"Solo el amor es capaz de conducirnos en un camino de entrega" El auténtico discípulo de Jesús se reconoce en el servicio y la caridad, sin poses, con humildad
"Estamos llamados desde el ejemplo de vida y mensaje de nuestro Señor Jesucristo a disponer nuestra vida en servicio a los demás desde un amor abnegado"
"En la cátedra de de Moisés se han sentado quienes quieren ser reverenciados sin ser capaces de ensuciarse en el servicio"
"Para alimentar y acompañar la fe de la comunidad se hace necesaria la entrega de un servicio que logre una autoridad tal, que se pueda vivir una vocación de pastor en la que las ovejas son dóciles a dejarse conducir, porque entienden que serán llevadas a alimentarse en verdes pastos que les darán vida"
"Para alimentar y acompañar la fe de la comunidad se hace necesaria la entrega de un servicio que logre una autoridad tal, que se pueda vivir una vocación de pastor en la que las ovejas son dóciles a dejarse conducir, porque entienden que serán llevadas a alimentarse en verdes pastos que les darán vida"
| Fray Alfredo Quintero Campoy OdeM
En este domingo 31 del tiempo ordinario la liturgia de la palabra nos invita a meditar en la centralidad del servicio en fidelidad a la voluntad de Dios, que nos pide disponer nuestra vida en miras a la salvación de los demás.
Estamos llamados desde el ejemplo de vida y mensaje de nuestro Señor Jesucristo a disponer nuestra vida en servicio a los demás desde un amor abnegado que sabe entregarse a los demás.
Cuando buscamos poses en los servicios encomendados y no nos entregamos a los demás, fallamos entonces a la fidelidad evangélica a la que nos llama nuestro Señor.
En la cátedra de de Moisés se han sentado quienes quieren ser reverenciados sin ser capaces de ensuciarse en el servicio.
Nuestro Señor lo dice muy claro: yo no he venido a ser servido sino a servir y a dar mi vida en rescate de muchos.
Solo el amor es capaz de conducirnos en un camino de entrega en servicio abnegado por los demás, con la claridad de que lo más importante es ayudar a los demás a hacer un mejor camino de vida, con una mentalidad de sacrificio, donde la vanidad es superada, con el gozo de saber que los demás pueden vivir con mayor dignidad, aunque el que ayuda a lograr esa dignidad, entiende que puede ser el último aquí en la tierra y el primero en cielo.
Los sacerdotes están llamados a vivir una fidelidad en Cristo en un servicio gozoso de amor que les hace ser los últimos aquí en la tierra aunque com la certeza de la fe de que el Maestro les dará la recompensa en el reino con su Padre Celestial.
Jesús nos invita a quitarnos de falsas reverencias hacia quien no es capaz de servir con un amor abnegado como El lo hace a los demás en el gran ejemplo de la Cruz.
Así el profeta Malaquías como el Evangelista Mateo nos invitan a ver quiénes , de los que son llamados a seguirle, de verdad sirven con amor abnegado a los hermanos sin la pretensión vanidosa de ser reconocidos, aplaudidos.
Jesús es el servidor humilde, que es referido como el hijo del sencillo carpintero, que se revela en gracia de vida hacia los enfermos y pecadores para redimirlos, rescatarlos y darles la esperanza de vida que necesitan.
De ahí que San Pablo lo dirá en la carta a los tesalonicenses: tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles, no solamente el evangelio de Dios, sino nuestra propia vida.
Por eso, para alimentar y acompañar la fe de la comunidad se hace necesaria la entrega de un servicio que logre una autoridad tal, que se pueda vivir una vocación de pastor en la que las ovejas son dóciles a dejarse conducir, porque entienden que serán llevadas a alimentarse en verdes pastos que les darán vida.
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