Conocida el pasado 23 de Abril de 2007, el 16 de Diciembre del año pasado, Benedicto XVI le escribía una carta a Angela Merkel, con el propósito de que la diera a conocer a los otros dirigenes del G8, en la que les reclamaba estas inicitivas para la justicia social:
1) Rápida cancelación, completa e incondicionada, de la deuda exterior de los países fuertemente endeudados y de los países menos desarrollados.
2) Los países industrializados deben ser conscientes de los compromisos que han asumido en el ámbito de las ayudas al desarrollo, y cumplirlos plenamente.
3) Son necesarias grandes inversiones en el campo de la investigación y del desarrollo de fármacos para el tratamiento del sida, de la tuberculosis, de la malaria y de otras enfermedades tropicales. Es necesario poner a disposición de los países subdesarrollados tecnologías médicas y framacéuticas, experiencia en el campo de la higiene, sin condicionarlo a exigencias jurídicas o económicas.
4) La comunidad internacional debe continuar en sus esfuerzos para reducir significativamente el comercio legal e ilegal de armas, el tráfico ilegal de preciosas materias primas y la fuga de capitales de los países pobres, así como hay que eliminar el lavado de dinero negro y la corrupción d funcionarios de dichos países". (Cfr. L´Osservatore Romano, 23 de Abril de 2007, 1. En Vida Nueva, 5 de Mayo de 2007, 16).
No está nada mal, ¿verdad? Pocas veces he visto a la "enseñanza social de la Iglesia" concretar tanto en política y con lenguaje moral tan directo. Me ha parecido importante darlo a conocer.