Una de las preocupaciones del Papa Francisco es la educación, afirmando que “educar es un acto de esperanza”. Eso se ha ido concretando en la propuesta del Pacto Educativo Global, una idea surgida el 12 de septiembre de 2019 y lanzada oficialmente el 15 de octubre pasado, al que el Obispo de Roma pretende que se unan todas las personas de buena voluntad, en una tentativa de generar un cambio a escala planetaria, que tenga como consecuencia una educación que se convierta en generadora de fraternidad, paz y justicia.

La educación es uno de los temas abordados en Fratelli Tutti, donde se aborda la cuestión del papel del Estado en temas educativos, sobre todo “para una persona con discapacidad, para alguien que nació en un hogar extremadamente pobre, para alguien que creció con una educación de baja calidad”. Según el texto pontificio, la solidaridad es una virtud que debe estar presente en “todos aquellos que tienen responsabilidades educativas y formativas”, comenzando por las familias y siguiendo por los educadores y los formadores, “llamados a tomar conciencia de que su responsabilidad tiene que ver con las dimensiones morales, espirituales y sociales de la persona”. Por eso insiste en que “la educación está al servicio de ese camino para que cada ser humano pueda ser artífice de su destino”.

La pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto las carencias del sistema educativo en todo el planeta, inclusive en países del llamado “Primer Mundo”, mostrando que no todos disfrutan de los mismos derechos en algo que debería estar garantizado para todos. En un mundo que ha experimentado una verdadera metamorfosis cultural y antropológica, nos deparamos con una “catástrofe educativa” con más de 250 millones de niños que no disfrutan de servicio educativo alguno, y aproximadamente 10 millones que han dejado la escuela por fuerza de la pandemia, como informan desde la CPAL.

A este llamado del Papa Francisco se ha unido la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe - CPAL, recordando que ya en Laudato Si, en 2015, se abordaba esta cuestión en relación con el futuro del planeta. Ante el lanzamiento del Pacto educativo Global, donde de nuevo, el Papa hizo una convocatoria inédita para firmar este compromiso, desde la CPAL se insiste en lo “asumimos con corazón, valentía y como inspiración a seguir trabajando en uno de nuestros horizontes apostólico y misional: el Derecho Universal a Educación de Calidad (DUEC)”.

Desde la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe se recuerda que “el Papa reconoce en la educación el itinerario para revertir la crisis actual y promover el cambio”, viéndola como instrumento transformador y generador de esperanza, lo que invita a la coparticipación y a la transformación. Considerada como “una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia”, los jesuitas ven en la educación “el antídoto natural de la cultura individualista”, descubriéndola como “una cuestión de amor y responsabilidad transmitida entre las generaciones”.

Recordando el llamado que el Papa hace a que se involucre a todos los componentes de la sociedad, desde la CPAL se recuerdan las siete claves que él propone para implementar este nuevo modelo educativo, que lleve a poner a la persona en el centro, escuchar, fomentar la participación, considerar a la familia como primera educadora, educar para acoger los vulnerables y marginados, promover el servicio al hombre y cuidado de la ecología integral y de la casa común. Es un paso a más para construir un mundo diferente, desde “un trabajo en red, en sinergia con la Iglesia, con la sociedad civil y los gobiernos para la implementación de la fe, la justicia y la reconciliación.

En esa tesitura, la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe, sus comunidades, obras y presencias apostólicas, han decidido firmar el Pacto Educativo Global, manifestando así un compromiso a colaborar con sus “talentos y energías en la construcción y promoción de un nuevo modelo cultural y de desarrollo”. Este gesto será llevado a cabo el próximo 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina. Con ello se quiere asumir su ejemplo de cuidado con los vulnerables como inspiración y fortaleza para este compromiso.

De cara al futuro, buscando hacer realidad un humanismo solidario, los jesuitas hacen una invitación a que cada uno, personalmente, pueda unirse y comprometerse con este llamado, algo que se puede realizar descargando y firmando un documento. Una vez firmado, se invita a que cada uno envíe una foto a una dirección de correo electrónico: peg@cpalsj.org, lo que posteriormente será compartido en las redes sociales de la institución.