Josep Miquel Bausset “La Llum Santa i delicada al Carme s’en va entrar”

Josep Miquel Bausset
Josep Miquel Bausset

"En este primer domingo de Cuaresma, la Luz, que es Jesús, el profeta de la compasión y de la ternura, sigue iluminando nuestro mundo"

Así cantan, en catalán, los Gozos de la Misteriosa Llum, la fiesta que hoy domingo, celebra la ciudad de Manresa, para conmemorar el prodigio que tuvo lugar en la capital de la comarca del Bages, el 21 de febrero de 1345, cuando la luz procedente de Montserrat dio la razón a los manresanos, en el pleito que mantenían con el obispo Galceran Sacosta, por la construcción de una acequia que pasaba por las propiedades del obispo de Vic.

Desde hacia tiempo Manresa sufría una gran sequía y por eso los consejeros de la ciudad pensaron construir una acequia, para conducir el agua del rio Llobregat desde Balsareny a Manresa. Con la aprobación del rey Pedro III, Guillem Catà proyectó el trazado de la acequia. Pero cuando el obispo de Vic supo que el agua pasaría por sus propiedades, prohibió las obras. Los manresanos, sin hacer caso al obispo Galceran Sacosta, continuaron las obras. Pero el obispo, insensible al sufrimiento de los manresanos por la sequía que padecían, mandó cerrar todas las iglesias de la ciudad, dejándolos sin poder ir a misa.

La Llum al Carme
La Llum al Carme

Por eso, ante la obstinación del obispo de Vic por el agua que pasaba por tierras de su diócesis, Manresa vivió siete años de problemas, los años que duró semejante desventura, debido a la cabezonería del obispo. Pero como cantan los gozos de la Misteriosa Llum, el 21 de febrero de 1345, los manresanos vieron una Luz que venía de Montserrat “en rescate de nuestro bien”, como cantan los Gozos, mientras sonaban las campanas de todas las iglesias de Manresa. Y es que desde Montserrat, ciertamente (como dicen estos Gozos) partió tal alta ventura, porque “la Virgen procura siempre el bien de los ciudadanos”.

Como cuenta la tradición, la luz que venía de Montserrat y que entró por el rosetón de la antigua iglesia del Carmen se va partió en tres, como cantan estos Gozos: 

"una part en gran claror entrà dins la Trinitat, l’altra a Sant Salvador de consemblant igualtat; l’altra, sens fer moviment, en la clau restà segura”. Finalmente “la Llum de nostra ventura isqué dalt per l’obertura, restant el poble content”. Manresa comprobó con la Misteriosa Llum, que “aquella Llum resplandent tan gentil, clara i pura, la Trinitat ens figura Misteri tan excel·lent”.

El obispo Galceran Sacosta, que había hecho sufrir a los manresanos, prohibiéndoles que la acequia pasara por sus propiedades, se rindió ante el prodigio de la Misteriosa Luz y permitió que la acequia siguiese su curso. Y es que muchas veces, a lo largo de la historia, los obispos, en vez de velar por el pueblo con solicitud, han preferido velar por sus tierras y por sus propiedades.

En la Biblia (ya desde el Génesis) y sobre todo en los Evangelios, y más aún en el de San Juan, el signo de la luz es muy presente. Jesús mismo nos dice que él es la luz del mundo, una luz que “resplandece en medio de las tinieblas sin que las tinieblas la hayan podido alcanzar” (Jo 1:5).

Igual que hace 676 años, también hoy la Misteriosa Llum nos anima a romper las tinieblas de nuestro mundo, a trabajar por la justicia y a iluminar tantas y tantas oscuridades como encontramos en nuestra sociedad. Hoy la Llum de Manresa nos anima a hacer nuestro el proyecto “Invulnerables”, que promueve Sor Lucía Caram, a involucrarnos en el voluntariado en el hospital San Juan de Dios, a colaborar con Cáritas, Ampans o con las diversas ONGs de Manresa que trabajan para ayudar a los más desfavorecidos de nuestra sociedad, sobre todo en este año tan difícil, debido a la covid-19. La Luz que acabó con el pleito por la acequia en el siglo XIV, también nos empuja a acompañar, con afecto y solicitud, a los inmigrantes y a los refugiados que llegan a Manresa, para que sientan el calor humano de una ciudad solidaria y fraterna.

Los Gozos de la Misteriosa Llum nos describen el cambio de actitud del obispo de Vic cuando vio el prodigio de la luz que venía de Montserrat y que entraba en la iglesia del Carmen: “Yo no quiero más rotura con mi pueblo ni con mi gente”. Por eso hoy, 21 de febrero, la fiesta de la Misteriosa Llum también nos anima a trabajar para que en Manresa no haya ninguna fractura social, sino que sabiéndonos hermanos los unos de los otros, sepamos acoger y acompañar, con solicitud y amor, a los que más sufren. De esta manera también entrará en nuestro corazón la luz que es Jesús de Nazaret, que ilumina y llena de claridad los rincones más oscuros de nuestra vida.

En este primer domingo de Cuaresma, la Luz, que es Jesús, el profeta de la compasión y de la ternura, sigue iluminando nuestro mundo.

Como decía el periodista Xavier Domènech (Regió 7, 13 de febrero de 2020), “la luz enlos ojos de que hablaba Maragall, conduce a trazar nuestras acciones con la cabeza”. Y yo añado: y pero todavía más con el corazón.     

Volver arriba