La presidenta de la CLAR y el cardenal Tobin, en el breafing del Sínodo Liliana Franco: "En el Sínodo, no siento que existan agendas ocultas”
“Hay diferentes maneras de hacer las mismas cosas”
“El protagonista del Sínodo está siendo el Espíritu, en el centro está la persona de Jesús y el deseo de que se hagan explícitos los valores del Evangelio”
“No es posible seguir a Jesús sin un compromiso también por el desarrollo humano integral”
“Nadie se ignora y nada se ignora en nuestras labores sinodales”
“Muchas personas no se sienten en casa en el marco de la Iglesia católica”
“No es posible seguir a Jesús sin un compromiso también por el desarrollo humano integral”
“Nadie se ignora y nada se ignora en nuestras labores sinodales”
“Muchas personas no se sienten en casa en el marco de la Iglesia católica”
“Muchas personas no se sienten en casa en el marco de la Iglesia católica”
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
La Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad, que ha elegido los miembros de las comisiones de Síntesis y de Información, donde a los miembros natos se han unido un representante de cada una de las siete regiones en que se ha dividido a la Iglesia universal, sigue su curso, en las dos últimas sesiones con trabajos en los llamados círculos menores.
Un proceso muy importante
Un Sínodo en el que “no existen agendas ocultas”, en palabras de Liliana Franco, presidenta de la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas, que junto al cardenal Joseph William Tobin, arzobispo de Newark, departieron en rueda de prensa con los periodistas acreditados, que dijo estar disfrutando mucho de la experiencia de participar en la asamblea sinodal, insistiendo en que “como católicos estamos viviendo algo que es muy importante”, algo que por otra parte se hace en la Iglesia católica cada vez que se profesa la fe en una Iglesia que es católica y apostólica.
El purpurado norteamericano recordó que creció en una familia con muchos miembros, es el mayor de 13 hermanos, y que en su niñez le fue difícil entender que otros tuviesen lenguajes diferentes, que comiesen comidas diferentes. Con el paso del tiempo dijo haber ido descubriendo, a lo que ayudó el hecho de crecer en un crisol de diferentes culturas, que “hay diferentes maneras de hacer las mismas cosas”, insistiendo en que, en estos primeros días, “estamos hablando a un nivel de complementariedad muy alto, muchas personas encuentran puntos en común en las preocupaciones y hacemos hincapié en la escucha”.
El Espíritu Santo protagonista del Sínodo
Traer la voz del continente latinoamericano y de la Vida Religiosa que peregrina en ese continente es el propósito de Liliana Franco. La religiosa colombiana insistió en que “el protagonista del Sínodo está siendo el Espíritu, en el centro está la persona de Jesús y el deseo de que se hagan explícitos los valores del Evangelio”, resaltando el deseo profundo de vivir al modo de Jesús, “ese modo que levanta, que humaniza, que dignifica, que incluye, que posibilita que el otro sea en la totalidad de su dignidad”, haciendo muy significativa la experiencia de “un método de conversación en el espíritu, en mesas redondas, en las que nos reconocemos en esa común dignidad que todos nos tenemos, en un ambiente de respeto, de comunión, de valoración mutua”.
Una experiencia de encuentro con distintas lenguas, sensibilidades, modos diferentes de entender las cosas, lo que la religiosa define como “la experiencia de la construcción colectiva, de sentir que todos tenemos algo para aportar”, y sobre todo que “todos venimos habitados por los territorios de los que llegamos”. En el trabajo de estos días ha destacado “la llamada a escuchar el grito de los pobres”, que se hace presente en la migración, la trata de personas, los que están siendo más excluidos, diciendo haber sentido el llamado a “ser presencia profética, presencia que se compromete”, y junto con ello a “a unir fuerzas, crear redes, fortalecer las redes que tenemos”.
Liliana Franco destacó el sentimiento de agradecimiento a una Iglesia que se compromete en lo social y ambiental, pues “no es posible seguir a Jesús sin un compromiso también por el desarrollo humano integral”, algo que asumen muchos misioneros que hacen posible que muchas personas vivan con mayor dignidad. Junto con ello se dejó resonar en la Asamblea Sinodal el grito de la Tierra, de las culturas y de los más pobres, en “un construir de hermanos, en esa mesa redonda que se asemeja a la mesa de un comedor familiar en la que hay sitio para todos”.
Nadie se ignora y nada se ignora
“Hay una voluntad fuerte de hacer hincapié fuerte en lo que podemos hacer como Iglesia, una reflexión común”, destacó el cardenal Tobin, que dijo parecerle muy fuerte que en este proceso sinodal “nadie se ignora y nada se ignora en nuestras labores sinodales”, algo que piensa influye en el proceso sinodal, destacando la profunda escucha llevada a cabo en América del Norte durante el proceso sinodal, con encuentros on line en los que “salió el eco de la Iglesia local y de las diferentes iglesias locales”. En ese sentido, afirmó que el Instrumentum Laboris está siguiendo el hilo de esa tradición, “la belleza de este proceso es que empieza desde la base y no desde arriba”.
Un Sínodo que se hace eco de lo que pasa en el mundo, de las diferentes guerras, en un mismo grupo de discernimiento hay una mujer rusa y una ucraniana en el mismo grupo, pero también se habla de lo que pasa en la Iglesia, destacando el arzobispo de Newark que una preocupación muy grande es que “muchas personas no se sienten en casa en el marco de la Iglesia católica”. Al respecto contó la anécdota de que alguien que fue su obispo auxiliar, en cierta ocasión le dijo que más bonita que la catedral como edificio es que esté con las puertas están abiertas, diciendo esperar que “este Sínodo nos ayude a abrir las puertas de una forma más significativa”.
Opción por la fraternidad y la sinodalidad
En ese sentido, la presidenta de la CLAR destacó que “el Sínodo sitúa la situación en contexto, con los pies en la tierra, abrazando los distintos territorios”, lo que hace resonar con fuerza la realidad de nuestro mundo, en la que “la opción de la Iglesia es la opción por la fraternidad, es la opción por la sinodalidad, la disposición a entender que todos somos hermanos”, lo que hace que haya lugar para todos, para los más pobres de nuestro mundo, los migrantes, las víctimas de trata, los desterrados, los desplazados, de aquellos para los que no hay lugar en esta sociedad. Eso llama a seguir uniendo fuerzas para hacer posible la acogida, la hospitalidad, el alimento, la educación, la vida digna, siendo como Iglesia defensores de los derechos humanos, “voz profética que genere el necesario cuestionamiento que nos haga más conscientes a todos de esa necesidad de trabajar por un mundo mejor”.
Tobin recordó las palabras del Papa para que sea “un Sínodo libre, un Sínodo que tiene la libertad de hablar y hacer hincapié en todas las grandes cuestiones”, aceptando y acogiendo las tensiones presentes en la sala sinodal. Eso en busca de una sola voz en el marco de la asamblea sinodal, a pesar de las diferencias, recordando que la asamblea continua el próximo año y queda mucho trabajo por delante.
Hacer más asequible el mensaje de Jesús
“No siento que existan agendas ocultas”, resaltó Liliana Franco que ve en el Instrumento sinodal un claro itinerario y el contenido de todos los diálogos, ofrecidos a todo el pueblo de Dios. Son instrumentos que nutren el trabajo que se está llevando a cabo en la Asamblea Sinodal que busca “modos que hagan más asequible el mensaje de Jesús, sobre todo a los jóvenes”. Un trabajo que se lleva a cabo en los círculos menores, donde se insiste en la gran libertad para hablar, algo que también ha resaltado Tobin.
“A los círculos menores llega el proceso de escucha de cada continente”, resaltó la religiosa, y en muchos llegó la voz de las víctimas de la trata de personas, destacando el trabajo en red que se lleva a cabo en América Latina, para que posibilite la identificación y denuncias de las marañas de corrupción que sustentan la trata. También el apoyo en lo que significa reconstruir la vida, el énfasis en la escucha y en todo lo que pueda devolver las personas a sus entornos, historias con nombres concretos, superar los discursos abstractos.
En definitiva, es de gran importancia, destacó el cardenal Tobin, cooperar con el Papa Francisco, insistiendo en que él escucha mucho, toma muy en serio el tema de la unidad en el marco de la Iglesia y el proceso que estamos llevando a cabo. “Cuando se toman decisiones con la votación, en algunos casos en el pasado no se aceptaban, pero estamos viviendo un proceso diferente”, resaltó, pues “es un sínodo del silencio”, intentando “procesar cual es la voluntad del Espíritu Santo”.