Verano... Sed de ti. Cuidar nuestra alma
Que todo ello lleve verdaderamente a un descanso que cuide también nuestra alma.
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
En estos días con la finalización del curso escolar, nos deseábamos buen verano, había deseos de tener un tiempo de descanso, de cerrar unos meses intensos y volvernos a encontrar con nuevas fuerzas. Son muchos los planes también para estos meses de verano y ojalá se cumplan las expectativas pero que todo ello lleve verdaderamente a un descanso que cuide también nuestra alma, que no sólo lo vivamos hacia afuera sino que dentro de nosotros mismos nos busquemos y hagamos una mirada desde lo que verdaderamente somos.
Quizás emprendamos un viaje y llenemos el depósito del coche para no correr el riesgo de quedarnos tirados en el trayecto. Ojalá nos atrevamos a tomarnos el tiempo para mirar nuestro “depósito interior” y desde ahí ver si tenemos sed del Señor, que no se encienda la luz que nos avise que nos falta gasolina, que nuestra relación con Dios está de vacaciones o necesitamos cuidarla más ahora que también tendremos más tiempo….¿tiempo libre para? ¡Tú decides con quién vivirlo! Busquémosle ahora, en el hoy de nuestra vida, allá donde estemos, desde lo que estemos viviendo, porque tampoco se necesita estar en “modo descanso” para estar con Él. “Mi alma tiene sed de ti, de tu presencia, Señor”. Que cada día gustemos de su presencia cercana, nos pongamos en sus manos y su Amor vaya saciando la sed.
“Mi alma tiene sed de ti,
de tu presencia, Señor,
pues de tus manos salí…
todo lo creado me habla de ti,
por eso me es dura tu ausencia
y añoro fijar mis ojos en ti.
Tú me creaste y me elegiste:
adéntrame en tu amor,
y no seré feliz
hasta verme abrazada por ti.
¡Oh mi Dios, Creador y Padre,
gracias! Antes de la creación
ya pensabas en mí. Amén.” (Himno)