevas.
No sé la razón pero al final me pareció que esta misa se podía comparar con el último libro del papa sobre Jesús de Nazaret pues aunque Pepo es más joven, también está rodeado de nietos y peina canas. Ambos, al atardecer de su vida como hiciera el anciano Simeón, han alzado al Niño en brazos y nos han querido ofrecer el testimonio de su fe, de las creencias que han dado sentido a su vida para que siguiéramos su camino. El papa lo ha plasmado en un libro, que es el instrumento que mejor maneja, Pepo lo ha hecho con la música.
Me resulta imposible juzgar la calidad musical pues no soy experta, lo que sí puedo decir es que se cumplió lo que quería el autor: que en esta Navidad, tan próxima, rezáramos juntos todos sus amigos. Si alguno está interesado en conocer más puede pedir el DVD a la Fundación Antonio Camuñas.