Señor, fortalece a los que sufren, ilumina la oscuridad, da tu paz en el corazón... La hora de la prueba
Hay momentos en que parece que todo son alabanzas pero el testimonio del hijo brotaba del corazón, del que ha “mamado” mucho amor, sencillez, entrega hacia los demás. Las palabras, gestos hacia su madre estaban envueltos de mucha ternura, de una experiencia de vida agradecida, empapada en el Amor.
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Hace unos días, la vida le dio un golpe duro a una familia, la madre se les fue, en este tiempo de Pascua, ella con 67 años moría y celebraba su pascua de resurrección. A los que la conocían, su familia y su hijo sacerdote que lo tiene a muchos kilómetros de distancia, los dejaba sumidos en el dolor.
Es la hora de Getsemaní para ellos, pero es ahora precisamente en la hora de la prueba que tanto hubieran deseado que no llegara tan pronto, donde el Jesús Resucitado está cerca y desde la fe, esta hora de la esperanza en el misterio pascual será su fortaleza.
Varias personas del colegio en el que trabaja pastoralmente, nos hicimos presentes en un día tan inesperado por lo pronto, tan difícil por la lejanía física, tan doloroso por el sufrimiento de perder a una madre.
El Señor da la fortaleza incluso cuando parece imposible y él la tuvo a la hora de presidir la eucaristía por su mamá, momento de gracia donde el Señor lo sostenía de su mano, acogiendo su dolor. Sin duda, que fue fuerte, entrañable y doloroso pero a la vez, en esa ambigüedad de la humanidad sufriente y la fe en la resurrección que nos da esperanza.
El dolor se palpaba, el silencio compungía y a la vez la acción de gracias por la vida de su madre y tanto vivido aún quedándose corto en el tiempo, porque decía que ojalá el Señor se la hubiera dejado unos años más. Hay momentos en que parece que todo son alabanzas pero el testimonio del hijo brotaba del corazón, del que ha “mamado” mucho amor, sencillez, entrega hacia los demás. Las palabras, gestos hacia su madre estaban envueltos de mucha ternura, de una experiencia de vida agradecida, empapada en el Amor.
Señor, fortalece a los que sufren, ilumina la oscuridad, da tu paz en el corazón. Hazte presente en sus vidas.