Del 16 al 23 de junio 39ª Semana del Migrante en Brasil: "Salir de nuestro mundo egoísta y cerrado, ensanchar el corazón hacia la Fraternidad Universal"

Migrantes en la frontera Brasil-Venezuela
Migrantes en la frontera Brasil-Venezuela

"Ensanchar nuestros corazones para una acogida afectiva y efectiva, como familia de Dios que busca y promueve la 'amistad social', para romper las barreras que impiden la solidaridad, la promoción y la integración”

Los refugiados climáticos son un grupo en constante crecimiento

La Pastoral de Migrantes nos llama a ver a los migrantes no como un peligro o una amenaza, sino como una oportunidad para el encuentro, el diálogo y la solidaridad

La 39ª Semana del Migrante en Brasil comienza el domingo 16 de junio y se prolongará hasta el 23 de junio. El tema es "Migraciones y Casa Común" y el lema, en línea con el Sínodo sobre la Sinodalidad, "Ensancha el espacio de tu Tienda" (Is 54,2). Es una oportunidad para "tomar conciencia, como Iglesia y como sociedad, de una realidad que provoca migraciones forzadas y no promueve una acogida digna", según el obispo de Primavera do Leste, y presidente del Servicio Pastoral para Migrantes, Mons. João Aparecido Bergamasco.

Escultura Migrantes y Refugiados

Acogida afectiva y efectiva

El obispo insiste en la invitación a "ensanchar nuestros corazones para una acogida afectiva y efectiva, como familia de Dios que busca y promueve la 'amistad social', para romper las barreras que impiden la solidaridad, la promoción y la integración de todos nuestros hermanos y hermanas que buscan un nuevo lugar o una nueva patria. Estamos llamados a experimentar la Fraternidad Universal a través de la acogida, el afecto y el cuidado, buscando el Buen Vivir Fraterno".

Entre las causas de la migración, Mons. Bergamasco señala que "la falta de cuidado de nuestra Casa Común, la polarización, la violencia, la guerra, la fragilidad de las relaciones entre las personas y las políticas que generan exclusión han agravado la situación, especialmente para los más pobres". Esto exige "cuidar esta Casa Común como un espacio acogedor para la creación, sin exclusiones, porque todos estamos conectados y todos somos hermanos y hermanas", según el obispo.

Para él, la Semana del Migrante es "un momento oportuno para salir de nuestro mundo egoísta y cerrado, ensanchando el corazón hacia la Fraternidad Universal", lo que exige "una profunda conversión en el cuidado, el afecto, la amistad y la incidencia política", por lo que es necesario superar la cultura de la indiferencia.

Los pobres y el bioma víctimas

La reflexión para la Semana del Migrante 2024 se basa en Laudato Si', Laudate Deum, Fratelli tutti y la Campaña Fraternidad 2024, con el tema de la Amistad Social. Laudato Si', idea que se refuerza en Laudate Deum, hace un llamamiento a cuidar nuestra casa común, algo que también tiene que ver con el fenómeno de la migración. Los pobres y excluidos son las principales víctimas de la devastación de biomas y bosques, de la desertificación del suelo, de la contaminación del aire y del agua, y del calentamiento global.

Las catástrofes climáticas, a menudo provocadas por la acción humana, son causa de migraciones. Los refugiados climáticos son un grupo en constante crecimiento. En vista de ello, la Semana del Migrante hace un llamamiento: "Amplía el espacio de tu tienda", inspirado en el llamamiento del Papa Francisco a preparar un hogar para todos los seres humanos y todas las formas de vida, donde todos puedan llegar a ser hermanos y hermanas en el espacio de ese hogar, en una vecindad sana y saludable.

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Del vivir bien al buen vivir

La invitación es a pasar del vivir bien egocéntrico y egoísta al buen vivir fraterno y solidario, a descubrir la riqueza de la diversidad presente en las personas, las culturas y las religiones. La Semana del Migrante nos muestra que los migrantes son los portadores de las semillas de la palabra, son los artesanos y protagonistas de los nuevos tiempos. Y es que toda persona, grupo o cultura crece y se enriquece en el encuentro con los demás. De ahí la necesidad de "pasar de la globalización de la indiferencia" a una "cultura del encuentro, de la fraternidad y de la solidaridad".

Para ello, estamos llamados a tejer el hilo de las relaciones humanas, un gran desafío ante el crecimiento de la extrema derecha, que impulsa a la división, haciendo que los inmigrantes sufran prejuicios y discriminación, racismo y xenofobia. Frente a esto, la Pastoral de Migrantes nos llama a ver a los migrantes no como un peligro o una amenaza, sino como una oportunidad para el encuentro, el diálogo y la solidaridad. Una llamada a no crear guetos sino comunidades, y así ampliar el espacio de nuestra tienda hacia la amistad social con todos los pueblos y naciones, como forma de construir nuestra casa común sobre bases firmes y sólidas.

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