Así define el Diccionari Normatiu Valencià el término “política”. Un arte (y por lo tanto los políticos habrían de hacer un trabajo de artesanía), para buscar el bien común y para encontrar soluciones. De hecho, el papa Francisco elogia la política, cuando los políticos, como artesanos, actúan a favor de los ciudadanos. Por eso en la encíclica Fratelli tutti, el papa pide a los gobernantes que hagan política pensando en el bien de la sociedad.

El papa, que exhorta a los políticos que trabajen por grandes principios y que apuesten por hacer un buen servicio a los ciudadanos, les pide también que fomenten el encuentro y que, además, sean capaces de escuchas el punto de vista del otro. Y todavía, el papa pide a los políticos que tengan una mirada profunda y amplia para llegar a acuerdos entre adversarios.

He recordado todas estas palabras del papa Francisco, porque me ha sorprendido el tuit del 24 de noviembre que hizo el obispo José Ignacio Munilla, a propósito del acuerdo entre el gobierno del Sr. Pedro Sánchez y el grupo Bildu, de cara a aprobar los Presupuestos Generales del Estado.

El obispo de Oriola-Alacant decía en su tuit: “El hecho de que un Gobierno otorgue a los herederos de una banda terrorista la capacidad de humillar a los que fueron sus víctimas, a cambio de su apoyo para mantenerse doce meses más en el poder, es simplemente inmoral”.

"Los gobiernos, en todos los estados, intentan aprobar los PGE pactando con los diferentes grupos, para así llegar a acuerdos, fomentando el encuentro"

El acuerdo entre el gobierno del estado y Bildu, con el cual se transfieren las competencias de tráfico al Gobierno Foral de Navarra, no me parece ninguna inmoralidad, ni tampoco creo que este acuerdo humille a las víctimas del terrorismo. De hecho, los gobiernos, en todos los estados, intentan aprobar los PGE pactando con los diferentes grupos, para así llegar a acuerdos, fomentando el encuentro.

¿No es eso (buscar el acuerdo), lo que hizo el 6 de abril de 2000 el presidente José Mª Aznar, cuando pactó con UPN, precisamente la transferencia de Tráfico a la Policía Foral de Navarra? ¿No es eso también, buscando el encuentro y el acuerdo, lo que, el 10 de mayo de 2009, en el Senado español, UPN pidió? Ni más ni menos que el traspaso de las competencias de Tráfico al Gobierno Foral de Navarra, que ahora el obispo Munilla denuncia. También cabe recordar que el presidente José Mª Aznar cedió las competencias Tráfico a la Generalitat de Cataluña. Y ningún obispo no calificó este acuerdo como una humillación a la Guardia Civil.

Y es que gobernar es pactar con los adversarios, así como también fomentar el encuentro y llegar a acuerdos con los demás, como dice el papa, por el bien de los ciudadanos.

Tanto que hablan los obispos de la llamada modélica Transición y de la reconciliación, convendría que algunos de ellos recordaran la legalización del PCE y del PSOE, de UGT y de CCOO. Convendría que los obispos recordaran la llegada del president Tarradellas desde el exilio y el abrazo entre “enemigos”, como Adolfo Suárez (provinente del Movimiento Nacional) y Santiago Carrillo, secretario general del PCE. Por no hablar del papel del Sinn Féin.

"Tanto que hablan los obispos de la llamada modélica Transición y de la reconciliación, convendría que algunos de ellos recordaran la legalización del PCE y del PSOE, de UGT y de CCOO"

El ejemplo de Maixabel Lasa (viuda de Juan Mª Jáuregui) conversando con el asesino de su marido, con una actitud de reconciliación, habría de hacer reflexionar al obispo Munilla, ya que la vida siempre es encuentro, acuerdo y diálogo con los adversarios.

A menudo los obispos nos hablan de los mártires, testigos que, por la fe en Cristo, murieron perdonando a sus verdugos. Es un ejemplo éste, que habría de hacer reflexionar a nuestros pastores, para que reconocieran que en política, el acuerdo entre los adversarios es posible, necesario y beneficioso para los ciudadanos, siempre que se busque el bien común. Y no creo que traspasar las competencias de Tráfico al gobierno de Navarra, vaya contra el bien común. Por eso a nadie le habría de escandalizar el acuerdo del gobierno del estado con Bildu. Por cierto: ¿no fue el presidente Aznar quien dijo que en ausencia de violencia se podía hablar de todo? Y es que desgraciadamente, una vez y otra, algunos obispos parecen haberse convertido en portavoces del PP i de Vox. Por eso el P. Hilari Raguer, monje de Montserrat, hace unos años, dijo que “muchos obispos son neo-franquistas” (La Vanguardia, 11 de octubre de 2007).

Yo solo me pregunto si con el acuerdo del gobierno español con Bildu habrá unos mejores PGE o no. Y si este pacto hace posible que los ciudadanos salgan beneficiados o no.

Sinceramente no creo que la cesión de Tráfico a Navarra sea una inmoralidad, como dice el tuit del obispo Munilla. Ni tampoco una humillación a la Guardia Civil, todavía más, cuando los agentes de este cuerpo que no quieran irse de Navarra, podrán quedarse en el territorio foral.

Me ha gustado más otro tuit del obispo Munilla, cuando dice: “Si te lanzan una piedra, recógela, bésala y piensa: Ya tengo la primera piedra para construir un mundo nuevo”. Creo que estas últimas palabras del obispo de Oriola-Alacant son mucho más constructivas y más positivas, que las que dedica al acuerdo entre el gobierno del estado y Bildu.

Por otra parte, no calificaré de inmoral, pero sí que encuentro muy poco pastoral, que el obispo de Oriola-Alacant no utilice el valenciano que es la lengua propia del País Valenciano, como es definida por el Estatuto de Autonomía, ni en sus homilías, ni en las cartas pastorales, artículos, entrevistas o conferencias. Ni tan solo la revista del obispado, conté una solo línea en valenciano.

Y es que la mejor manera de que un pastor tenga olor a oveja, (en esta expresión tan bonita del papa Francisco), es utilizar la lengua del rebaño que el papa le ha confiado. Y creo que en Elx, en Biar, en Agost y en Altea; en Monòver y en Castalla; en Finestrat y en Crevillent; en Tàrbena en la Nucia, en la Vila Joiosa, en Xixona y en Confrides, la lengua de estas localidades es el valenciano.

"No es el pueblo quien ha de hablar la lengua del pastor, sino que habría de ser el pastor quien tendría que hablar la lengua del pueblo"

Solo me gustaría recordar que no es el pueblo quien ha de hablar la lengua del pastor, sino que habría de ser el pastor quien tendría que hablar la lengua del pueblo, al cual ha de servir. Además, teniendo en cuenta que en San Sebastián el obispo José Ignacio celebraba, con toda normalidad, la Eucaristía en vasco, también sería adecuado y muy pastoral que en los pueblos valenciano-parlantes, el obispo de Oriola-Alacant la celebrara en valenciano, que como dice el Estatuto de Autonomía, es la lengua propia del País Valenciano.