Ven, ven, Señor (Adviento de los pobres)

Ven, ven, Señor. Ven cuanto antes a este mundo hermoso y terrible. Hermoso como salido de manos divinas, y terrible por la fealdad que en él acumulamos cada día. Ven a inaugurar la mañana. Ven a ser dueño del mar, a llenar con tu inmensidad el silencio, tú que eres la Palabra eterna. Ven a la belleza del paisaje y a la belleza como un dolor en el corazón del hombre. Ven, Señor, y sé dueño de la lluvia y los pájaros. Ven al corazón y al rostro de los niños, al sueño de eternidad de los amantes. Ven adonde mana la ternura de las madres.

Ven a este mundo terrible del amor y del odio, de la dulzura y la violencia. Ven, antes que sea tarde, a la miseria y al misterio del hombre. Ven a la paz y con la paz. Ven con el pan y la esperanza. Ven a la soledad, ven a la vida humana, ven a la tristeza y al miedo. Ven a esta muerte, tan segura y tan nuestra.

Desde lo hondo te llamo, Señor. Desde la guerra y el dolor te llamo. Desde la locura de las armas te llamo. Desde la injusticia establecida te llamo. Desde el hambre de pan, de libros, de dignidad te llamo. Desde la pobreza impuesta, la maldad y la estupidez te llamo.

Ven, Señor Jesús, a la tierra del hombre, al ser del hombre. Sálvanos. Y quédate con nosotros para siempre.
Amén.
Volver arriba