Encuentros con Pedro Casaldáliga, de Eduardo Lallana García, imprescindible "¡Buen servicio al pueblo!" (Pedro Casaldáliga)

Toparse en la vida, y más en los tiempos en los que nos encontramos, con el libro que me sirve de referencia en esta reflexión periodística, constituye una verdadera bendición y gracia de Dios. Su título es precisamente el de “Encuentros con Pedro Casaldáliga”, editado con sus 228 páginas, por “Fonte” -Monte Carmelo- , con la colaboración de la ONG “Tierra sin Males”, cuyo autor es el Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta humanista, Eduardo Lallana García, humanista y “colaborador de Pedro”. El Prólogo lo firma el Padre Ángel García Rodríguez, presidente de “Mensajeros de la Paz”

El subtítulo con que el autor de estos “Encuentros”, presenta a su protagonista está diseñado en los términos: ”Místico, profeta, poeta y modelo de humanidad”, curiosamente sin alusión alguna para su condición eclesiástica de obispo. Del título de mi reseña – “¡Buen servicio al pueblo¡” refiero que se trata de la fórmula de despedida de la que hacía uso Casaldáliga, en lugar de decir “adiós , o hasta luego”.

En la foto y en cada una de las palabras de la portada del libro, está dicho y predicado su rico contenido de cultura, evangelio, y actualidad encarnado en su protagonista, quien el año 1992 fuera finalista al Premio Nobel de la Paz , al que renunció a favor de Rigoberta Menchú “por ser mujer, por ser indígena y porque era el 500 aniversario del “descubrimiento de América”.

Español de nacencia, Pedro, por diversidad de comprensibles razones no volvió a España. Poetizó tal decisión en estos versos: “No voy, va mi palabra/ ¿Qué más queréis?/ Os doy/ todo lo que yo creo , / que más que lo que soy “. Actitudes similares fueron mantenidas y rubricadas por la Santa Inquisición y el Nacional Catolicismo. En relación con Antonio Machado, fray Luís de Leóny san Juan de la Cruz, en sus tiempos penitenciales.

Por favor, no dejen de releer el texto de la entrevista a Pedro Casaldáliga, firmada por Eduarda Lallana, en el Mato Grosso- Brasil- e insertada en el anexo tercero del texto:

“¿Tu mayor defecto? La impaciencia: ¿Tu mayor virtud?: La esperanza. ¿Uno de los pecados importantes de la Iglesia santa y pecadora?. La falta de capacidad para unirse las Iglesias, absolutizando lo que no es absoluto y no respondiendo al testamento de Jesús “que todos sean uno. En la hipótesis de que fueras nombrado papa, ¿Cuáles serían las decisiones primeras y más importantes que tomarías? Suprimir el Estado Pontificio y que el papa dejara de ser Jefe de Estado. Poner en entredicho, en suspenso, la curia romana y reafirmar el ministerio de Pedro y proponerse con seriedad y Evangelio la inculturalización de los diferentes pueblos y la relativación de lo que es relativo, que podrían ser el propio celibato sacerdotal, legislaciones rígidas en el derecho canónico, en la liturgia y en la pastoral”. ¿Cómo te gustaría ser recordado? Como alguien que cree que Dios nos salva a todos y lo salva todo”.

El perfil humano, con sus altas cualidades, de Pedro Casaldáliga, está diseñado en el libro de Eduardo Lallana, con las pinceladas de la coherencia, la ternura, la cordialidad, la comprensión, la acogida incondicional, la austeridad, el optimismo, la esperanza la humildad, la sabiduría, el sentido del humor, capacidad de relatiivizar, el sentido y la vivencia de la Unidad, la belleza, espiritualidad liberadora y personalizante”.

Es posible que sean muchos los que piensen que estas virtudes, hoy por hoy, ni canonicen, ni “eleven al honor de los altares… Pero eso es baladí y relativo. Es anti-poeta, anti profeta, anti místico y nada modelo de humanidad, por episcopal que haya sido y sea.

Y “como las puertas y el corazón siempre están abiertos”, en esta ocasión mi despedida la redacta Pedro Casaldáliga con su “¡Buen servicio al Pueblo!” o “¡Buen servicio al Reino!”

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