El que persevere hasta el fin se salvará Llamados a no desistir en la fe y la esperanza
"José sabe renunciar, de este modo, a sí mismo para dar acogida al plan de Dios y acompañar la vida de Jesús, como hijo de Dios y de María"
"No desistimos porque nuestra fe se impulsa en la fuerza de las promesas de la esperanza puesta en Dios y que no defrauda"
"¡Nunca desistamos cuando transitamos el camino de Dios, tengamos esa confianza en Dios que siempre es fecunda en gracia y en poder!"
"¡Nunca desistamos cuando transitamos el camino de Dios, tengamos esa confianza en Dios que siempre es fecunda en gracia y en poder!"
| Fray Alfredo Quintero Campoy OdeM
En este domingo cuarto del tiempo de adviento al contemplar en el evangelio de Mateo la reacción que tiene José al saber del embarazo de María, dudando de la fidelidad de María al quererla repudiar en secreto, se da esa intervención de Dios a través del ángel que se le aparece en sueños y conduce a José a un entendimiento en la fe para recibir a María en su casa y darle a Jesús su paternidad terrena.
José sabe renunciar, de este modo, a sí mismo para dar acogida al plan de Dios y acompañar la vida de Jesús, como hijo de Dios y de María.
En nuestra vida cristiana siempre vamos a encontrar momentos difíciles que nos llevarán a la tentación de querer desistir en los proyectos de la vida y en la misión-vocación que se nos hace partícipes. Que importante es la fuerza de ese amor verdadero vivido con fe, para mantenerse perseverante, como lo viven María y José.
José ama a María y por eso la forma tan delicada como nos describe el evangelista Mateo de quererla repudiar en secreto, pero esa fe vivida por José al momento de aparecérsele el ángel marca un momento decisivo en nuestra historia de salvación.
José tiene que tomar esa decisión iluminado desde la fe para tenerle toda la confianza al amor de María, quien dirá al ángel en el momento del anuncio: ‘no conozco varón’; ella la siempre virgen, escogida por Dios ser la Madre de Jesús y, José escogido para ser su padre en la tierra.
En la vida nuestra siempre llegan momentos difíciles de querer desistir, le pasa a Jesús cuando dice en el huerto, antes de la pasión, si quieres aparta de mi este cáliz pero que no se haga mi voluntad sino la tuya.
Le pasa a Pedro cuando niega a Jesús cuando está siendo juzgado en el momento de la pasión, sin embargo es capaz de mantenerse en perseverancia y no desistir.
Abraham también cuando está esperando el hijo de su descendencia, Isaac, antes tiene a Ismael con Agar su esclava, sin embargo es capaz de no desistir y saber esperar cuando lo visitan los hombres de Dios que le anuncian que Sarah en un año tendrá un hijo, y aun cuando Sarah se ríe, llega el cumplimiento de las promesa de Dios.
No desistimos porque nuestra fe se impulsa en la fuerza de las promesas de la esperanza puesta en Dios y que no defrauda.
Nuestra fe va siendo iluminada en las promesas que Dios siempre cumple.
Así lo profetizado por Isaías de que la virgen concebirá y dará a luz, se cumple con el nacimiento de Jesús y donde José ira confirmado esa fe vivida en medio de estas dificultades para ir experimentando la belleza de Jesús como su hijo que vive y trabaja con Él en el hogar de Nazareth.
En este domingo san Pablo en su carta a los romanos nos habla de que ha sido llamado por Dios para ser apóstol y enviado a predicar el evangelio a los paganos, entre los cuales los que viven en Roma, son amados, llamados y elegidos por Dios para experimentar toda la fuerza de vida del espíritu de Jesús que se va haciendo presente hasta en los últimos rincones de la tierra.
Eso lo tenemos que entender de una forma viva, en la manera como Jesús Resucitado se manifiesta hoy en toda la iglesia con el mismo poder que es propio de Jesús y que a través de los que Él ha llamado y elegido quiere seguir dando vida a la iglesia y a cuantos abren su corazón a Él.
¡Nunca desistamos cuando transitamos el camino de Dios, tengamos esa confianza en Dios que siempre es fecunda en gracia y en poder!
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