Éxito de los V Jueves de RD: cultura frente al coronavirus y futuro del libro religioso Mónica G. Navarro: “Ir como francotiradores ya no vale en ninguna dimensión de la vida; hay que buscar la complementariedad, también en el ecosistema del libro”
Los agentes del libro religioso en España han intercambiado su visión de la pandemia y de los retos que está planteando a un sector que ya venía sufriendo apuros desde la anterior crisis económica, y por la causa más profunda del envejecimiento del público lector
“Las librerías religiosas hace tiempo que no tenemos afluencias de supermercado”, ha reconocido Teresa Olmos, librera de Paulinas. Explicando que la vuelta a la tienda de los clientes está siendo emotiva porque es un perfil de comprador que busca cercanía y consejo
Mónica González Navarro, editora de Narcea, ha compartido que los meses de confinamiento más duro han supuesto “el 85% de pérdida de la facturación” y que a final de año se seguirá percibiendo el desplome
Como distribuidor, Luis Miguel Esteban ha destacado su función de conectar proveedores (editoriales) con clientes (libreros) “para que ningún lector se quede sin su libro”
Mónica González Navarro, editora de Narcea, ha compartido que los meses de confinamiento más duro han supuesto “el 85% de pérdida de la facturación” y que a final de año se seguirá percibiendo el desplome
Como distribuidor, Luis Miguel Esteban ha destacado su función de conectar proveedores (editoriales) con clientes (libreros) “para que ningún lector se quede sin su libro”
“Hemos contemplado despacio un hecho histórico”. Con estas palabras ha definido Fernando Vidal, escritor, el tiempo que hemos pasado en cuarentena, desde el estallido del coronavirus. Reuniendo virtualmente a los diferentes agentes que hacen posible la industria del libro religioso, losV Jueves de RD han contado con Vidal como autor, Mónica G. Navarro, de Narcea, en representación de las editoriales, Luis Miguel Esteban, de la distribuidora SOLUZIONO, y Teresa Olmos, de Librerías Paulinas San Bernardo, como librera.
Con una audiencia de más de 600 personas y el apoyo de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell, el webinar "Cultura frente al Coronavirus. ¿Cuál es el futuro del libro religioso?" ha servido para que los agentes del libro religioso en España intercambien su visión de la pandemia y de los retos que está planteando a un sector que ya venía sufriendo apuros desde la anterior crisis económica, y por la causa más profunda del envejecimiento del público lector de esta clase de libros.
“Las librerías religiosas hace tiempo que no tenemos afluencias de supermercado”, ha reconocido Teresa Olmos, librera de Paulinas. Explicando que, en ese sentido, la vuelta a la tienda de los clientes está siendo emotiva porque es un perfil de comprador que busca cercanía y consejo en la librería. “Previsores, nos llevamos libros al confinamiento, para leer y poder recomendar a los clientes”, ha precisado. También ha demostrado que el gel desinfectante y el aforo limitado no han acabado con las firmas de libros, y que en ese momento Pedro Miguel Lamet (bloguero de Religión Digital) estaba firmando en su librería su última novela. “Una de las responsabilidades del autor es promocionar su libro, se agradece cuando los lectores llegan preguntando por ellos y no tenemos que competir tanto”.
Atendiendo a los datos, Mónica González Navarro ha compartido que los meses de confinamiento más duro han supuesto “el 85% de pérdida de la facturación” y que a final de año se seguirá percibiendo el desplome del mercado. Pero ha llamado al optimismo y recordado que “la pata empresarial no es la más importante” de las editoriales religiosas, que responden a la misión de orientar a las personas que buscan respuestas… "Acompañar con visión" y valores cristianos, “como la solidaridad y la ecología”. “Ir como francotiradores ya no vale en ninguna dimensión de la vida; hay que buscar la complementariedad, también en el ecosistema del libro”, ha recalcado, y reconocer "la interdependencia".
En esa línea, el perfil de los invitados del webinar de RD ha celebrado la “biblio-diversidad” desde todas sus perspectivas. Como distribuidor, Luis Miguel Esteban ha destacado su función de conectar proveedores (editoriales) con clientes (libreros) “para que ningún lector se quede sin su libro”. Lamentando la complejidad de, por ejemplo, internacionalizar la venta de un título (“a los editores les cuesta más vender derechos que comprarlos”), aún así ha reconocido la fuerza editorial de países “pequeños y pobres, que han tenido mucho cuidado de dinamizar y actualizar sus ventas”. Como Nicaragua, el país que más poesía edita en el mundo. De la misma manera, Fernando Vidal ha recordado los “400 millones de lectores en español” que posee el planeta, opinando que los gobiernos deberían aprovecharlo y propiciar la internacionalización.
“Leer es dialogar”
Preguntados por el redactor-jefe de Religión Digital, Jesús Bastante, sobre las fortalezas que puede tener el libro religioso en la sociedad de hoy, todos los participantes han coincidido en poner en valor “el vigor del libro”, de la temática que sea. La lectura, ha asegurado Mónica González, es un “bien de primera necesidad”, aunque ha admitido que el sector del libro religioso se condiciona a sí mismo: “no hemos superado el prejuicio” de pensar que a públicos jóvenes no les interesan esta clase de lecturas.
Desde la óptica de un padre de 4 hijos, Luis Miguel Esteban ha opinado que las pantallas acaban agotando también a la juventud, “y el libro les da tranquilidad”. “Adquirir conocimientos en un libro es mucho más sólido”, ha apuntado, y también más solidario con toda la cadena del libro. Por su parte, a pie de librería, Olmos ha reconocido que a menudo “el libro religioso no se ve como un libro normal, se infravalora”, y que la media de edad de los compradores en su librería supera los 50 años.
“¿Tienen tiempo para leer los profesores? ¿Hacen a sus alumnos leer con tranquilidad?”, se ha cuestionado Fernando Vidal, haciendo ver que, si nadie anima a la lectura de libros con profundidad a los jóvenes, es complicado que acudan en su busca naturalmente. Sin embargo, “lo clásico interesa” y “el ámbito de la ficción es un puente hacia los jóvenes”, ha dicho, sugiriendo que las editoriales religiosas se pongan en marcha y se acerquen a “donde está la gente” ahora que la incertidumbre nos mueve a “la reconstrucción personal”. Eso pasa -ha remarcado- “por mantener grandes diálogos, y leer es dialogar”.
“Lo clásico interesa” y “el ámbito de la ficción es un puente hacia los jóvenes”, ha dicho Fernando Vidal, sugiriendo que las editoriales religiosas se acerquen con sus publicaciones a “donde está la gente”
Para ofrecer calma psico-espiritual. Para ayudar a cultivar una “fe ilustrada”, como ha recordado González Navarro. Para sumergir al lector en novelas históricas… El libro religioso se ha ido metamorfoseando y, como ha dicho Vidal, si le “ha ganado la batalla al e-book”, también sobrevivirá al coronavirus. Las espiritualidades y sabidurías están ahí, en las estanterías, y pueden consolar y generar aprendizajes personales. Como los títulos recomendados por los participantes del webinar. “En tus manos. Acompañar en la enfermedad y preparar una buena muerte”, que cuenta la experiencia personal del autor y su padre, la elección de Mónica G. Navarro, editada por Narcea. Una biografía de Dante, lo que ha leído Fernando Vidal durante el confinamiento. “Los textos del Papa”, con los que se ha reencontrado Esteban… O “Aquí estoy. El sí a la Palabra que llama” (Paulinas), pequeñas meditaciones sobre los síes de la Biblia, la recomendación de Olmos.