Amor... Una boda
Lo importante no es que os queráis hoy, si no que no dejéis de quereros mañana
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Hace unos días disfruté en la boda de una amiga, ¡Sí, se casaron! Aunque había un cartel simpático dirigido al novio ¡corre, es tu última oportunidad!, finalmente corrió pero hacia el altar.
Ese día fuimos muchos los testigos de la felicidad de los dos, del sí quiero, del compromiso de vida desde el matrimonio. Muchos recordaremos durante tiempo lo vivido y compartido con ellos y mucho más los protagonistas, pero cuando a la cerveza se le va la espuma es ahí donde hay que beber también. Sin ser aguafiestas, y deseándoles lo mejor juntos cada día de sus vidas, ojalá en los momentos menos fáciles sepan estar el uno al lado del otro, que las palabras para lo bueno y lo menos bueno, sean cuando más lo necesiten fortaleza del uno para el otro.
Una amiga de la novia le dirigió unas palabras y al final les decía: “lo importante no es que os queráis hoy, si no que no dejéis de quereros mañana”. Desde la alegría del momento y la emotividad, sin duda, que son palabras que llegan al corazón, pero aún tienen más importancia en el día después. Ya tienen una fecha que recordarán siempre, que ya han vivido con alegría, fue un día mágico, muy bonito, y todo lo que se quiera añadir cuando el ambiente rebosa felicidad. Ahora les toca disfrutarlo, cultivar y hacer crecer el amor. Ahora es el tiempo para ellos de recorrer el camino de la vida juntos, de vivir el presente y construir el futuro permaneciendo en el Amor. ¡Felicidades! Que el regalo mutuo sea el de la fidelidad.
“Como el Padre me amó, yo os he amado a vosotros. Permaneced en mi amor” (Jn 15,9)