Periódicamente surge la serpiente de verano de la adscripción a la masonería de altos cargos de la Iglesia. Hubo una desdichada lista, más falsa que Judas, que sigue apareciendo como prueba irrefutable según algunos de todo lo que ha ocurrido en la Iglesia. El Concilio, el posconcilio, el desmadre y la profanación tendrían una explicación sencillísima. Estamos en manos de masones que se han propuesto, y lo están consiguiendo, acabar con la Iglesia.

Yo no sé si alguno de los de la lista es masón. Pudiera ser. Pero la gran mayoría de los listados evidentemente no lo fueron. Pero calumnia que algo queda. Y espíritus sencillos que gustan de explicaciones que lo resuelven todo aunque no se sostengan difunden convencidos lo que creen les da la razón.

Hoy leo que al cardenal Schonborn, por el que tengo escasísimas simpatías y que me parece especialmente dotado para meter la pata, le afilian a la secta. Lo recoge Secretum meum mihi en el post que os transcribo.

Tuesday, September 15, 2009
¿Es el Card. Christoph Schönborn masón?


De acuerdo con un parlamentario austriaco, Ewald Stadler (del partido “Alianza para el Futuro de Austria”, “Bündnis Zukunft Österreich”, BZÖ), el Card. Christoph Schönborn “celebró” un rito masónico secreto luego del funeral católico de su padre, el conde austriaco Hugo Damian von Schönborn (nacido en Skalken, Bohemia, ahora Skalka, República Checa).

Ewald Stadler cita verbatim al Gran Maestre de Innsbruck, Nikolaus Schwärzler, quien anota que el Card. Schönborn en un rito Masónico de funeral de su padre biológico dijo : “Ahora mi padre ha ido al eterno Gran Oriente”. (!)

Para los que lean alemán el artículo está en Kreuz Net, Sep-14-2009

Posiblemente se trate de un intento de cerrarle el paso a la sucesión pontificia. Pero para ello no todo vale.

Pienso que el cardenal debería desmentir tajantemente esa afirmación. Incluso en los tribunales si de una difamación se trata. Porque en otro caso le van a señalar permanentemente como masón. Y en el caso, que no me creo, que lo fuera la Santa Sede debería hacer algo.

Entiendo perfectamente que los obispos no pueden, ni deben, salir a los medios cada vez que alguien les critica. Pero cuando lo que se afirma de ellos es muy grave no deberían callar. Porque no faltará quien aplique lo de que quien calla otorga. Aunque es evidente que no es regla absoluta.

El honor del cardenal de Viena ha quedado gravemente comprometido. Debería desmentir lo que se le atribuye. Por su bien. Y por el de la Iglesia. Y si fuera cierto debería renunciar. Un cardenal de la Iglesia no puede participar en rituales masónicos. Aunque su padre, como parece, perteneciera a la masonería. Y si eso fuera también falso se impone asimismo el desmentido.