Bernardito Auza se presenta en sociedad en la misa por el clima en San Francisco el Grande Cabrejos: "La Iglesia tiene mucho que hacer, y tiene mucho que decir en la Cumbre del Clima"

Misa en San Francisco el Grande
Misa en San Francisco el Grande

En su breve saludo inicial, primero en español y después en inglés, el nuevo nuncio, dirigiéndose especialmente a los participantes de la Cumbre del Clima, les agradecía, en nombre del Santo Padre, “el trabajo que realizan por el cuidado de la creación, por nuestra Casa Común que es el Planeta”

El desafío es responder como María lo hizo, “entregar esperanza a los hombres” y junto con eso “ponernos al servicio de esta Casa Común, que el Señor ha hecho para todos los hombres”

En el Sínodo y en la COP25, “hablamos de lo mismo, sólo que con un lenguaje distinto” y tenemos un objetivo común, “la preocupación por la Casa Común”

Cardenal Osoro: “¿Qué es lo que estamos haciendo en el cuidado de la Casa Común?”

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El Papa Francisco tiene el cuidado de la Casa Común como una de sus principales preocupaciones y quiere concienciar al mundo sobre la necesidad de asumir esa actitud en la vida cotidiana de la Iglesia y de los que en ella viven su fe en el Dios Creador.

La celebración de la COP25 ha motivado que la Iglesia española haya asumido algunas medidas pastorales y organizado momentos de celebración que ayuden a tomar conciencia sobre la necesidad de ese cuidado. Uno de ellos ha sido la Eucaristía que este domingo se celebraba en la Basílica de San Francisco el Grande, presidida por el arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro, y que contó con la participación de uno de sus obispos auxiliares, Monseñor José Cobo, del Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM, Monseñor Miguel Cabrejos, y del nuncio de su santidad, Monseñor Bernardito Auza, que participaba en su primer acto oficial en la Iglesia española, y que puede ser entendido de por donde pueden ir los nuevos rumbos de la diplomacia pontificia en España.

En su breve saludo inicial, primero en español y después en inglés, el nuevo nuncio, dirigiéndose especialmente a los participantes de la Cumbre del Clima, les agradecía, en nombre del Santo Padre, “el trabajo que realizan por el cuidado de la creación, por nuestra Casa Común que es el Planeta”.

Monseñor Bernardito Auza

En la homilía, el Cardenal Osoro, siguiendo la liturgia de la solemnidad de la Inmaculada, partía de una pregunta que resuena en nuestras vidas y que nos lleva a reflexionar sobre nuestras actitudes en el cuidado de la Casa Común, “¿Dónde estamos? ¿Qué es lo que estamos haciendo?”, unas preguntas que, según el cardenal, deben resonar en nuestros corazones y en el corazón de todos. El desafío es responder como María lo hizo, “entregar esperanza a los hombres” y junto con eso “ponernos al servicio de esta Casa Común, que el Señor ha hecho para todos los hombres”. Para eso es necesario atreverse a tener actitudes diferentes, “a vivir con alegría”, insistiendo en que “no podemos estropear la Creación, ni aprovecharnos de la Creación unos pocos para destruirla”.

Eso se hace más fácil cuando “nos sentimos acompañados por un Dios que nos ha dado todo lo que existe para que lo cuidemos y puedan disfrutar de ello todos los hombres”, afirmaba el arzobispo de Madrid. Según el cardenal, “hacer la misión de cuidar nuestro mundo, requiere fundamentalmente, vivir algunas bienaventuranzas”, recordando lo que el Papa Francisco nos dice en Laudato Sí, enumerando una serie de actitudes que tienen como base el hecho de que todo está conectado. En sus palabras, el arzobispo de Madrid insistía en cambiar nuestras miradas, en revisar el estilo de vida que tenemos, los criterios desde los que vivimos, en no prescindir de los demás, en ser conscientes de las realidades de la Madre Tierra y de sus amenazas, en las causas de la desigualdad social, en leer la crisis ecológico como reflejo de una crisis global, que nos llama a un renacimiento espiritual, a preguntarse sobre el Misterio de la Creación, a revisar nuestros modelos culturales y económicos y ver cómo crecemos en justicia y en comunión con todos, para todos y entre todos, asumiendo el compromiso de incluir a quien está al margen y que todos podemos gozar de la belleza que Dios ha hecho para todos los hombres.

En el marco de la COP25, el Presidente del CELAM, relataba el encuentro con una persona que se le acercó y le preguntó “¿qué tiene que hacer la Iglesia en este tipo de reuniones?”, a lo que le respondió que “la Iglesia tiene mucho que hacer y tiene mucho que decir”, relatando todo el trabajo llevado a cabo en el Sínodo para la Amazonía, que no se puede separar de la Laudato Sí. El arzobispo peruano destacaba el trabajo de preparación llevado a cabo por la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM, unida al CELAM, insistiendo en que los dos años de preparación han sido “una constante reflexión sobre el cuidado de la Casa Común”. Cabrejos definía el Sínodo como “un kairós, un tiempo de gracia para la Iglesia, pero también para el mundo, para la sociedad”.

Monseñor Cabrejos

Al hablar sobre el documento final del Sínodo, destacaba que el hilo conductor es la conversión, que se expresa de diferentes modos. El hecho de que todo esté conectado provoca que los sufrimientos sean comunes, algo sobre lo que hay que tomar conciencia. Según el Presidente del CELAM, en el Sínodo y en la COP25, “hablamos de lo mismo, sólo que con un lenguaje distinto” y tenemos un objetivo común, “la preocupación por la Casa Común”. Como ya había señalado Osoro, la conversión a la sencillez, a una vida más austera, fue algo pedido por Miguel Cabrejos, insistiendo en descubrir la riqueza de la inculturación y de la interculturalidad, de caminar juntos, en sinodalidad.

Si todo el proceso sinodal llevado hasta ahora ha sido importante, el postsínodo se presenta como algo decisivo. En ese sentido, destacaba la importancia de la reunión que esta semana va a tener lugar en Brasilia, donde la REPAM, junto con el CELAM, quieren ver como se ajusta toda la reflexión del Sínodo, “para que no quede solamente en un espacio de una biblioteca, sino que se ponga en práctica”. En este futuro sinodal, Cabrejos destacaba la importancia de tres propuestas que la asamblea sinodal le hacía al Papa Francisco, la creación de un organismo especial permanente amazónico, adscrito al CELAM, para ver toda la problemática de la Amazonía, el cuidado de la Casa Común, en la línea de la Laudato Sí y del Sínodo. Un segundo punto es la creación de un observatorio socio pastoral amazónico, que esté permanentemente analizando y reflexionando todo lo que está sucediendo. Por último, una especie de departamento amazónico en el Dicasterio de Desarrollo Humano Integral.

Todo ello debe ayudar, según el Presidente del CELAM, a que “toda la problemática real de la Amazonía, de la Casa Común, esté conectada con la Santa Sede y la Santa Sede con el mundo entero”, señalando que estas problemáticas están presentes en otras regiones del Planeta. Por eso, acababa insistiendo en que “convirtámonos al amor, a Jesús, convirtámonos también al cuidado de la naturaleza y de nuestra Casa Común”.

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