Iglesia se pronuncia tras fallo de corte constitucional Obispos ecuatorianos: "La eutanasia no es un tema de libertad personal"
Los obispos de la Conferencia Episcopal ecuatoriana recordaron que "la vida humana es sagrada e inviolable y que cualquier complicidad con la muerte la terminan pagando los más débiles y vulnerables”
"No hablamos desde la fría distancia del deber ser, sino desde el compromiso con la vida en sus múltiples formas”
"No podemos ofrecer muerte, si ni siquiera proveemos los mínimos requerimientos de salud para una vida digna"
"No podemos ofrecer muerte, si ni siquiera proveemos los mínimos requerimientos de salud para una vida digna"
La Corte constitucional de Ecuador aprobó la despenalización de la eutanasia. El fallo convierte al país andino en el noveno en el mundo y el segundo de Latinoamérica que da un viso de legalidad a esta práctica.
Siete de los nueve magistrados de la corte, votaron a favor de la iniciativa argumentando su deseo de preservar los derechos que garantizan una vida digna. Una decisión que ha generado reacciones a favor y en contra. Un debate que pasa por los ámbitos de la ética, la medicina y la cultura.
Cercanos a la realidad
Al respecto, los obispos de la Conferencia Episcopal ecuatoriana recordaron que "la vida humana es sagrada e inviolable y que cualquier complicidad con la muerte la terminan pagando los más débiles y vulnerables” sin perder de vista que “una sociedad que no los defiende, está condenada a las más grandes manipulaciones y a las peores tragedias".
Apreciaciones que los prelados respaldan con su experiencia administrando los servicios de salud que atraviesan el territorio nacional y están situados en los sectores más empobrecidos del país. Escenarios en los que explican “comparten el dolor y los sufrimientos de muchas personas a los que buscan restituirles la dignidad y ofrecerles una mejor calidad de vida”. Esta experiencia los hace cercanos a realidades de dolor e impotencia antes las debilidades del sistema de salud ecuatoriano que especialmente afecta la calidad de los enfermos terminales.
"No somos ajenos a esta realidad. No hablamos desde la fría distancia del deber ser, sino desde el compromiso con la vida en sus múltiples formas,” afirman.
Desde la perspectiva de los obispos la constitución y “la ley deben estar al servicio de la salud y de la vida de todos los ecuatorianos. Especialmente de las personas que sufren intensamente por causa de enfermedades catastróficas, buscando todos los medios posibles para aliviarlas”.
Una sentencia ambigua
Así la Iglesia ecuatoriana alza su voz por los hombres y mujeres que como parte de su fe consagran su tiempo y energías para acompañar, médica, psicológica y espiritualmente a quienes sufren enfermedades degenerativas, crónicas o incurables, los ancianos, los niños y las personas con discapacidad. “Es por todos ellos que levantamos la voz, porque ninguna vida vale menos que otra”, insisten.
Para la Iglesia ecuatoriana resulta incoherente que no se garanticen los mínimos para vivir una vida digna y si se pueda acceder a la muerte con tanta facilidad. "No podemos ofrecer muerte, si ni siquiera proveemos los mínimos requerimientos de salud para una vida digna," afirman.
Igualmente plantean con claridad que la sentencia tiene ciertos vacíos entre los que está la falta de claridad para definir qué es una “lesión corporal grave e irreversible” o una “enfermedad grave e incurable” y de los cuales depende la viabilidad de la aplicación de la eutanasia en un paciente terminal.
Poblaciones en riesgo
Según los obispos es necesario especificar qué se entiende por estas expresiones, para no poner en riesgo la vida de personas vulnerables, como, es el caso de los pacientes psiquiátricos o con trastornos psicológicos, que también estarían expuestos a los efectos del fallo, en el tampoco estarían exentos los menores de edad.
De acuerdo con lo anterior los obispos advierten que “la Corte Constitucional no sólo modifica el Código Orgánico Integral Penal sino también el Código de Ética Médica ya que permite a un médico acercarse a un enfermo con la intención de darle muerte, pervirtiendo la esencia misma de su profesión que es defender la vida,” según el juramento de Hipócrates que hacen al iniciar su misión.
En esta línea la Iglesia declara que en estas circunstancias la libertad del paciente se encuentra en altas condiciones de vulnerabilidad y afectada desde lo emocional. Además, en muchos casos, “la decisión puede llegar a ser del médico, la familia, e incluso del Estado o las empresas de salud que se niegan a proveer de los cuidados necesarios para atender de mejor manera la condición del enfermo o la falta de recursos; como, en efecto, pasa en los países donde esta ley está vigente,” expresa con preocupación la Iglesia.
La Iglesia se mantiene firme en que el derecho a la vida, como todos los derechos humanos, es irrenunciable y la eutanasia desconoce la dignidad de todas las personas, no obstante ellos seguirán anunciando el Evangelio de la vida.
Etiquetas