El secretario de la CAL en el Congreso "Raíces y Alas" Rodrigo Guerra: “El católico tiene pleno derecho de participar en el partido político de preferencia”

Rodrigo Guerra
Rodrigo Guerra

La Doctrina Social de la Iglesia es más que teoría, es poner en práctica, un movimiento para la defensa de la persona humana nacido del encuentro con Cristo

“El laico tiene que oler a calle"

No caer en la tentación de la unidad política de los católicos, buscando descubrir múltiples formas de estar en todos los partidos

“Volvernos samaritanos en la vida política”

Raíces y Alas

Recuperar la conciencia sobre la responsabilidad, la participación de los católicos en la vida política es una necesidad, basada en la Doctrina Social de la Iglesia, pero que cobra especial importancia en el mundo de hoy.

El Congreso “Raíces y Alas”, que está teniendo lugar en Washington de 26 a 30 de abril, organizado por Pastoral Hispana de Estados Unidos, quiere insistir en esa dimensión política, intentando incidir de manera concreta, buscando defender derechos y promover políticas públicas para los migrantes en el país.

Con ello se busca concretar algo sobre lo que ha reflexionado Rodrigo Guerra en su intervención ante los 400 participantes del Congreso, a quienes ha hecho ver que más allá de los principios es necesario aterrizar, pues la Doctrina Social de la Iglesia es más que teoría, es poner en práctica, un movimiento para la defensa de la persona humana nacido del encuentro con Cristo.

El secretario de la Pontificia Comisión para América Latina se refirió a la Doctrina Social de la Iglesia como “la conciencia crítica de un movimiento práctico”, como el acúmulo de sabiduría práctica, la apropiación de una vivencia del pueblo. En esa perspectiva insistió en la necesidad de recuperar la conciencia de que la Iglesia es el Pueblo de Dios en movimiento que genera una sabiduría práctica.

Rodrigo-Guerra

A partir del Vaticano II y del Magisterio Pontificio postconciliar, Rodrigo Guerra afirmó que el último concilio ayudó a superar una visión del laicado que no entendía su papel, recuperando la experiencia de la primera Iglesia, que lleva a descubrir la plena conciencia y misión específica de los laicos: transformar el mundo según Cristo. Desde ahí recalcó que “el laico tiene que oler a calle”, yendo más allá de lo que hace en el templo. Es algo que nace del Bautismo, que impulsa al laico a llevar a Cristo al mercado, a la escuela, a los diferentes ambientes que forman parte de su día a día, para transformar su entorno.

Eso es algo recogido por el Papa Juan Pablo II en Christifideles Laici, donde hace ver que de ningún modo se puede abdicar de la participación de los laicos en la política. Eso se concreta de diferentes modos, pues de una misma fe nacen diferentes compromisos políticos, afirmó Guerra, para quien la fe supera la ideología de cualquier partido político, el católico tiene pleno derecho de participar en el partido político de preferencia, eso sí, con una necesaria autocrítica.

La política es plumiforme, va más allá de los partidos, afirmó el secretario de la CAL, quien recordó lo dicho por Ratzinger, quien en su día llamó a no caer en la tentación de la unidad política de los católicos, buscando descubrir múltiples formas de estar en todos los partidos, lo que lleva a decir que es necesario estar presente sin claudicar de los propios valores, para así llevar la Buena Noticia a todos, incluso a los adversos.

Raíces y Alas

Que los católicos tenemos hoy una misión importante en la política es algo en lo que insiste el Papa Francisco en Fratelli tutti, todavía más ante una realidad social en que las democracias están siendo devoradas porque grupos extremistas están ocupando el centro, están creciendo, disminuyendo aquellos que buscan el diálogo.

Ante ello, Rodrigo Guerra ha destacado la necesidad de afirmar con radicalidad la caridad, paciencia, diálogo, ternura y comunión como método político. Desde una experiencia de comunión abrazar las diferencias y purificarlas, como método a introducir en la política, llamando a los católicos a “volvernos samaritanos en la vida política”. En ese sentido, destacó que la misión de los católicos en la política es sembrar Evangelio en las luchas, diferencias, disputas, que hay una lógica mayor que la confrontación y la busca de poder, que el fin no justifica los medios jamás, siendo la persona de Jesús lo que nos da la norma.

Finalmente insistió para que todos lean Fratelli tutti, todavía más en un momento en que está en juego el destino del mundo, algo explicitado en la Guerra de Ucrania. Esa situación debe hacer ver la importancia de la radicalidad de la misericordia, del perdón, para buscar la paz, la reconciliación, desde un testimonio de capacidad de diálogo, de escucha.

Raíces y Alas

Volver arriba