¡Feliz quien ama (y se deja amar)!: 'Te sobran razones para ser feliz' Antonio Aradillas: "Pues sí, señores, yo soy feliz. Y además, optimista"
Nuestro colaborador, Antonio Aradillas presenta y explica su nuevo libro y los avatares de su sacerdocio, vida y condición de 'feliz' 'Te sobran razones para ser feliz', editado por ACCI
Una auto-entrevista en la que se complace en destacar que quien "es feliz de verdad es u prologusita, es el padre Ángel, mensajero de la Paz
"La Iglesia oficial no educa para la felicidad y menos si para su consecución “religiosa” hay que contar con la mujer. Da la impresión de que esta Iglesia que tenemos no nos quiere felices"
"A los santos tristes habría que tacharlos de los calendarios. La santidad es alegría y felicidad. Dios nos creó para ser felices"
"En la clerecía-clerigalla están de más los obispos, arzobispos, arciprestes y educadores que, ni son felices, ni quieren que lo sean los demás, aún invocando para ello, ser esta 'la voluntad de Dios'!"
"La Iglesia oficial no educa para la felicidad y menos si para su consecución “religiosa” hay que contar con la mujer. Da la impresión de que esta Iglesia que tenemos no nos quiere felices"
"A los santos tristes habría que tacharlos de los calendarios. La santidad es alegría y felicidad. Dios nos creó para ser felices"
"En la clerecía-clerigalla están de más los obispos, arzobispos, arciprestes y educadores que, ni son felices, ni quieren que lo sean los demás, aún invocando para ello, ser esta 'la voluntad de Dios'!"
"En la clerecía-clerigalla están de más los obispos, arzobispos, arciprestes y educadores que, ni son felices, ni quieren que lo sean los demás, aún invocando para ello, ser esta 'la voluntad de Dios'!"
Pese a lo de “cura capitalista, de buen sueldo y despectivamente “anciano”, que me propinan algunos de mis lectores-comentaristas seudo -anónimos, desinformados y con inocente y desnatada “mala leche”, no les ha ocurrido preguntarme si soy, o no, una persona feliz…
Pues sí, señores, yo soy feliz. “Rara avis” en la clerecía, tal y como están las cosas, pero soy, y me siento feliz de verdad, Y además, optimista. De la escuela del papa Francisco. Y tal circunstancia y condición explican la publicación de mi nuevo titulado TE SOBRAN RAZONES PARA SER FELIZ, editado por ACCI -Asociación Cultural y Científica Iberoamericana-, con prólogo-presentación del padre Ángel, a cuya fundación de “Mensajeros de la Paz” se destinarán los beneficios de autor que puedan generar los 14 euros de cada ejemplar, cuyo texto ocupa exactamente 220 páginas.
Antes de iniciar esta auto-entrevista, me complazco en destacar, que quien es feliz de verdad, y de modo especial, es el citado prologuista, ya desde la raíz de su propio nombre –“Ángel” y de sus dos apellidos “Mensajero” y “de la Paz”. Con el añadido de que de esta manera puede hacer y hace ”lo que le da la real gana“ , en permanente y santa coincidencia con la voluntad de Dios al servicio del prójimo , de la mano de san Antón en su templo de Madrid, de la “Santina” de Covadonga que lo bendice y le insta a meterse en líos nacionales e internacionales, siempre bajo el lema de “¡Feliz quien AMA y se deja AMAR¡”.
-¿Aporta mi libro alguna novedad a tantas publicaciones registradas, que se relacionan con el tema de la felicidad?
-Yo creo que sí y que están insinuadas en cada una de las palabras del título, como son las de “te”, familiar, amistoso, y convivencial -tú por tú, “sobran” o “tener más de lo que se necesita”, “razones” o capacidad de pensar, o discurrir y que permite emitir juicios , ideas y conceptos”, y “felicidad”, que es uno de los términos más necesitados de ser redimidos e iluminados , del maremágnum y de la hipocresía inoperantes en los estratos y niveles sociales , familiares , políticos, profesionales y religiosos , en cuyos marcos, estamos, vivimos y somos.
De la simple ojeada del índice del libro se deduce, por ejemplo, , que “la felicidad está en el ser; que no hay felicidad, sino personas felices; que tu felicidad es mía y tuya la mía; que la felicidad es plural y que en singular no existe; que con la felicidad propia o ajena no se puede jugar, porque es algo muy serio; que más que en el “yo”, la felicidad está en el “nosotros”; que está y se cultiva tanto o más en el campo y en contacto con la naturaleza, que en la ciudad (¿civilización?), que solo con mirar y mirarse en los ojos de los niños ya se es inmensamente feliz…”
Como cura y como periodista yo soy, teniendo sagradamente en cuenta lo que es la profesión – vocación , que se reduce nada menos que a re-crear (seguir creando) la obra de Dios, quien al terminarla en el penúltimo día del Géneris, aseveró que había quedado satisfecho y contento.
Me explico un poco más y dentro de lo que cabe. Yo quería estudiar y mis padres no podían permitirse el lujo, hoy tan elemental, y humano, de financiar mis estudios. Jugando con unos amigos de las ”Escuelas Públicas o Nacionales” al fútbol, con un “balón” de trapos, el cura del pueblo me dijo que si yo me quería ir al Seminario
Al preguntarle yo qué era eso y que si allí se estudiaba, contestarme positivamente, y que a mis padres no les costaría dinero, le dije rotundamente que sí… El bendito cura don Primitivo Leal y Leal, al día siguiente – un siete de marzo-, se presentó en mi casa manifestándole a la familia -siete hermanos y mis padres- Pablo y Antonia- la grata noticia de que yo tenía vocación para cura….
Y así, en el Seminario Conciliar de Badajoz y en la entonces recientemente -restrenada Universidad Pontificia de Salamanca- “Íterum Salmántica docet”-, comenzó el proceso de mi felicidad sacerdotal, que no pudo completarse más en la “Gregoriana” de Roma, porque el obispo de mi diócesis – me mandó a “coadjutorear” a un pueblo minero cuyo titular, previa oposición canónica, tenía “en propiedad” la parroquia, no pasando yo de ser considerado como “el sacristán distinguido de mi tío”, tal y como aseveraba públicamente una de sus sobrinas .
-Pero ¿se puede ser feliz pastoralmente en estas circunstancias?
-Sí que lo fui. Inspiré la creación de una cooperativa de viviendas para los mineros, le compré un burro -, ¡por veinte duros¡- a un gitano llamado Ramón,(el estipendio de las misas estaba establecido en 10 pesetas), y además me dediqué a estudiar y a escribir libros sobre liturgia…Con las debidas licencias episcopales cursé desde el pueblo la carrera de periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. “Compadecido´”, por fin, el obispo, me facilitó el traslado a la capital y en “su” periódico HOY, de la Editorial Católica y del que él, como obispo, era el mandamás, me reservaron algún que otro espacio .
-¿La felicidad sacerdotal?
Las facilidades pastorales que proporcionaba entonces el periódico, y más el regional y además, del obispo, eran muchas. Gracias a ello, se puso en marcha una cooperativa de viviendas. y la organización por mi parte de Cursillos de Cristiandad especiales para toreros, en los que participaron Antonio Ordóñez, Antonio Bienvenida, los Domeq, Manolo Vázquez, los entonces ya jubilados “El Estudiante” y Domingo Ortega, periodistas dedicaos a la profesión”, ganaderos .. Al finalizar los cursillos, se organizaba un festival, cuyos beneficios se destinaban íntegramente a la cooperativa de las viviendas. En una ocasión y “porque tal festival coincidía con la Cuaresma”, el obispo -expuso serias dudas para conceder su “placet”.
-¿Mi felicidad y las mujeres?
La insólita publicación de uno de mis primeros libros, con el título provocadoramente eclesiástico de SÍ,MUJER, me facilitó ser nombrado, con la firma del Cardenal Plá y Deniel, Consiliario Nacional de Mujeres de Acción Católica, fuente y manadero de felicidad humana y cristiana, y más en aquellos tiempos -y en estos- en los que la mujer inmoralmente apenas si ha rebasado los límites de su consideración de personas, permaneciendo como objeto de lujo, “pecado”, sierva doméstica, acólita a perpetuidad y un “cero a la izquierda” en los tratados de la teología y aún de la filosofía patrocinada también y sobre todo, dentro de la propia Iglesia, comenzando por su jerarquía…
Mi libro, IMPACTO-meditaciones para militantes- “Cartas a la novia” “Mujer creciente, ¿pareja menguante?” y otros, junto con las “Semanas” dirigidas en la mayoría de las diócesis de España a las mujeres de Acción Católica, les supuso al “devoto sexo femenino”, al menos el principio de que algo a favor de su promoción en la Iglesia llamaba con insistencia y evangelio a las puertas de su sensibilidad religiosa.
-¿Mujer, Iglesia y felicidad?
La Iglesia oficial no educa para la felicidad y menos si para su consecución “religiosa” hay que contar con la mujer. Da la impresión de que esta Iglesia que tenemos no nos quiere felices. Jesús nunca vilipendió ni rechazó a la mujer. A los hombres, sí; comenzando por el mismo apóstol Pedro a quien en cierta ocasión llegó a llamarle “Satanás”.
La Iglesia -esta Iglesia, y por eso, “se acaba”, educa más bien para la infelicidad. Con el Código de Derecho Canónico en la mano, y no con el Evangelio, no es posible educar y menos para la felicidad. Con excepción de la imagen que se nos ofrece del papa Francisco, los papas anteriores, obispos, arzobispos , curas y gran parte del pueblo tradicionalmente católico, por muy canonizados que estén, ninguno de ellos se presenta sonriente y feliz, aunque de todos ellos doctoraba santa Teresa, la de Ávila, - mujer tenía que ser- ,que “un santo triste es un triste santo” .
A los santos tristes habría que tacharlos de los calendarios. La santidad es alegría y felicidad. Dios nos creó para ser felices. En la clerecía-clerigalla están de más los obispos, arzobispos, arciprestes y educadores que, ni son felices, ni quieren que lo sean los demás, aún invocando para ello, ser esta “la voluntad de Dios”. La institución oficial, en este caso, la Iglesia, no quiere personas felices, sino entes sumisos y sumisas. Y si se es feliz de verdad , no es posible conjugar el verbo “someter” ni por activa ni por pasiva. Es ·palabra de Dios”, ejemplo de Jesús y testimonio viviente del papa Francisco, fervoroso devoto de los líos”
-¿Que si fui también feliz cuando “me suspendieron a “divinis” y “a humanis”, como sacerdote?
Sí que lo fui, porque automáticamente pensé que por fin mi denuncia sobre la administración de la Justicia en los Tribunales Eclesiásticos, tal y como referí documentadamente en mi libro “Proceso a los Tribunales Eclesiásticos”, había llegado a su destino y, como no disponían de otros procedimientos, por haber perdido ya la partida en los Tribunales civiles, echaron mano del “Nos por la gracia de Dios”, y sin previa cita ni escucha por mi parte, sino porque sí y en contra de todo derecho, tomaron tal decisión.
Pero sería más feliz cuando me ”aprobaron” y me devolvieron las licencias ministeriales…
Pues no tanto, dado que llegaron a tal conclusión, cuando les informé de que disponía de documentación suficiente sobre la llamada “Rota de las Ventas”, que unos desalmados monseñores y abogados matrimonialistas habían inventado e instalado en cierta parroquia de la capital madrileña, en la que tramitaban las causas de las nulidades -anulaciones matrimoniales “indisolubles “
-¿Para los pobres?
Del caso del que yo tenía referencial y testimonio personal, era el de “dos millones de pesetas ”y unos besitos”.
¿Mis planes de felicidad?
Por ahora, y hasta que Dios quiera y, en parte, RD. lo permita, seguir siendo feliz y contribuir a que necesariamente lo sean los demás, sobre todo dentro de la Iglesia que, como Dios manda, serán coincidentes con el Evangelio. “Gotas de felicidad” será título de libro a punto de salir…
Adelanto algunas de ellas:
“¡Qué triste y desconsolador resulta escuchar de alguna persona que es tan rica, que solo tiene dinero!; ¡qué complaciente y reconfortante es la anécdota que un día se hizo noticia , de que algunos niños habían ideado vender entradas en pleno campo para, desde el mismo, ver y disfrutar de la salida del sol; permitirse algún desliz y más si este es venial, contribuye a aumentar la felicidad para sí mismos y para los otros; quienes son y se creen perfectos jamás tesaurizarán la felicidad; la perfección, tal y como se entiendo y se pretende vivir, es una imperfección y una grave dificultad para la convivencia pacífica y pacificadora y “en paz y gracia de Dios”; “Evangelio”, quiere decir “buena noticia”, por lo que clama al cielo cuando nos lo predican convertido en intimidación y en amenaza; el respeto y la autoestima propio y ajeno, son elementos consustanciales a la felicidad; quien no puede conseguir lo que quiere, que quiera o aspire a conseguir lo que pueda; el cariño -la caricia- es analgésico efectivo y humano; vivir en paz, es decir, con felicidad, es anticipar los gozos eternos de “morir en paz”; una comida hablada, intercomunicada, amistosa y feliz, sabe mejor , es más nutritiva y alimenta más y mejor; asomarse a los ojos de los niños y de los pobres-pobres y verse y sentirse reflejados en ellos, facilita tomar conciencia de la verdad y el peso de nuestra felicidad …
¡Nuestra Señora de Desatanudos, y Nuestra Señora del Diálogo!, le ponen, hoy por hoy, y en esta ocasión el `punto y aparte a la presentación de mi nuevo libro TE SOBRAN RAZONES PARA SER FELIZ.
¡Gracias!
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