Hay personas en la propia vida que al estar cerca de ellas nos transmiten paz... Paz
Sí, se necesita paz en el corazón, paz para saber vivir los acontecimientos de la vida de otra manera, no exentos de dificultades pero así como se suele decir todo depende de cómo se mire, en esta ocasión todo depende de a quién buscamos, quién nos puede conceder verdaderamente esa paz que nos lleve a vivir de otra manera.
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Hace tiempo que tengo conmigo una pequeña cerámica que dice: PAZ. Cuando me la regalaron, me gustó pero como sucede en muchas ocasiones, acaba siendo de unas cosas que se acaban dejando en una estantería… no hace mucho la cambié de lugar pero más que un cambio físico, me llamó más la atención y la tengo más presente, porque a través de esa imagen, brota algo más profundo que lleva implícito ese deseo de que se haga realidad, paz. Sí, se necesita paz en el corazón, paz para saber vivir los acontecimientos de la vida de otra manera, no exentos de dificultades pero así como se suele decir todo depende de cómo se mire, en esta ocasión todo depende de a quién buscamos, quién nos puede conceder verdaderamente esa paz que nos lleve a vivir de otra manera.
Quizás podemos buscarnos un fin de semana para estar tranquilos, buscar paz… quizás el pasear contemplando el mar o una montaña nos envolverá en un clima de paz, de respirar de otro modo, todo ello nos ayudará sin duda, pero, busquemos algo más, busquemos a Alguien más “La paz os dejo, mi paz os doy.No como el mundo la da, yo os la doy. Que no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn 14,27)
Hay personas en la propia vida que al estar cerca de ellas nos transmiten paz, nos ayudan, quizás no hacen falta grandes conversaciones, es la gracia de estar al lado de alguien que te aporta, te da un plus, hay un descanso al compartir. Busquemos a esas personas que de verdad sabemos que suman en nuestra vida y que también podemos sumar en la de ellas. Dios siempre sumará en nuestra vida, siempre nos da su paz. “Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación. Pero no se desanimen, yo he vencido al mundo “(Jn 16,33)
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