| Paulinas
La gran pregunta del Jesús de Mateo puede resumirse así: ¿Quién soy yo para ti?Es decir, ¿dónde encajo yo en tu vida? Tener fe, seguir a Jesús, en resumen, ser cristiano, significa comprometerse con la justicia, la paz, la tolerancia y el cuidado de los seres humanos.
El Jesús de Mateo es la imagen del Dios universal, el rostro de un Amor dirigido a todos los pueblos, no solo al pueblo «elegido».
También es el Dios con nosotros, y también en nosotros, al que podemos experimentar no como Alguien que actúa en nuestro lugar, sino un Amor que está a nuestro lado y nos acompaña, que nos infunde confianza, haciéndonos percibir las insospechadas fuerzas que todos albergamos en nuestro interior, hasta llegar a descubrir por fin que tenemos su mismo nombre.
Este mensaje del evangelio de Mateo es el que se presenta en estos pasajes escogidos por el autor. Al final del libro se ofrecen sugerencias para emplear estas reflexiones para bastantes de las celebraciones dominicales correspondientes al ciclo A, en los distintos tiempos litúrgicos, y para algunas de las fiestas y solemnidades más importantes del año.