| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Hoy es día para hacer silencio exterior y más aún interior, porque el dolor de la cruz nos habla. ¡Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo! Se nos invita a adorar la santa cruz. Este viernes santo nos envuelve en el silencio de la ausencia, del vacío, de la búsqueda, de mirar al que traspasaron. Qué bueno sería si en este día huimos del bullicio, vamos a un lugar que nos envuelva en el silencio, nos ayude a orar, a estar al pie de la cruz, a estar junto al Señor. A ponernos nosotros mismos en “modo off”, a estar más pendientes durante unas horas del Amor que se entrega por nosotros.
“En mi oscuridad, clamo a ti, Señor. ¡Que mi oración llegue a tu presencia!”
Ojalá que este tiempo de silencio alimente nuestra alma, nos fortalezca en la fe, levantemos los ojos y mirémosle, porque en el dolor, el auxilio ahora y siempre nos viene del Señor. Estemos cerca con el corazón durante la celebración de la Pasión del Señor. Es hoy y ahora donde el Señor nos da su vida y su Palabra nos habla; que no sea un viernes santo más si no el que de verdad caminamos con Él.