'Hacia una espiritualidad liberadora', el nuevo libro de Juan José Tamayo, en Herder Editorial Espiritualidad, utopía y crítica social frente al ascenso de la peste fascista
"Frente al ascenso de la peste fascista, especialmente en el espacio europeo, Juan José Tamayo nos ofrece un texto actual en el que desarrolla una fundamentación antropológica de la espiritualidad y, sobre todo, plantea un nuevo paradigma de espiritualidad para el siglo XXI"
"Para el teólogo, la identidad de Cristo se encuentra no en su divinidad, sino en el vaciamiento de ella, en concordancia con las ideas de los teólogos Franz Hinkelammert y de Jung Mo Sung para quienes el verdadero dios es aquel que se humaniza"
"El libro Hacia una espiritualidad liberadora de Juan José Tamayo es una exhortación a la interculturalidad y al compromiso socio-político de las personas de buena voluntad"
"El libro Hacia una espiritualidad liberadora de Juan José Tamayo es una exhortación a la interculturalidad y al compromiso socio-político de las personas de buena voluntad"
| Luis Martínez Andrade
Frente al ascenso de la peste fascista, de la consolidación del liberalismo autoritario y de la expansión del espiritualismo a nivel global y, especialmente en el espacio europeo, el reconocido teólogo español Juan José Tamayo nos ofrece un texto actual en el que desarrolla una fundamentación antropológica de la espiritualidad y, sobre todo, en el que plantea un nuevo paradigma de espiritualidad para el siglo XXI.
Texto sintético, compuesto de cinco capítulos, este libro se nutre de los aportes de la teología feminista, de la perspectiva ecofeminista, de la filosofía intercultural y, por supuesto, del marxismo cálido de ErnstBloch, de cuya obra el teólogo español es uno de los principales especialistas. En las siguientes líneas mencionaré algunos aspectos que, a mi parecer, contribuyen no solo a la construcción de una teoría crítica anticolonial sino que, además, son fundamentales para las luchas sociopolíticas de nuestro tiempo.
Si bien la temática de la espiritualidad liberadora ha sido abordada por algunos teólogos de la liberación −por ejemplo Jon Sobrino o Marcelo Barros−, uno de los aportes de Juan José Tamayo radica en que desvincula la espiritualidad de las religiones. En ese sentido, la espiritualidad es aprehendida como una dimensión esencial del ser humano. Al respecto, el teólogo español sostiene que: “La espiritualidad tiene una base antropológica: todos los seres humanos nos movemos por motivaciones, tenemos convicciones profundas, valores e ideales, experiencias fontales, opciones existenciales, nos planteamos preguntas, buscamos respuestas que no siempre encontramos y nos proponemos metas que no siempre logramos” (p. 26).
La perspectiva teórica-política de Tamayo parte de la corporalidad sufriente de la víctima (E. Dussel) y, en ese sentido, parte de lamaterialidad negativa. De allí que sus planteamientos se inscriben tanto en la línea de las teologías de la liberación como de las teorías críticas. De hecho, el teólogo español consigna algunos elementos centrales del cristianismo (vida itinerante, ética a-familiar radical, liberación de las estructuras patriarcales, incompatibilidad entre Dios y el dinero, la comensalía, entre otros) que pueden contribuir en las luchas anticapitalistas y anticoloniales contemporáneas. Además, Tamayo nos recuerda el compromiso político de Jesús de Nazaret: “La muerte de Cristo, escribe, perdió su verdadera dimensión histórico-liberadora y adquirió una tonalidad sacrificial: Jesús murió por nuestros pecados. El cristianismo, que es una religión histórica, se convirtió en una religión sacrificial” (pp. 45-46).
Por otro lado, Tamayo hace hincapié en el hecho de que “la espiritualidad cristiana originaria era antiimperialista” (p. 98) y, por consiguiente, el compromiso sociopolítico de los cristianos se encuentra teológicamente justificado. Sobre este particular es difícil no pensar en la noción de “amor eficaz” del sociólogo y sacerdote colombiano Camilo Torres y del compromiso de todos los cristianos comprometidos con las luchas de liberación de sus pueblos.
En otro orden de ideas, el teólogo español identifica la espiritualidad liberadora en personas no creyentes como la de José Saramago. A través de la descripción de su relación con el escritor portugués, Tamayo realiza algunos apuntes del vínculo entre espiritualidad y ateísmo.
"Para el teólogo, la identidad de Cristo se encuentra no en su divinidad, sino en el vaciamiento de ella. La grandeza del ser humano no radica en un supuesto poder prometeico, sino en vaciarse de su falsa divinidad"
Finalmente, dentro de las reflexiones planteadas por Tamayo, hay una que me parece de gran calado: la delateísmo místico. Para el teólogo español, el desprendimiento o vacío (expresado en la actitud de San Juan de la Cruz o de la partisana francesa Simone Weil) son la condición de posibilidad para una autentica existencia religiosa y, en ese sentido, afirma que: “la identidad de Cristo se encuentra no en su divinidad, sino en el vaciamiento de ella. La grandeza del ser humano no radica en un supuesto poder prometeico, sino en vaciarse de su falsa divinidad” (p. 130). Nos parece que este planteamiento está en concordancia con las ideas de los teólogos Franz Hinkelammert y de Jung Mo Sung para quienes el verdadero dios es aquel que se humaniza.
El libro Hacia una espiritualidad liberadora de Juan José Tamayo es una exhortación a la interculturalidad y al compromiso socio-político de las personas de buena voluntad.
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