"No podemos ser ni acaparadores ni controladores" La mirada del Padre en el Hijo
"Jesús es la piedra angular, es la piedra preciosa, en quien participamos de la edificación de su iglesia, somos parte y no el todo"
"Le hacen mucho daño a la iglesia quienes quieren serlo todo, porque absorben y asfixian lo que las partes pueden y quieren expresar"
"Entender que nuestra participación es en el servicio que suscita el Espíritu Santo para llegar a hacer una iglesia de comunión"
"Entender que nuestra participación es en el servicio que suscita el Espíritu Santo para llegar a hacer una iglesia de comunión"
| OdeM
Toda comunicación en Jesucristo es comunicación con el Padre. El Hijo y el Padre son uno solo.
Esta es la riqueza del llamado discipular, ser partícipes en el espíritu del obrar del Padre y del Hijo.
Por eso el Espíritu Santo, que es el Don de dones, capacita y habilita en el servicio para hacer la obra de Dios y glorificarlo.
El discípulo se encamina a recorrer el camino trazado por Jesús. Por eso, hacer las obras desde el Espíritu de Jesús que se nos comunica, tiene esa gran posibilidad de hacer obras aún mayores, desde Jesús, en razón que es el Padre quien actúa en el mismo Hijo, quien elige a los discípulos que el Padre le confía.
El Padre no hace nada sin el Hijo y, el Hijo no hace nada sin el Padre. Por eso Jesús dice a Pedro : todo lo que ates y desates en la tierra, quedará atado o desatado en el cielo. Jesús no hace nada sin discípulos y, sus discípulos no pueden hacer nada sin Jesús.
Jesús es la piedra angular, es la piedra preciosa, en quien participamos de la edificación de su iglesia, somos parte y no el todo.
Le hacen mucho daño a la iglesia quienes quieren serlo todo, porque absorben y asfixian lo que las partes pueden y quieren expresar para enriquecer con más fecundidad y mayor solidez.
Así lo entienden los apóstoles, quienes son conscientes que ellos deben orar y dedicarse a la palabra y, por eso, piden elegir a siete hombres idóneos para la atención de las viudas y la caridad.
Entender que nuestra participación es en el servicio que suscita el Espíritu Santo para llegar a hacer una iglesia de comunión.
Hay que darle el lugar a cada quien, dar la oportunidad de servir a cada uno, en la medida y tiempo que corresponda.
Por eso nuestra actitud, en consciencia, de servir, nos debe llevar a dar siempre la oportunidad de que los demás se expresen y se comuniquen desde el don.
No podemos ser ni acaparadores ni controladores, sino buscar siempre la coordinación que hace viable la comunión.
La iglesia está llamada a mostrar a Jesús narrado en los evangelios y testimoniado en la iglesia primitiva.
Dice Jesús : Quien me ve a mí ve al Padre . La iglesia está llamada a ser fiel a Jesús como Él es fiel al Padre.
Que importante es obedecer a Jesucristo, confesarlo y expresarlo en palabras y obras, como buscan hacer los apóstoles que han entregado por amor sus vidas al evangelio.
Nuestra llamada es una llamada a la fidelidad evangélica para que se siga manifestando la fecundidad del espíritu de Jesús, quien es nuestro camino que nos lleva al Padre, siempre en la verdad que nos hace libres para vivir nuestra vida en plenitud .
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Etiquetas