"Dirigido a las mayores fortunas hispanas: aquellas cuyo patrimonio supera los mil millones de euros" Impuesto Nacional de Emergencia para reconstruir el destrozo de la Dana
Así como hay una “Unidad Nacional de Emergencia” (que estableció para Valencia el gobierno anterior y que el gobierno valenciano actual había anulado…) creo que el gobierno español está autorizado a crear ahora un “Impuesto Nacional de Emergencia”, dirigido a las mayores fortunas hispanas
"Se evitaría así que haya alguien que dé solo un par de millones que apenas serán la milésima parte de su fortuna y además salga en los periódicos como modelo de bienhechor"
"Cuando alguien tiene cubiertas sus necesidades de manera suficiente y digna, con alguna previsión para el futuro, todo lo demás que tiene deja de ser suyo y pasa a ser propiedad de los que lo necesitan (como ahora los damnificados por la DANA)"
"Cuando alguien tiene cubiertas sus necesidades de manera suficiente y digna, con alguna previsión para el futuro, todo lo demás que tiene deja de ser suyo y pasa a ser propiedad de los que lo necesitan (como ahora los damnificados por la DANA)"
Iba a enviar otra cosa a este blog, pero prefiero retrasarla dos días para dejar paso a esta reflexión, ante el dolor increíble que está causando la DANA. Ahora habrá que pensar en reconstruir tanto destrozo. Y eso va a suponer un gasto inmenso en alimentos, medicinas, transporte, reconstrucción de edificios y carreteras, salarios de quienes trabajen ahí o ayudas para recuperar algo de todo el patrimonio perdido por tanta gente. Se supone que algunas parroquias y entidades semejantes harán algunas colectas para ello; pero parece claro que eso será muy insuficiente.
En una situación tan increíblemente trágica pienso lo siguiente: así como hay una “Unidad Nacional de Emergencia” (que estableció para Valencia el gobierno anterior y que el gobierno valenciano actual había anulado…) creo que el gobierno español está autorizado a crear ahora un “Impuesto Nacional de Emergencia”, dirigido a las mayores fortunas hispanas: aquellas cuyo patrimonio supera los mil millones de euros. Debería hacerse manera progresiva; por ejemplo: a ese señor cuyo patrimonio puede llegar a los 45.000 millones se le reclama una inversión en torno a la tercera parte; a aquellos cuyo patrimonio alcanza los 20.000 millones se les reclama una cuarta parte, si la fortuna ronda los diez mil millones, que inviertan en la reconstrucción una quinta parte. Esos más modestos que solo rondan los mil millones, una décima parte. Y así sucesivamente.
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Bueno: eso es solo un ejemplo que otros sabrán organizar mejor. Se evitaría así que haya alguien que dé solo un par de millones que apenas serán la milésima parte de su fortuna y además salga en los periódicos como modelo de bienhechor: igual que aquellos ricos del evangelio que procuraban que sus monedas cayeran bien sonoramente en el gazofilacio del Templo y a los que Jesús criticó duramente (cf. Mc 12, 41-44). Y tendríamos además ocasión para abordar las críticas furibundas que esta propuesta desatará, seguramente en gentes de Vox y demás, y a los que puedo responder lo siguiente:
Hermanos queridos: de política y administración creo saber muy poco; pero de ética y filosofía moral algo sé. Y puedo deciros con absoluta seguridad lo siguiente: el derecho fundamental y primario en el tema de la propiedad es lo que se llama “el destino común de todos los bienes”. La propiedad privada es un derecho secundario: muy respetable como modo de realizar ese derecho primario; pero que cesa cuando obstaculiza ese derecho primario en lugar de ayudar a realizarlo.
Quiere esto decir que cuando alguien tiene cubiertas sus necesidades de manera suficiente y digna, con alguna previsión para el futuro, todo lo demás que tiene deja de ser suyo y pasa a ser propiedad de los que lo necesitan (como ahora los damnificados por la DANA). Y eso es enseñanza del Evangelio (recordad que para Jesús es sencillamente imposible que un rico se salve, y la reacción que eso provoca en los discípulos: Mc 10, 23ss); y es también doctrina perenne de la Iglesia: tanto de Pablo VI como de Juan Pablo II y Benedicto XVI, a los que a veces manipuláis sin haberlos leído.
Luego de esto podéis meteros conmigo: no seréis los primeros que me han llamado “hijo de puta” y “pérfido jesuita”; pero comprenderéis que al lado de lo que están pasando los de Paiporta y demás, esos adjetivos casi son solo una caricia. Y si no, atended al menos a lo que aquí se dice y no a quién lo dice. Yo, que estoy ya muy viejo y no sé organizar, preferiría sugerir que si alguien cree que lo dicho vale la pena y puede montar una de esas recogidas de firmas que nos llegan constantemente de Amnistía Internacional, o de Oxfam o de Avaaz y demás, pues que lo haga. Creo que las víctimas de la DANA se lo agradecerán.
Como enseñaba Juan Pablo II en la Laborem exercens, la Iglesia se juega su fidelidad a Jesucristo en cómo reaccione ante gentes como las víctimas de este desastre. Y si a raíz de lo dicho aquí se produjera una reacción como la que sugieren los evangelios, tendríamos un motivo para eso que a algunos les cuesta tanto hoy: volver a creer en el ser humano.
[NB.- Respecto a la cantidad actual de esas fortunas máximas tampoco quiero dar aquí datos: guardo un Magazine del diario El mundo del 2010, titulado: “Los cien más ricos de España…, preocupados por su dinero”. El texto hablaba solo de lo que tienen invertido en Bolsa y los datos de la CNMV que, naturalmente, no es la totalidad de sus propiedades. No sé si ese diario ha seguido publicando ese magazine, porque ya no llega a mi casa. También es muy discutida la exactitud de la revista Forbes, aunque cabe decir que por ahí van las cosas. Si atendemos a google, la mayor fortuna hispana oscila entre los 80 y los 90 mil millones de euros; y el total de las cien mayores fortunas alcanza los 150,000 millones: Pero este no es el tema de ahora. Solo esta alusión para que nos hagamos una idea.]
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