Todos los obispos, al cumplir 75 años tienen que presentar su renuncia al Papa, que a partir de esa fecha la acepta en el momento que considera más oportuno. Mons. Edson Damian, Obispo de la Diócesis de São Gabriel da Cachoeira, en la Amazonía brasileña, ha alcanzado esta edad el 4 de marzo de 2023.

Mons. Edson Damian repasa en esta entrevista su trayectoria episcopal, siempre en la misma diócesis, iniciada el 24 de mayo de 2009. Dice que presenta su renuncia "con el humilde sentimiento del deber cumplido", después de vivir su ministerio en la diócesis más extensa y con mayor porcentaje de población indígena de Brasil.

El 4 de marzo usted cumple 75 años, la edad a la que todos los obispos deben presentar su renuncia al Papa. ¿Qué significa este momento en su vida de obispo?

El primer sentimiento que me viene en este momento es de gratitud a Dios por haberme permitido llegar a los 75 años.  Más gratitud aún por haberme concedido la gracia del ministerio sacerdotal, recibida de manos de Mons. Ivo Lorscheiter, auténtico Padre de la Iglesia, el 20 de diciembre de 1975. Con mayor gratitud y también redoblado temor, acepté también el oficio episcopal, respondiendo al llamado del Papa Benedicto XVI para ser obispo misionero en el corazón de la Amazonía desde el 24 de mayo de 2009.

 "Con Jesús amar y servir" es el lema episcopal que me ha guiado en este camino. A la luz del carisma de San Carlos de Foucuald, he intentado "gritar el Evangelio con mi vida", partiendo de los últimos lugares que me exigían misionar para llegar a las comunidades ribereñas más alejadas y abandonadas. En todas mis actividades misioneras he contado siempre con la generosa colaboración de sacerdotes, religiosas y cristianos laicos que ejercen libremente diversos ministerios en las comunidades.

Por eso, en el momento de presentar mi renuncia, lo hago con el humilde sentimiento del deber cumplido. Si no he hecho más, se lo debo a mi limitación humana y a mis pecados. Sin embargo, en todo lo que he realizado siempre he creído que "el amor suple", pues Dios es amor y misericordia. "El arquitrabe que sostiene la vida de la Iglesia es la misericordia" (MV 10).

Asumió la diócesis de São Gabriel da Cachoeira el 24 de mayo de 2009, una diócesis con rostro indígena. Después de casi 14 años, ¿qué ha aprendido de los pueblos indígenas?

São Gabriel de Cachoeira es la diócesis más grande de Brasil: 294.000 kilómetros cuadrados. También es la más indígena, ya que el 90% de la población está formada por pueblos indígenas de veintitrés etnias y se hablan dieciocho lenguas. He tenido la gracia de conferir la ordenación sacerdotal a trece jóvenes indígenas de diferentes etnias.

Cuando el Nuncio Apostólico me llamó para comunicarme el nombramiento, aparte de mi conmoción, le di varias razones por las que creía que no debía aceptar, pero me las refutó todas. Finalmente me dio una semana para hablar con personas que me conocían. El primer obispo al que consulté había sido mi director espiritual. Simplemente me ofreció un báculo, una cruz pectoral, rezó por mí y dijo que la ordenación debía ser en São Gabriel.

Además del aliento de todos, encontré varias razones para aceptar: en primer lugar, tenemos una inmensa deuda social con los Pueblos Indígenas que sufren tanta violencia e injusticia; en segundo lugar, debo lo que soy hoy a la Iglesia que me acogió y formó desde los 12 años, por lo que sería injusto que huyera de esta misión; en tercer lugar, el amor a Jesús, siguiendo el Evangelio y el testimonio de San Carlos de Foucauld, siempre me llevó a servir a los pobres, a buscar el último lugar. Como signo de amor a los Pueblos Indígenas, fui ordenado obispo en medio de ellos, incluso con algunos ritos y símbolos propios de su cultura. 

El Padre Justino Rezende SDB, indígena Tuyuka, primer sacerdote de esta Diócesis escribió un texto que me inspiró mucho: "La Buena Nueva de las culturas indígenas acoge la Buena Nueva de Jesús”. Las semillas de la Palabra están presentes en todos los pueblos y culturas. Es a partir de ellas que cada pueblo realiza la inculturación del Evangelio. Desde las primeras visitas a las comunidades, me encantó la alegría de la vida comunitaria, el compartir la comida como prolongación de la celebración eucarística, la sobriedad de las casas, la acogida fraterna a los visitantes.

Los indígenas son también maestros de la ecología, verdaderos guardianes de la selva. Menos del 3% de la selva ha sido destruida en esta región. "Los pueblos originarios salvarán la Amazonía", nos dijo el Papa Francisco durante su visita ad limina. La forma indígena de cultivar los campos en el Alto Río Negro, en 2010, fue declarada patrimonio cultural de Brasil por el IPHAN. Hay dos instituciones que proporcionan inmensos beneficios a los rionegrinos: la FOIRN (Federación de Organizaciones Indígenas del Río Negro) y el ISA (Instituto Socioambiental). Apoyo y, en la medida de lo posible, también participo en algunas de las muchas actividades que llevan a cabo.

El Sínodo para la Amazonía puede considerarse un momento importante en su camino episcopal. ¿Cómo ha vivido este proceso sinodal y cómo le ha ayudado en su misión como obispo?

El Sínodo fue un verdadero kairós para la Amazonía. Invitado por el Cardenal Hummes, que era presidente de la REPAM, participé desde el primer momento, cuando el Papa Francisco visitó Puerto Maldonado, en Perú. Allí acompañé la primera reunión para indicar los temas que debían ser abordados y también sugerir los asesores. El proceso de escucha realizado en las comunidades indígenas presentó excelentes propuestas que fueron sintetizadas por el Padre Justino Rezende, elegido para participar en la comisión de peritos del Sínodo.

La etapa final realizada en octubre de 2019, en Roma, fue un evento inolvidable: la convivencia con representantes de 9 países de la Pan-Amazonía, la presencia del Papa Francisco en todo momento, las sesiones iniciales cuando cada participante, en cuatro minutos, presentó un tema que consideraba fundamental para las conclusiones del Sínodo. Hablé de la importancia de la teología india en el proceso de inculturación del Evangelio.

Otro acontecimiento histórico fue el "Pacto de las Catacumbas por la Casa Común" que un gran número de participantes en el Sínodo firmaron en las Catacumbas de Santa Domitila. Por último, la alegría general al ver aprobadas por unanimidad todas las propuestas. Y para completarlo, poco después, el Papa nos ofreció la Exhortación postsinodal "Querida Amazonía", que confirma y enriquece nuestras propuestas en forma de cuatro sueños: social, cultural, ecológico y eclesial. "Sueño con comunidades cristianas capaces de dedicarse y encarnarse en la Amazonía, hasta dar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos" (QA 7). En São Gabriel queremos construir una Iglesia amazónica con rostro y cultura indígena.

Usted siempre ha mostrado una gran admiración por el Papa Francisco, que este mes de marzo cumple 10 años de pontificado. ¿Cómo definiría el camino recorrido por el Papa en este tiempo?

El Papa Francisco me encantó desde sus primeros gestos y palabras cuando se presentó el 13 de marzo de 2013. Grita el Evangelio con su vida. Con paciencia, valentía y fidelidad está poniendo en práctica el Concilio Vaticano II. Quienes le critican, quizá sin darse cuenta de su incoherencia, rechazan el Evangelio mismo.

Quisiera destacar 10 hitos en el camino recorrido durante estos 10 años de su ministerio: 1. La conversión y la reforma eclesial (EG 27 y 34); 2. La Iglesia "en salida" (EG 20); 3. El redescubrimiento de la dimensión personal del encuentro con Cristo (EG 1, 265); 4. La santidad al alcance de todos (EG 7 y 19); 5. El discernimiento; 6. El nombre de Dios es misericordia (MV 10); 7. Fraternidad y amistad social (FT 8); 8. La casa común (LS 156) y Sínodo para la Amazonía; 9. Pacto educativo mundial (FT 1); 10. Economía solidaria (Libro "Soñemos juntos").

Por último, la convocatoria del Sínodo sobre la Sinodalidad es el mayor acontecimiento eclesial después del Vaticano II cuyo principal objetivo es poner en práctica las decisiones más importantes que han sido bloqueadas por la Curia Romana. Fueron necesarios 10 años para llevar a cabo esta reforma que mostró su amplitud y profundidad en la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium publicada el 19 de marzo de 2022.

La diócesis de São Gabriel da Cachoeira es una diócesis de gran extensión y poca población, con pocos recursos y grandes gastos. ¿Cómo afronta estos desafíos?

Con los indígenas he aprendido a vivir con sobriedad, con lo estrictamente necesario. Los ingresos de la diócesis provienen del alquiler de algunas escuelas administradas por SEDUC, del alquiler de varios pisos adaptados junto al edificio de la Curia, de donaciones de algunas diócesis, de personas generosas y del propio Papa Francisco. El mayor gasto es el combustible utilizado en las lanchas para recorrer largas distancias durante las visitas a las comunidades.

Inspirados por el Sínodo, estamos pasando de las visitas rápidas a una estancia más larga en las comunidades más grandes o incluso reuniendo a algunas comunidades vecinas. Además de la celebración de los sacramentos, tiene lugar la formación de los líderes y también de la comunidad. El sacerdote viaja siempre acompañado de agentes de pastoral que colaboran en los encuentros formativos. Una inversión importante es la Escuela de Formación Teológica para laicos y laicas.  Tiene lugar en la segunda quincena de enero y en julio, y reúne a unos 90 representantes de las 11 parroquias. Cada etapa aborda dos temas diferentes.

Sabiendo que su sucesor será nombrado por el Papa, si usted fuera consultado, ¿qué elementos deberían estar presentes en el futuro obispo de São Gabriel da Cachoeira?

Creo en la acción del Espíritu Santo, que anima y guía a la Iglesia. Él actúa a través de los dones y carismas que concede a todos los bautizados. Durante los 23 años que llevo como misionero en la Amazonía, he participado en muchas asambleas y encuentros de nuestro Regional. Siempre se han celebrado con una representación significativa de cristianos laicos, hermanos y hermanas de la Vida Consagrada, diáconos, sacerdotes y obispos.

Siempre he admirado el ambiente de fraternidad, libertad de expresión y verdadera sinodalidad que reina en estas asambleas. Todos son escuchados y las propuestas se recogen con el voto de todos.  Por eso, creo que, a través de una amplia consulta, los hermanos y hermanas que serán consultados sabrán indicar al sacerdote u obispo ya ordenado que tiene el carisma para ser pastor del santo y fiel Pueblo de Dios de la querida Iglesia del Río Negro.

Cuando un obispo pasa a ser emérito tiene más libertad en su tarea pastoral, que ciertamente no se detiene. ¿Cómo quiere continuar su misión episcopal cuando el Papa acepte su renuncia?

Cuando entregué mi vida a Dios para servir a su pueblo, a través del ministerio ordenado, siempre intenté seguir la acción del Espíritu a través de la guía de los sucesores de los apóstoles. Trato de seguir a Jesús, que dijo: "Quien guarde su vida para sí, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará" (Mc 8, 34). La vida no es un capital que hay que acumular, sino un don de Dios que hay que compartir al servicio de los hermanos, para que todos tengan vida.

Cuando acepté ser obispo en São Gabriel, consciente de los desafíos que me esperaban, imaginé que renunciaría si llegaba a los 70 años. Pero Dios me salvó de muchos peligros, entre ellos el paludismo y muchas otras enfermedades que aquejan a muchas personas en esta región. Así que pude permanecer hasta los 75. Ahora debo esperar pacientemente al sucesor.  Entonces me gustaría pasar algún tiempo, en Jaguarí-RS, con mi familia que siempre me apoyó y en compañía de mi padre que cumplirá 101 años. Después, si aún tengo salud y fuerzas, seguiré disponible para colaborar donde la Iglesia me necesite. Todo es gracia. "Habéis recibido la gracia, tenéis que darla gratuitamente" (Mt 10,8).