El Relator General introduce el 4º Módulo de la Asamblea Sinodal: "Participación, responsabilidad y autoridad" Hollerich: “Donde reina el clericalismo hay una Iglesia que no se mueve, una Iglesia sin misión”
Reflexionar sobre los procesos, estructuras e instituciones necesarios en una Iglesia sinodal misionera
Una Iglesia que “resulta poco sinodal”, donde muchos “sienten que su opinión no cuenta y que unos pocos o una sola persona decide todo”
“Se trata de cuestiones delicadas, que requieren un discernimiento cuidadoso”
“Llegar a expresar convergencias, divergencias, cuestiones a explorar y propuestas concretas para andar hacia adelante”
“Se trata de cuestiones delicadas, que requieren un discernimiento cuidadoso”
“Llegar a expresar convergencias, divergencias, cuestiones a explorar y propuestas concretas para andar hacia adelante”
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
La Asamblea Sinodal del Sínodo de la Sinodalidad ha iniciado este miércoles el Módulo B3, en el que se reflexionará sobre “Participación, responsabilidad y autoridad”. Eso tras un trabajo que el cardenal Hollerich, relator general del Sínodo, ha definido como hermoso, apasionante y exigente.
El arzobispo de Luxemburgo ha advertido sobre dos tareas a ser realizadas una vez acabe la actual sesión de la Asamblea: devolver a las Iglesias locales los frutos del trabajo, recogidos en el Informe de Síntesis, y recoger los elementos para concluir el discernimiento el próximo año, cargados de una conciencia más clara del Pueblo de Dios sobre lo que significa ser una Iglesia sinodal y los pasos que dar para serla.
Procesos, estructuras e intuiciones en una Iglesia sinodal misionera
La pregunta de partida del cuarto Módulo lleva a reflexionar sobre los procesos, estructuras e instituciones necesarios en una Iglesia sinodal misionera. Un Módulo que va a abordar cuestiones relativas a los cambios en la vida del discipulado misionero y en la corresponsabilidad. Todo ello en una Iglesia que, en palabras de Hollerich, “resulta poco sinodal”, donde muchos “sienten que su opinión no cuenta y que unos pocos o una sola persona decide todo”.
Desde ahí analizó las cinco fichas de trabajo del Módulo que serán trabajadas por los Círculos Menores: renovación del servicio de la autoridad, afirmando que “donde reina el clericalismo hay una Iglesia que no se mueve, una Iglesia sin misión”, algo que también puede afectar a los laicos; la práctica del discernimiento en común, preguntando como introducirlo en los procesos de toma de decisiones de la Iglesia, a distintos niveles, buscar consenso que supere la polarización; crear estructuras e instituciones que favorezcan la participación y crecimiento; fomentar estructuras continentales, Asambleas Eclesiales, redes entre las Iglesias locales, garantizando la unidad con Roma; la relación dinámica que une sinodalidad, colegialidad episcopal y primado petrino.
Cuestiones delicadas
Hollerich ha reconocido que “se trata de cuestiones delicadas, que requieren un discernimiento cuidadoso”, a lo que se dedicar el trabajo de este Módulo y el año que transcurrirá hasta la segunda sesión de la Asamblea Sinodal. Temas delicados “porque tocan la vida concreta de la Iglesia y también el dinamismo de crecimiento de la tradición”, afirmando que “un discernimiento equivocado podría cortarla, o congelarla. En ambos casos la mataría”.
En palabras del Relator General del Sínodo, “es a través de la participación como podemos hacer aterrizar la visión inspiradora y dar continuidad en el tiempo al impulso de la misión”, advirtiendo que “la concreción conlleva también el riesgo de la dispersión en detalles, anécdotas, casos particulares”. Desde ahí ha llamado a “hacer un esfuerzo especial para mantener el foco en el objetivo que perseguimos”, algo recogido en las preguntas para el discernimiento de cada ficha, llamando a vitar salirse por la tangente.
Convergencias y divergencias
Sobre el trabajo de los grupos para el discernimiento comunitario, Hollerich ha pedido “llegar a expresar convergencias, divergencias, cuestiones a explorar y propuestas concretas para andar hacia adelante”, pidiendo a los facilitadores, a quienes ha agradecido su trabajo, que “no tengan miedo de empujarnos, incluso con un poco de decisión, cuando necesitemos que nos ayuden a no perder el foco”.
Finalmente, deseando “un fructífero trabajo en este Módulo, que redundará en beneficio de toda la Iglesia”, resaltó que “el discipulado misionero o la corresponsabilidad no son sólo frases hechas, sino una llamada que sólo podemos realizar juntos, con el apoyo de procesos, estructuras e instituciones concretas que funcionen realmente en el espíritu de la sinodalidad”.