"Nos conocimos en 1987 en Tokyo y trabamos amistad" Antonio García: "Bergoglio me confió que uno de sus sueños era ser misionero en Japón"
"Cuando lo abrace en el Parque de los 26 Mártires serán muchas las palabras que querré expresarle"
"Jesús te miró con sus paternales ojos escogiéndote para gobernar la Iglesia"
"En este país de cristianos y no cristianos, consideran a Francisco un hombre bueno que se interesa por el pueblo"
"¡Qué feliz he sido desde mis 15 años, cuando conocí la Compañía! ¡Y desde que llegué de misionero a Japón! Son ya 69 años en estas tierras"
"En este país de cristianos y no cristianos, consideran a Francisco un hombre bueno que se interesa por el pueblo"
"¡Qué feliz he sido desde mis 15 años, cuando conocí la Compañía! ¡Y desde que llegué de misionero a Japón! Son ya 69 años en estas tierras"
| Antonio García, sj
Sobre mi amistad con el papa Francisco poseo grandes recuerdos. En el año 1987 Jorge Mario Bergoglio nos visitó en la casa del teologado de Tokyo. Se pasó una semana viviendo con nosotros y viendo a sus cinco escolares estudiantes: unos estudiaban japonés y otros Filosofía y Teología.
Yo en esa fecha estaba haciendo de Ministro de la casa (2O años pasé en aquella comunidad). En una semana que vivió con nosotros, él me conoció a mí y yo a él. Nos hicimos compañeros de oración y me transmitió mucha paz. En ese contexto me confesó que uno de sus sueños fue siempre ser misionero en Japón. No lo consiguió. El Padre Pedro Arrupe le tenía reservada una misión mayor: hacerle Provincial en Argentina. Cuando después me escribía, siempre recordaba los días de Apostolado en Japón. Sus deseos de difundir su amor paternal entre las gentes niponas, y llevarlos a la conversión, como Javier.
Cuando lo abrace en el Parque de los 26 Mártires serán muchas las palabras que querré expresarle con ese fuerte abrazo. Pero los minutos son escasos, habrá poco tiempo para hablar desde el corazón. Nos daremos un fuerte abrazo y le cantaré: "¡Bendito el que viene en nombre del Señor!". Gracias, amigo, por visitarnos en la Nación del Sol Naciente.
¡Qué feliz he sido desde mis 15 años, cuando conocí la Compañía! Más feliz todavía desde que me consagré y pedí ir a Japón como misionero, donde llevo viviendo ya 69 años. Pero soy más feliz desde que nos conocimos y fuimos amigos. Jesús te miró con sus paternales ojos escogiéndote para gobernar la Iglesia. Cuando te recuerdo, rezo la oración de Simeón y te bendigo: "Ahora deja ir a tu siervo, Señor, según tu palabra, en Paz,pues ya vieron mis ojos...".
Les hablará de lo terrible que es la guerra, la bomba atómica, el dolor de tantos inocentes que perdieron sus vidas y familias
En este país de cristianos y no cristianos, reconocen al Papa Francisco todo lo que está haciendo. Le consideran un hombre bueno que se interesa por el pueblo y hasta le adoran. Los japoneses conservan un buen recuerdo de la visita del Papa Juan Pablo II; lo mismo ocurrirá con Francisco. Les hablará de lo terrible que es la guerra, la bomba atómica, el dolor de tantos inocentes que perdieron sus vidas y familias. Todo este dolor se siente entre ellos todavía.
Cuando le visité en el año 2O14, me hicieron varias fotos. Una de ellas todavía está puesta en la entrada del Museo y los visitantes la ven y se admira del cordial saludo, lleno de alegría, después de 25 años sin vernos, solo comunicándonos con postales y cartas de Navidad.
Toda la gente que entra en el Museo, sea del país o extranjera, se queda encogida de ver la vida de los mártires y persecuciones de los cristianos, con sus varias clases de martirios. Salen de las salas agradecidos y más cerca del Señor.