Comentario al 22º Domingo del Tiempo Ordinario Mons. Ojea: “Seguir a Jesús es vivir aquello que predica”
"Tentación que tenemos los cristianos de un Evangelio sin Cruz, de vivir la vida de Jesús como si fuera un espectáculo que sucede fuera de nosotros y así tener una predicación de un contenido doctrinal, estético, moral, pero sin que nosotros estemos ni implicados, ni involucrados en ella”
“El compromiso de seguir a Jesús nos lleva a verlo y a intentar servirlo en nuestros hermanos más pobres, especialmente en los que están marginados”
"Perdemos de tal manera la sensibilidad que el cuello se nos puede quedar lastimado de tanto mirar para otro lado y entramos a pactar, casi sin darnos cuenta, con la cultura del descarte y abandonamos toda verdadera sensibilidad cristiana”
"Perdemos de tal manera la sensibilidad que el cuello se nos puede quedar lastimado de tanto mirar para otro lado y entramos a pactar, casi sin darnos cuenta, con la cultura del descarte y abandonamos toda verdadera sensibilidad cristiana”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
“El Evangelio de este domingo nos habla de lo que pasa inmediatamente después de la confesión de Pedro”, afirma Mons. Oscar Ojea comentando el Evangelio del XXII domingo del Tiempo Ordinario. Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “Jesús no quiere engañar a sus discípulos y después de haber recibido la confesión: ‘Tú eres Cristo, el hijo de Dios vivo’, les dice: ‘Ahora tengo que subir a Jerusalén y voy a sufrir a manos de los hombres’, les anuncia la Cruz”.
Cargar su Cruz
“Entonces Pedro en nombre de todos, de alguna manera, le dice: ‘Jamás te va a pasar esto a vos’. Y ahí Jesús le dice una frase muy dura: ‘Ve detrás de mí Satanás porque tus pensamientos no son los de Dios sino los de los hombres, el que me sigue verdaderamente es el que se niega a sí mismo carga su Cruz y así me sigue’”, recordó el obispo de San Isidro.
Según el prelado argentino: “esta reacción tan fuerte de Jesús tiene que ver con esta tentación que tenemos los cristianos de un Evangelio sin Cruz, de vivir la vida de Jesús como si fuera un espectáculo que sucede fuera de nosotros y así tener una predicación de un contenido doctrinal, estético, moral, pero sin que nosotros estemos ni implicados, ni involucrados en ella”.
Involucrarse en su doctrina
El presidente del episcopado argentino recordó que “también Pedro es el que se va a negar a que Jesús le lave los pies, porque en el fondo si Jesús le lava los pies, él sabe que él también va a tener que lavarles a los hermanos, que no va a ser el jefe, sino que va a ser aquel que sirve y de esta manera ejercer su autoridad; entonces se niega”. Citando las palabras de Jesús: “Si te negás no tendrás parte conmigo”, afirmó que “seguir a Jesús es involucrarse en su doctrina y en su vida, es vivir aquello que Jesús predica, sino el cristianismo es una disociación, el cristianismo no es verdadero, no existe en aquel que sigue de verdad a Jesús”.
De ahí dedujo que “el compromiso de seguir a Jesús nos lleva a verlo y a intentar servirlo en nuestros hermanos máspobres, especialmente en los que están marginados”. El obispo de San Isidro recordó las palabras del Santo Padre, diciendo que “nos habló hace muy poquito de esta invisibilización que tenemos, sobre todo en las grandes ciudades de occidente, de aquellos que están marginados por distintos motivos, por enfermedades, por discapacidades; por enormes dificultades en su vida social, en su vida familiar, en sus vidas de relación”.
Saber que hay otro más pobre
Señalando que “es incuestionable ver nosotros en Buenos Aires la cantidad de personas en situación de calle”, afirmó que “podemos decir… pero todos estamos mal”. Analizando la situación del país dijo que “vivimos una situación tremenda, la inflación, no nos alcanza para para llegar a fin de mes, no nos alcanza para comprar lo que habitualmente compramos y esto pasa en tantas familias argentinas”. Mons. Ojea citó las palabras de Paul Claudel: “El verdadero pobre de espíritu es el que sabe que hay otro más pobre que él”, diciendo que “es el que sabe que hay otro pobre que él”.
En palabras del presidente del episcopado, “esta situación tremenda, no nos exime de mirar a aquellos hermanos nuestros que se encuentran en extrema pobreza; sino, como dice el Santo Padre, perdemos de tal manera la sensibilidad que el cuello se nos puede quedar lastimado de tanto mirar para otro lado y entramos a pactar, casi sin darnos cuenta, con la cultura del descarte y abandonamos toda verdadera sensibilidad cristiana”.
Encerrando su comentario, Mons. Ojea insistió en que “seguir a Jesús es comprometerse con los últimos y de verdad para no vivir un Evangelio disociado de su mensaje, sino para sentirnos verdaderamente unidos a aquello en lo que creemos y aquello que predicamos”.
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