Fe Me conoces
¿Dejo que Dios me conozca? ¿Estoy disponible para abrirle el corazón?...Y sin embargo, ¿Quién permanecerá siempre en nuestra vida? Aquél que sí conoce lo íntimo de mí, que me mira con amor y gratuitamente ofrece su presencia. Aquél que nos protege. Solo desea que tomemos conciencia de que está conmigo, contigo, que nos llama por nuestro nombre, que nos conoce y espera que le sigamos ¡Es el Señor!
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Hay ocasiones en que estamos con alguien que nos dice: te conozco. Puede ser que sea así, o se crea que conoce a la otra persona, aunque en realidad, creo que realmente son pocas las personas que llegan a conocernos de verdad.
Y para que alguien nos llegue a conocer, también hay que dejarle entrar, ir entretejiendo una relación que lleve a una cierta confianza, a un conocimiento de lo que se es en verdad. A veces, también sucede que por algo que viviste en un momento de tu vida, también se creen como ideas sobre esa persona y ahí se quedaron ancladas.
Entonces, ¿Dónde entra la posibilidad de cambio, de crecimiento, de descubrimiento de la propia persona? ¿Quién conoce lo íntimo de mi vida?....En muchas ocasiones he escuchado una frase que dice: “muchos son los conocidos y pocos los amigos de verdad”. Es el paso del tiempo el que nos va mostrando verdaderamente quienes quedaron, quien pasó por nuestra vida sin más y sin embargo sí quien permanece, con quién fuimos entretejiendo una amistad.
¿Dejo que Dios me conozca? ¿Estoy disponible para abrirle el corazón?...Y sin embargo, ¿Quién permanecerá siempre en nuestra vida? Aquél que sí conoce lo íntimo de mí, que me mira con amor y gratuitamente ofrece su presencia. Aquél que nos protege. Solo desea que tomemos conciencia de que está conmigo, contigo, que nos llama por nuestro nombre, que nos conoce y espera que le sigamos ¡Es el Señor!
“Me callo ante tu presencia,
porque tú conoces lo íntimo de mi vida.
Aquí estoy, Señor, con mi corazón como es:
que no oculte nada a tus ojos abiertos.
Aquí estoy como arcilla fresca esperando
ser modelada por tus manos misericordiosas.
Protege mi vida.
Sálvame. Confío en ti” (Oración)