Parece ser que en los terrenos en los que los Legionarios de Cristo -verdaderamente les crecen los enanos-, iban a levantar un centro en Tierra Santa han aparecido restos de una sinagoga del siglo I.

En ese siglo había sinagogas por lo que no es de extrañar que aparezcan los restos de alguna de ellas. En muchísimos campos de España aparecen restos romanos, árabes, medievales y del siglo pasado. La inmensa mayoría de ellos sin valor arqueológico alguno o mínimo. No tengo ni idea de cual será el de lo hallado de esa sinagoga. Si fuera muy notable la solución es sencilla, se expropia el terreno a su actual propietario pagándole su valor real y se conservan los restos hallados. Si fuera escaso se hace una excavación de urgencia y se documenta lo encontrado, guardándose los restos que nunca nadie volverá a estudiar en un almacén y autorizándose la continuación de la obra.

Pero también es posible que se trate de una traba, una más, al catolicismo en Israel. Un pretexto burocrático para paralizar una obra de la Iglesia. Que todo es posible. Y si los Legionarios, desesperados ante la paralización, decidieran levantar su centro en otro sitio que no se extrañen si las obras de la nueva ubicación ponen al descubierto los cimientos de una casa de un primo de Anás o del cuñado de un criado de Caifás.

Lo que es verdaderamente sorprendente es que la noticia del hallazgo de los vestigios de esa sinagoga aparezca en yodos los medios de comunicación de España. Será que no hay cuestiones de más interés.