La noche mas oscura
No entiendo el motivo de haber nominado para los Oscar a la película dirigida por Kathryn Bygelow, La noche más oscura. Teníamos ilusión de conocer la manera en la que la CIA había dado con Bin Laden, y fuimoscon ese propósito, una tarde al cine, pero reconozco que me decepcionó y salí con mal sabor de boca. La segunda parte de la cinta, que hace referencia a la entrada en Pakistán con los soldados en helicópteros encargados del asalto al domicilio del jefe árabe, discurre de noche. Con ello, burlaron la vigilancia pakistaní (no nos dicen la forma en que lo que hicieron o si estaban en connivencia con su gobierno) pero también burlaron a los espectadores, porque se ven mal las imágenes surcadas por unos rayos laser, que llevan los soldados en la frente, como mineros sofisticados. Uno de los helicópteros se incendia pero los vecinos no se enteran, hasta que se pueden ir de vuelta a su base, las fuerzas especiales que participaron en el asalto.
Si esta parte no tenía interés, los primeros 40 minutos son espantosos porque se regodean en las torturas a los árabes, que considera la CIA, son conocedores del paradero de Bin Laden. No nos ahorran ninguna imagen brutal y tampoco muestran signos de disgusto o arrepentimiento los verdugos. La protagonista principal pone caras cuando asiste al primer interrogatorio con estos métodos, pero le duran muy poco tiempo los escrúpulos y la directora es una mujer, lo que desmiente que seamos más misericordiosas que los varones. Algo que ya quedó demostrado cuando las “tricoteuses” de la Revolución Francesa, hacían punto debajo de la guillotina aunque se salpicaran de sangre.
Leí hace poco en algún sitio, un estudio sobre adolescentes entre 12 y 17 años que ponía de manifiesto, que estos jóvenes no dudan en hacer daño a otros, si con ello piensan alcanzar algún bien. No creo que esta película sirva para cambiar esta tendencia sino todo lo contrario, pero una de mis hijas me decía, que lo que ven estos niños en la tele e incluso los juegos de ordenador van por esta línea. ¿Cómo no van a ser violentos?
La única cosa encomiable es que la película habla de la libertad de los EEUU, un país que permite ventilar los trapíos sucios de su gobierno e incluso está dispuesto a conceder un premio a quién lo hace. Hay que ser justo y reconocer que muy pocas naciones siguen esta línea, más bien se persigue a los que se atreven a levantar las alfombras de las cloacas de los estados.
Si esta parte no tenía interés, los primeros 40 minutos son espantosos porque se regodean en las torturas a los árabes, que considera la CIA, son conocedores del paradero de Bin Laden. No nos ahorran ninguna imagen brutal y tampoco muestran signos de disgusto o arrepentimiento los verdugos. La protagonista principal pone caras cuando asiste al primer interrogatorio con estos métodos, pero le duran muy poco tiempo los escrúpulos y la directora es una mujer, lo que desmiente que seamos más misericordiosas que los varones. Algo que ya quedó demostrado cuando las “tricoteuses” de la Revolución Francesa, hacían punto debajo de la guillotina aunque se salpicaran de sangre.
Leí hace poco en algún sitio, un estudio sobre adolescentes entre 12 y 17 años que ponía de manifiesto, que estos jóvenes no dudan en hacer daño a otros, si con ello piensan alcanzar algún bien. No creo que esta película sirva para cambiar esta tendencia sino todo lo contrario, pero una de mis hijas me decía, que lo que ven estos niños en la tele e incluso los juegos de ordenador van por esta línea. ¿Cómo no van a ser violentos?
La única cosa encomiable es que la película habla de la libertad de los EEUU, un país que permite ventilar los trapíos sucios de su gobierno e incluso está dispuesto a conceder un premio a quién lo hace. Hay que ser justo y reconocer que muy pocas naciones siguen esta línea, más bien se persigue a los que se atreven a levantar las alfombras de las cloacas de los estados.