“El diálogo es el camino más inteligente y fraternopara avanzar hacia la reconciliación y la paz con justicia social". Esa es la reflexión de la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano que se une a las múltiples voces de diferentes instancias de Iglesia y de organizaciones civiles en el continente que levantan su voz ante el difícil momento que afronta el pueblo ecuatoriano desde el pasado 13 de junio, tras la crisis provocada por el paro nacional.

Diálogo y concertación

El mensaje firmado por los obispos Miguel Cabrejos y Jorge Eduardo Lozano como representantes del organismo de comunión episcopal, propone un diálogo basado en la sinceridad que ante todo deponga la violencia y priorice la escucha y la construcción de acuerdos. Se trata de tomar como punto de referencia la escucha de las solicitudes que son totalmente legítimas y requieren de una atención prioritaria, particularmente en los sectores más empobrecidos, invitación que extienden a todo el pueblo de Dios.

"En este llamado a esa asistencia humanitaria instamos a toda la Iglesia: a los obispos, párrocos, instituciones educativas, y personas de buena voluntad, a que sigan abriendo decididamente sus corazones, sus puertas y sus voluntades para ser ejemplo de una acción valiente y consistente con el Evangelio de Jesús, curando las heridas de los que están sufriendo, y acompañando a los que son vulnerados en sus derechos", se lee en el mensaje.

Así el Consejo Episcopal Latinoamericano reitera su compromiso con la aplicación de la Exhortación ‘Querida Amazonía’ del Papa Francisco y desde su sentimiento de cariño y especial recordación por la riqueza de los pueblos originarios y las comunidades indígenas; expresa su solidaridad con el pueblo ecuatoriano recordando las palabras del Santo Padre durante el paro de octubre de 2019.

En esa oportunidad el Pontífice encomendó todas las necesidades de este pueblo a la poderosa intercesión de la oración, confiando en la maternal presencia de la Virgen María para que devuelva la paz y la fraternidad a todos los corazones. "Animo a buscar la paz social, con especial atención a las poblaciones más vulnerables, a los pobres y a los derechos humanos”.

Los efectos de la violencia

Para la Iglesia latinoamericana "la violencia, sea estructural por modelos excluyentes e inequitativos o de modo explícito por los enfrentamientos, solo trae dolor y división entre los hermanos de una misma nación, impidiéndoles reencontrarse, reconciliarse y unirse para construir un proyecto de nación favorable al desarrollo humano integral y al cuidado de unos y otros, incluyendo la casa común".

Si bien la crisis que vive Ecuador tiene antecedentes históricos, el CELAM recuerda que no podemos olvidar que "¡Todos somos hermanos y hermanas!"  y no se deben escatimar esfuerzos para construir una sociedad en paz a través del diálogo y la concertación. Una búsqueda común de soluciones que deben priorizar a las poblaciones más vulnerables trabajando en unidad para que a ningún ciudadano se le impida el libre ejercicio de sus derechos fundamentales.

Finalmente la presidencia del CELAM asegura su oración por el pueblo ecuatoriano, uniéndose al dolor de las víctimas y animando las acciones que se ocupan de la búsqueda de la verdadera paz social. La invitación es a abrir el corazón con determinación uniendo las voluntades para ser coherentes con el Evangelio de Jesús y acompañar a quienes son vulnerados y ayudando a curar las heridas de quienes viven en un estado permanente de sufrimiento y postración.

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