Ante una talla mariana del s. XV

En torno a la Ascensión del Señor y en mayo,
no nos parece ajeno ofrecer este homenaje,
humilde y cariñoso, a su Madre.


Pequeñita eres, María,
pero madre y bella.
Se mueve tu Hijo en tu regazo
de derecha a izquierda,
mas está bien segura entre tus brazos
su figura traviesa.
Pero es tu risa la que me enamora
porque es tan suave y no cesa.
Te hizo así el escultor
pequeñita y risueña
según cánones góticos de moda,
de humor y gracia llena.
Te miro y te remiro, tú me vuelves
más pequeñas las penas
mientras sigues riéndote
con tu sonrisa abierta.
De mí puedes reírte. Te proclamo
del humor, del amor, de la sonrisa Reina.

(Septiembre de 2016).
Volver arriba