Comentario al Evangelio del 30º Domingo del Tiempo Ordinario Ojea: “Somos mendigos de amor, necesitamos ser amados”
Dios es continua relación, Dios es dinamismo puro, por eso Dios es amor
Cuando nosotros nos dejamos de entender según la relación nos volvemos para dentro, nos metemos para dentro, nos volvemos autorreferenciales
Hemos sido creados para el amor, hechos para el amor, por eso allí se esconde nuestra verdadera felicidad
Hemos sido creados para el amor, hechos para el amor, por eso allí se esconde nuestra verdadera felicidad
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
Mons. Óscar Ojea comenzó su comentario al Evangelio del 30º Domingo del Tiempo Ordinario, recordando que “uno de los fariseos le pregunta al Señor cuál es el más grande de todos los mandamientos y el Señor le responde: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza; y al prójimo como a ti mismo’”. Unas palabras del presidente del episcopado argentino en las que continúa diciendo: “el segundo mandamiento es semejante al primero va a decir el Señor, y aquí se resume toda la Sagrada Escritura, pero no solamente se resume toda la Sagrada Escritura, sino que el amor es lo que da sentido a la vida del hombre”.
Dios es amor
El ¿Por qué? está en el hecho de que “porque Dios es amor y Dios que es amor nos creó para amar. Dios es continua relación, Dios es dinamismo puro, por eso Dios es amor; Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo”, destacó el obispo de San Isidro.
Para el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, uno de los miembros de la Asamblea Sinodal del Sínodo de la Sinodalidad, “Dios está continuamente en relación, por eso cuando nosotros nos dejamos de entender según la relación nos volvemos para dentro, nos metemos para dentro, nos volvemos autorreferenciales; dejamos de entender que no somos seres complementarios, necesitamos del otro; necesitamos de la otra para poder ser plenos, para poder ser completos vivimos para alguien”.
Creados para el amor
Mons. Ojea recordó las palabras de San Pablo: “Nos va a decir si vivimos, vivimos para el Señor y si morimos, morimos para el Señor”. Según el prelado, “tanto en la vida como en la muerte somos del Señor, somos para alguien y San Agustín va a decir: ´Nos creaste para ti Señor, nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti´. Hemos sido creados para el amor, hechos para el amor, por eso allí se esconde nuestra verdadera felicidad. Todos los seres humanos tenemos esto en común: somos mendigos de amor, necesitamos ser amados; necesitamos salir de nosotros y encontrar la felicidad dando a imagen de Dios”.
Finalmente, Ojea pidió “Que el Señor nos ayude a caminar y a crecer cada día en este mandamiento que es lo único que le da sentido a nuestra vida porque es lo único que vence la muerte”. Recordando las palabras del Cantar de los Cantares: “El amor es más fuerte que la muerte”, señaló que “de alguna manera presagia esto el amor de Cristo que vence para siempre al pecado y a la muerte en nosotros y en el mundo”.