Una bendición para la cena de Navidad

Me voy a permitir una licencia pequeñita. Ahí va el poema-bendición familiar de Nochebuena, útil quizá para todo el ciclo navideño. Creo recordar que ya lo ofrecí hace dos o tres años. No importa. También las familias desempolvan las figurillas guardadas del Belén para colocarlas estos días a la vista de niños y mayores. Aquí las figuras del Nacimiento se hacen palabra. La Iglesia tampoco tiene reparo alguno en repetir año tras año en su liturgia la profundidad de sus textos y sus cantos. Y los villancicos populares de estos días apoyan su actualidad en una larga tradición.

NOCHEBUENA
(Bendición de la mesa)



El niño Jesús,
nacido en Belén,
bendiga esta cena
y a nosotros también.
Bendito aquello niño
y aquella mujer
que lo trajo al mundo
y lo trajo bien.
Por hacer de padre,
bendito José.
Bendita la noche,
bendita la fe
con que los pastores
lo fueron a ver.
Niño tan divino
nunca habrá como él.
Niño tan humano
tampoco veréis.

Ven a esta familia,
Divino Manuel.
Aquí tienes casa
si quieres nacer.
Tú, “Dios con nosotros”.
Nosotros, con Él...
Ven y haz este mundo
nuevo de una vez.
Ven a esta familia
para siempre. Amén.

(Obra poética, p. 379).
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